Después de una campaña tumultuosa, los guatemaltecos acuden este domingo 19 de agosto a las urnas para elegir en segunda vuelta a su presidente y vicepresidente para los próximos cuatro años, entre un defensor anticorrupción y una exprimera dama vista como aliada del gobierno saliente.
La elección en segunda ronda es una de las más observadas en los últimos tiempos debido a las dificultades e injerencia judiciales que ha enfrentado el proceso y que han puesto en alerta no sólo a la ciudadanía del país, sino también a la comunidad internacional, que ha denunciado el riesgo que corre la democracia guatemalteca.
La elección será entre la exprimera dama Sandra Torres, que mutó desde el centro hasta la derecha y se convirtió en aliada del saliente y profundamente impopular presidente Alejandro Giammattei, y que realiza su tercer intento de alcanzar la presidencia. Su oponente, Bernardo Arévalo, con el Movimiento Semilla de izquierda progresista, se subió a la ola de resentimiento popular hacia la política tradicional. Arévalo alcanzó un sorprendente segundo lugar en la primera elección.
El ganador tendrá como desafíos enfrentar problemas de corrupción, violencia y altos precios. Las mesas de votación abrieron sin reporte de problemas, aunque la magistrada del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Blanca Alfaro, denunció en la víspera que ha recibido amenazas de muerte vía telefónica, y el domingo aseguró que podría presentar su renuncia al cargo debido a esa situación.
Arévalo, de 64 años de edad, sufragó temprano, en medio de aplausos y vítores de seguidores. “Todo el mundo vaya a votar, vamos a votar temprano, vamos a votar con alegría, con tranquilidad; es el momento, es una fiesta cívica”, expresó.
Las últimas encuestas muestran el hartazgo de la sociedad con los políticos tradicionales que bajo el clientelismo han llegado a gobernar de forma corrupta e impune, según los expertos, lo que ha debilitado el Estado de derecho e impuesto una percepción de desesperanza en la sociedad. Muestra de ello es que Arévalo, en su primera participación como candidato presidencial, lleva ventaja de más del doble contra Torres, en la preferencia del electorado.
La elección del domingo marca el término de un proceso electoral accidentado desde su inicio, con la exclusión por parte del Tribunal Supremo Electoral y las cortes de justicia de candidatos populares que estaban en las preferencias del electorado, de retrasos en la oficialización de resultados debido a acciones legales de partidos perdedores y la continua intención de la fiscalía de bloquear la participación del Movimiento Semilla.
La primera ronda de votaciones generales del 25 de junio transcurrió relativamente tranquila hasta que los resultados mostraron que Arévalo, que según las encuestas estaba fuera de los primeros siete lugares de preferencia, obtuvo el segundo lugar. Ese hartazgo de la sociedad con sus políticos, dicen analistas, fue lo que influyó para que los jóvenes, el mayor electorado de Arévalo, lo posicionaran hasta donde llegó.