Fue allá por la época de Pérez Giménez que con carácter comercial empezó la difusión de lo que llamaron “pasaje.” Juan Vicente Torrealba fue el abanderado promotor de esta novedad. El pasaje nunca antes se conocía. Es un producto netamente comercial. ¡Claro! El pasaje comercial no se debe comparar con el pasaje llanero, ese que casi improvisadamente se toca y canta en cualquier caserío o pueblo del llano.
La ejecución del pasaje llanero, ese que improvisadamente se toca y canta, es del cuatro y las maracas. El arpa, en la mayoría de los casos, completaba el conjunto, pero no era un obstáculo para que se tocara si faltaba. El pasaje fue el aire que sepultó aquella música venezolana que integraban el Joropo, el corrío y el vals. Con la presencia del pasaje comercial, ese que toda su música iba al acetato, se fueron relegando los géneros como el alegre galerón. Música venezolana que animaba y otorgaba identidad a la idiosincrasia.
Fue la radio primero y de seguida la televisión las que introdujeron al país por medio del disco y de los videos , lo que desde la época de Elvis Presley se conoció como rock. Aunque esta música venía sonando desde mucho antes de que Elvis Presley apareciera como rockero; porque fueron los negros norteamericanos los verdaderos creadores del jazz y seguidamente del rock.
Esta música extraña, exótica, ruidosa que se toca en instrumentos comerciales electrónicos y culturalmente como paquetes industriales invadió, ocupó y saturó el medio musical venezolano. Los pasajes al igual que los joropos, corridos, galerones, parrandas, valses, merengues desaparecieron. Y ahora con la imposición que reina en todos los pueblos de la Tierra, los países se han quedado sin sus manifestaciones culturales. Esta es la situación actual de la música venezolana. Es decir: pura denominación.
