Claudia Vargas Ribas, socióloga experta en migración, advirtió este miércoles, 23 de agosto, que Venezuela sufre una «fuga de cerebros» y que muchos países receptores en la región no aprovechan esa profesionalización.
En una entrevista que concedió al Circuito Onda La Superestación de Unión Radio, Vargas Ribas indicó que actualmente al menos el 22% de la población venezolana está fuera del país.
«Es algo transversal que no solo tiene implicaciones privadas, familiares, personales, sino también por el país, por el tema de la fuga de cerebros», explicó.
Según la socióloga, esa población migrante se mantiene, aproximadamente, entre los 25 y 39 años.
Por otra parte, señaló que la migración ha tenido varias fases. Por ejemplo, hasta 2014, había emigrado un número de personas que tenía una preparación académica profesional, pero que actualmente la profesionalización es menor.
«Cada vez son más jóvenes las personas, incluso menores de edad. No llegaron a terminar la universidad y cuando llegan a muchos países destinos se han conseguido muchas barreras», señaló.
Claudia Vargas indicó que en Venezuela hay una «pérdida de capital intelectual en las universidades», pues hay menos profesores en universidades públicas y menos investigadores de diferentes áreas del conocimiento.
«No es que las personas que seguimos aquí no podemos, pero hay espacios vacíos que a veces los que quedamos aquí tenemos que llenar porque hay profesionales afuera que no se han podido reconectar con Venezuela», dijo.
En ese sentido, señaló que países desarrollados como España y Estados Unidos han aprovechado ese profesional capacitado, sobre todo en el área de la medicina, porque estos pudieron «insertarse en algún área de profesionalización».
«Si más adelante tuviéramos una política de Estado que los pudiera reconectar, quizás pudiéramos seguirlo aprovechando», dijo.
Barreras para los profesionales en países receptores
La socióloga señaló que en los países principales receptores de la región (Colombia, Ecuador y Perú) se han impuesto barreras que causa que ese capital intelectual se pierda en esas naciones.
«No están aprovechando personas que se pueden insertar en diferentes áreas», señaló.
Además, recordó que entre los profesionales, quienes tienen generalmente más profesionalización a las mujeres, pero estas «siguen encasillándose en actividades de servicio y del hogar que no son remuneradas».
«La mayoría de la población que ha emigrado a estos países están trabajando en el sector informal o no tienen un contrato de trabajo», apuntó.
Todo esto, según Claudia Vargas, «significa una pérdida para los venezolanos y también para los países receptores, excepto para aquellos que, en su momento, han construido algún tipo de política migratoria que les permita ejercer su profesión».
«Los perdemos acá y los países receptores no los están sabiendo aprovechar», añadió.
