El problema más importante de la economía hoy es la pérdida de poder adquisitivo, asegura el economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, durante un periodo de preguntas y respuestas a través de su cuenta en X(Twitter), asegurando que es un dolor de cabeza para el gobierno.
Pone en duda que veamos aumentos salariales relevantes debido a su impacto retroactivo insoportable para empresas y gobierno, pero es probable ver desplazamientos en los ingresos laborales con mecanismos para salariales.
Sobre las expectativas en torno a la evolución de la economía, advierte que han tenido que ajustar a la baja nuestras proyecciones económicas del 2023 debido a los resultados pobres del primer semestre. En todo caso, siguen pensando que el segundo será mejor, pero los números consolidados del 2023 no son especialmente buenos. El PIB se moverá entre 0 y 2,5%.
Sin embargo, advierte que agosto es tradicionalmente un mes bastante lento por el tema vacacional. Comparado con agosto anterior los resultados de este año son un poco mejores que el primer semestre pero aún tímidos. Debemos ver más dinamismo el resto del año para poder proyectar un pequeño crecimiento que pudiera llegar a 2,5%. De lo contrario terminaremos en una variación de PIB probablemente cercano a cero.
Explica que a diferencia del primer semestre 2022 que fue muy positivo, el segundo semestre 22 ya tuvo un proceso relevante de desaceleración por lo que la comparación semestre contra semestre hace poco probable que este segundo del 23 sea negativo. Pero siempre es un escenario posible, aunque no el más probable.
Considera que es poco probable que la banca otorgue créditos en dólares, lo que lo que califica como un error relevante, pues en una economía con alta tasa de dolarización fáctica como la Venezolana, el crédito está muy restringido en comparación a las necesidades del mercado, no por el encaje solamente, sino por la ausencia de bolívares.
Sobre la posibilidad de un ajuste salarial este año, el economista explica que la ley del trabajo venezolana no está adaptada a la nueva realidad de inflación y devaluación. Sus características retroactivas generan riesgos patrimoniales inmanejables para el gobierno y el sector privado, que juegan en contra de la salarización de los ingresos. Las posibilidades siguen centradas en mover ingresos laborales no salariales pero es una situación que debe corregirse cuanto antes porque termina afectando la calidad del ingreso de los trabajadores. La ruta correcta sería revisar la legislación laboral, pero luce poco probable previo a una elección presidencial.
Consultado en tormo a las posibilidades de aplicar medidas para mejorar la calidad de vida, admite que hay medidas posibles para mejorar la calidad de vida de la población. Agrega que a veces se confunden los requerimientos para el desarrollo estable con las acciones puntuales para mejorar las condiciones económicas actuales, que son planos distintos. Advierte que deberíamos trabajar por el rescate de la confianza, la reinstitucionalización del país, el respeto a los derechos políticos y económicos y el relanzamiento de una democracia competitiva. Solo así podríamos ver el reingreso estable del país a la economía mundial y su posible reingreso a una senda de desarrollo. Pero sin expectativas de que eso ocurra a corto y mediano plazo, hay que presionar y buscar medidas puntuales que minimicen los costos y rescaten equilibrios parciales en la economía. Abrir los mercados, manejar un modelo de moneda dual bolívar- dólar (que permita expandir el crédito), negociar una flexibilización específica a actividades petroleras y gasíferas, eliminar las barreras e impuestos al uso de moneda extranjera y consolidar las acuerdos económicos internacionales son algunas de las cosas que sin duda ayudaría.
Sobre las expectativas que se han generado cobre las Zonas Económicas Especiales, el presidente de Datanálisis, afirma que el concepto de ZEE es clásico en el mundo y hay algunas experiencias muy importantes y positivas que han logrado impactos muy buenos en sus economías. Como ejemplo explica que en el caso de Taiwán es una muestra muy importante. Los anuncios de condiciones flexibles en Zonas especiales fueron bien recibidos en Venezuela pero su implementación ha sido lenta y sin concreción.
Las regiones tienen el reto de presionar su ejecución y participar activamente en el desarrollo de los proyectos para estimular su desarrollo y el gobierno reaccionar más rápido a esas demandas. Claro que el objetivo más importante debería ser que todo el país tuviera condiciones competitivas para estimular producción e inversión.
Sobre ingresos del Estado, señala que el más importante sigue siendo el Ingreso petrolero. Admite que este está restringido y se produce en el mercado negro, con la excepción de los ingresos de a Chevron, pero su magnitud supera los ingresos en oro, remesas, exportaciones no tradicionales y operaciones negras.
Acerca de las estadísticas de inmigración por ciudades, señala que no se dispone de este tipo de información. Agregando que la data nacional muestra que el neto de la migración (salida vs regreso) sigue siendo un problema pero menos severo que en el periodo 2017-2019 cuando llegó a su cúspide.
Considera que la relación entre el Estado y la Economía es una variable fundamental, pues afecta el disparador real de las inversiones que es la confianza. Solo los inversionistas poco adversos al riesgo, que esperan retornos altos y rápidos están dispuestos a invertir en mercados con poca seguridad jurídica y eso restringe de manera relevante las posibilidades de desarrollo económico estable., afirmó el especialista.