«Lo que usted ha robado nunca será suyo».
«Bajo el glaciar» (1968), Halldór Laxness.
En el entendido de que la psicopatía es una variante del narcisismo, todo psicópata es narcisista. Además de ser un mitómano, un compulsivo mentiroso, a Séptimo Masquer el coronel psicópata, le gusta apropiarse de lo ajeno y tal cual gentuza su infra nivel como persona lo adjetiva acertadamente como un ladrón experimentado, que premedita y planifica el hurto, el robo, la extorsión y la venta de títulos estafa cuando ve un momento o un lugar propicios para ello. El refrán popular de que “la ocasión hace al ladrón”, le calza a la medida a Séptimo Masquer el coronel psicópata, con la peculiar característica que este ladrón hace y construye la ocasión. Le gusta montar escenarios donde las víctimas, en este caso los usuarios se vean forzados a proponerle “arreglar las cosas” con un rollo de dólares y a través de sus intermediarios, sus monos voladores jalabolas el juego está ganado, la extorsión y el chantaje cobran vida.
Bueno, ya sabemos que Masquer es un cuatrero entre otras cosas, pues se adueñó de mucho ganado que era para alimentar a gentes desfavorecidas. Los desórdenes de la personalidad del coronel psicópata son muy definitorios de la clase de lacra que es. Recordemos que Séptimo Masquer el coronel psicópata, padece entre otros desórdenes de: Trastorno de la personalidad antisocial, Trastorno narcisista de la personalidad. Y participa de las características del Trastorno histriónico de la personalidad.
Un infante tramposo, un hombre corrupto. Cuando era niño su mamá lo mandaba a comprar hielo en la casa de enfrente y para quedarse con el dinero, le decía a la señora que se lo regalara. Así timaba a su madre y a la vendedora de hielo. Desde niño programa escenarios y construye ocasiones para hurtar. Es una persona con malas mañas, malos hábitos, malas costumbres; es muy osado y le gusta asumir riesgos porque eso le da combustible a su narcisismo.
Un idiota o imbécil moral es un individuo incapaz de comprender los principios y valores morales, por de modo que es incapaz de tomar decisiones y actuar en concordancia con ellos. Los idiotas morales pueden ser muy astutos y funcionar perfectamente como hábiles sinvergüenzas. Pueden ser directivos de empresas, jefes de estados, parlamentarios o ministros o fiscales y por supuesto, pueden también ser coroneles o generales.
Se adjudicó fraudulentamente un título de doctor por el cual no estudió. Séptimo Masquer el coronel psicópata, es un auténtico prestidigitador en los delitos de hurtar, robar, trampear, falsificar, de extorsionar, en la corrupción en la administración pública y en la privada también, y en general en delinquir de bajo perfil. Masquer es un “as” del fraude y lo comete con tal satanismo, que pertenece al octavo círculo del cual nos relata Dante Alighieri. En el octavo círculo se castigan los pecados relacionados con el fraude; los que son fraudulentos de forma deliberada, siendo conscientes del mal que causan, están confinados en un lugar llamado Malebolge, «la fosa de los malvados»: ladrones, estafadores, malversadores y funcionarios fraudulentos.
- La adrenalina del psicópata, el combustible narcisista: El coronel narcisista Séptimo Masquer es un ladrón compulsivo y siente placer al robar, porque es un delincuente psicópata. Este felón licántropo además; durante el robo, el hurto, la extorsión o el fraude que comete consuetudinariamente en la institución y en otros espacios; siente fruición, alivio y gratificación. Pero no siente ni culpa, ni remordimiento, ni vergüenza, ni temor, por lo que el honor tampoco se le divisa por ninguna arista. Con avaricia delictiva y mayor ansiedad, con mucha excitación mientras comete delitos siente orgasmos mentales psicopáticos; porque él busca la adrenalina que lo mantenga en el filo de las emociones, que significa para él su salto en bungee o en paracaídas, por ser una de las características de los psicópatas. Estas personalidades antisociales, psicópatas o sociópatas sufren vacío afectivo y hastío profundo. Son impulsivos, egocéntricos, narcisistas, dominantes y carentes de remordimientos. Buscan, compulsivamente, sensaciones intensas.
¿Y qué es lo que quiere el Séptimo Masquer? Que lo dejen robar y delinquir a todo cañón impunemente, porque él es un psicópata, un individuo sin escrúpulos que quiere pasar por la institución como si se tratase de un elegante gerente y es un vulgar ladrón. Y con ladrón nos queremos referir no solo al acto de apropiarse de bienes que no le pertenecen a través de la fuerza o del hurto sin cometer violencias; sino que con ladrón perseguimos aludir a todo comportamiento deshonesto u ominoso que envuelve la obtención de riquezas o ganancias o patrimonios o bienes haciendo uso de vicios, mañas, malas costumbres y criminales estratagemas. Y en su caso son las grandes coimas.
Y la pregunta alienígena ¿De dónde coño salió este ladrón? En cuanto a su nacimiento sabemos que es producto de un incesto, que es hijo de primos hermanos, con alta probabilidad de haber heredado genes recesivos de ambos padres. Y en cuanto a su presencia en la institución es un asunto de corrupción, que llegó a derribar el prestigio de una institución valedera, que poco a poco la ha desdibujado y que otras corporaciones están asumiendo sus roles de reclutamiento de sus usuarios, lo que a la larga va a llegar a la desaparición de esta en otrora noble empresa. De Séptimo Masquer sabemos que hasta el Espíritu Santo lo execró de su geografía, por allá en la isla. También sabemos que patrullando la costa, lo patearon por delincuente y ahora desgraciadamente por un nexo de compadrazgo en el delito con el General Sméagol el hijo de migrantes italianos, el propio Alphonse Gabriel Capone; en eso Séptimo Masquer se mantiene socavando las bases de la institución que ha parasitado.
Sabemos que Séptimo Masquer el coronel psicópata, opera solo, pero también con cómplices y ahora mismo se auxilia con su suplemento primario la etílica Chabela y mayormente se encuentra con esclavos voluntarios que son sus monos voladores jalabolas que le preparan y le cuidan el terreno para delinquir. Proviene de un núcleo familiar problemático, conflictivo, de bajos ingresos, y con antecedentes de abuso. Masquer está especializado en múltiples delitos y comete toda clase de ellos.
- ¡Hola don Pepito, hola don José! Como aberrante prestidigitador del hurto, del robo, de la extorsión y de la corrupción; Masquer hace desaparecer cargamentos completos de comida, cambiándoles las rutas y surtiendo la bodeguita de San José. Es un conocido cuatrero, que se apropia de las vacas que tienen una función social y él les da un uso privado vendiéndolas por kilos allá donde el tío Pepito. Ha vendido el parque automotor de la institución, y gran parte de los aparatos electrónicos reposan en sus casas y en las de su suplemento y desde luego en las habitaciones de sus monos voladores y otros artefactos también los ha vendido. Cuánta lástima los escáneres que de tanta utilidad son para la corporación, tienen ahora otros destinos. Es para ponerse las manos en la cabeza, es terriblemente increíble que este tipejo esté al frente de una importante institución social, cuando es un malandro enmascarado.
- Extorsiones sexuales y extorsiones en divisas. En fin, este coronel Séptimo Masquer el psicópata, narcisista, licántropo y voyerista, tiene montada en la institución su propia casa de la truculencia, de la extorsión y de la corrupción. El coronel psicópata y sus monos voladores jalabolas, son los mercaderes del templo que debieran ser expulsados a empujones y a patadas de la institución, porque han hecho de la ella una cueva de ladrones, donde se venden y compran ilícitamente documentos, además de otras sensibles permisiones, por lo que se debería volcar la mesa oval donde se negocia con gran desfachatez el ingreso y la permanencia por dólares y por sexo.
- Recordemos Marcos 11:15-18, como Jesús echa a los mercaderes del templo: Llegaron a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a lanzar fuera a los que vendían y compraban en el templo; volcó las mesas de los que cambiaban el dinero y los asientos de los que vendían las palomas, y no permitía que nadie transportara objeto alguno a través del templo. Y les enseñaba, diciendo[a]: ¿No está escrito: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”? Pero ustedes la han hecho cueva de ladrones».
– Jeanne Marie Leprince de Beaumont.«Amigo mío, mi esposo es un avaro que no me da nunca dinero; déjame coger un cordero, y tú dirás que se lo ha llevado un lobo. -Señora, -le respondió Fatal-, quisiera de todo corazón servirla, pero prefiero morir antes que decir una mentira y ser un ladrón. -No eres más que un tonto -le contestó la mujer-; nadie sabrá que lo has hecho. -Lo sabrá Dios, señora -respondió Fatal; Él ve todo cuanto hacemos y castiga a los mentirosos y a los que roban».
Dr. Crisanto Gregorio León