El periodismo cultural es un ámbito que ha cubierto la vida espiritual y artística del hombre facilitando su conexión con la obra específica de arte y la amplitud de la cultura.
Éste asume las características de la sociedad donde se genera. El de la era digital es el de la convergencia de medios añejos y nuevos y actividades del hombre. Hoy vivimos en un mundo donde han desaparecido las fronteras entre comunicación, cultura y educación.
Se trata de una labor que en principio realizaban poetas y escritores desplazados por el periodista en el marco de la Revolución Industrial. Luego la fusión entre escritores y periodistas que también desaparece.
En los albores del periodismo la mayoría de medios dedicaba amplios espacios a esta rama principalmente por medio del género de la literatura. Por ello tenían como eslogan: “medio de intereses culturales”. Entonces existía el apego a las bellas artes que ahora muta de forma continua.
Abundaron los folletines y páginas de esta índole desde la concepción de las bellas artes. Ello para luego cambiar a la más amplia de la cultura con sentido antropológico, como ocurre en la actualidad con las denominaciones de espectáculo y entretenimiento.
Las nuevas fuentes
En el asunto pugnan dos concepciones de esta fuente periodística: la tradicional de la literatura y las bellas artes desde el siglo XVIII y la nueva cuyo asiento son las redes sociales y variedad de medios digitales.
La primera con su definición restringida y la segunda más amplia. Hoy las nuevas fuentes del periodismo cultural han migrado a las redes, web y todo el espectro de la banda ancha.
Por lo que los anuncios de eventos circulan por las mismas desplazando la rueda de prensa, promoción y el urgente de los eventos artísticos. Actualmente son una rareza los estreno disqueros, teatrales, cinematográficos por los medios ortodoxos. Ahora todo pasa primero por las redes.
Variados contenidos
En las redes sociales reposa unos cuantiosos y variados contenidos como: música, pintura, películas, libros, videos clip, fotografías, documentos, textos, sonidos, voces. Los conocimientos, informaciones y datos de la Biblioteca de Alejandría de los filósofos griegos.
Están disponibles comentarios de los espectadores y videos en YouTube, la materia prima para el análisis y crítica. En esta aplicación nos topamos con historias desconocidas de la música presentes en las canciones, entre estas la de la salsa desde adentro como el tema Cachita interpretada originalmente por Daniel Santos, quien cuenta pasajes del género de la rumba.
Hay millones de libros a disposición del público haciendo realidad el sueño planteado por Jorge Luis Borges en su cuento La Biblioteca de Babel infinita como el Universo. Al igual que lo expuesto por Gabriel García Márquez en Cien años de soledad en la voz de Melquiades: “Dentro de poco el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casa”. Un hecho que democratiza la cultura iniciado por la cultura de masas.
Los principales museos del mundo digitalizan sus miles de obras pictóricas, ahora a la mano del público en el mundo, entre estos el Louvre de París. Por lo que el concepto de exposición de pintura ha mutado. Las exposiciones de artes plásticas presenciales son desplazadas por las virtuales.
Los podcast permiten conocer al instante el acontecer del pasado. Un hecho que nos recuerda el archivo sonoro de Caracol Radio, el mejor de la radio latinoamericana, ahora completamente digitalizado.
Las nuevas producciones cinematográficas son concebidas actualmente para la televisión por cable que desplaza a la añeja pantalla fija. Así el cine asume otra forma para diversificarse.
Hoy estamos ante la realidad del hipertexto que copa la multimedia con la convergencia de la voz, sonido, imágenes y palabra escrita. Las opciones de las formas de comunicar son diversas más una hemorragia de información que no existía antes que alcanza los hechos culturales. Una situación que rompe las fronteras entre cultura, educación y comunicación con sus efectos en las profesiones del hombre.
Porque la necesidad del arte sigue acompañando al hombre, comprobado durante la pandemia cuando hemos recurrido a los libros de nuestras bibliotecas y los incorporados ahora en las redes.
Es la expansión de la cultura y el arte más allá del placer y ocio del hombre, que han trastrocado el mundo del periodismo con sus nuevos contenidos, lenguaje y organización. La otra cara de la industria cultural con sus objetos nómadas que transforman la vida del hombre, al decir de Jaques Attali.
Es el inmenso desafío del emergente periodismo cultural que ha traído esta revolución tecnológica de las redes sociales de la cual difícilmente nos podemos zafar.
No obstante, aún no existe una crítica periodística de los acontecimientos culturales y artísticos que se registran en las redes sociales. Lo señala certeramente el escritor y crítico cultural Jorge Carrión en The New York Times.
Sus fuentes, aún vírgenes, están a la espera del minucioso trabajo del periodista especializado en cultura y arte.
En Barquisimeto
En mayo del año 2022 se registró en Barquisimeto un acontecimiento novedoso en el ambiente cultural. La Coordinación de Cultura de la UCLA presentó una exposición de artes plástica con artistas regionales denominado “El reencuentro”. La muestra física apenas duró tres días para pasar de inmediato a las redes sociales.
Es el primer evento de estas novedosas características que tiene lugar en la ciudad crepuscular para incorporarse a la era digital con su inevitable cosmopolitismo.
Un acontecimiento que nos rememora la llegada a la ciudad en enero de 1891 del Ferrocarril Bolívar, cuando el país se insertaba al capitalismo mundial, el cine en 1928 con el pionero Amábilis Cordero, la radio con la Voz de Lara en enero de 1935 y la internet en la primera mitad de los años 1990.
Es la tendencia del hacer cultural y artístico en estos nuevos tiempos de tecnología de punta que incide en este tipo de periodismo con su especificidad. El periodismo cultural en la era de la convergencia.
Freddy Torrealba Z.
Twitter: @freddytorreal11