Deberíamos oír a las personas que son visionarias, vocacionados siempre al bien, tienen algo hermoso que decir me refiero a esto porque mi columna ya tiene cerca de los 28 años hablando y escribiendo en positivo y esto es bueno para mi salud y la de los que me leen y muy consciente que he sufrido en carne propia y directa todos los tropiezos sucedidos que hemos pasado más de 90% de los coterráneos pero me prepare psicológicamente y espiritualmente para ser menos afectado en todos los sentidos y ver y triunfar donde puede estar la solución y evitar los conflictos con la ilusión y la esperanza de que ya vendrán tiempos mejores y todo lo que viene es bueno hasta con inclusión, que los tantos inconvenientes y todo lo malo que se ha sufrido en estas décadas ya paso y deseamos que se convierta en una experiencia y en una lección de vida que nos enseñe a estar más atento y alerta al legado que Dios nos dejó, un gran legado sin temor a equivocarnos , cualquier cosita nada más y nada menos que la nación más linda y rica del planeta y para la eternidad y muchas generaciones que más temprano que tarde la defenderán, en nombre de todos y harán crecer sus riquezas y hermosuras en donde no haya nada que inventar y que por más palo que llevan estas ahí en espera de sus hijos que sepan amarla.
Esto ha sido muy maluco para todas las cosas buenas y muy bueno para no hacer las que puedan ser buenas o es decir que coincide muy bien algo que dijo Fidel Castro “La vaina está tan buena, que cada día se pone más jodida” claro que esto no es con nuestro país porque aquí lo que viene con el favor de Dios es prosperidad, buenas relaciones y alianzas con el sector productivo y con la gente que por medio del trabajo que si sabe generar riquezas, crear empleos, producir, compartir y ni les pasa por la mente enriquecerse con la ley del menor esfuerzo y las cosas fáciles.
La pobreza y humildad y que están más cerca del amor, demasiado dinero marca muchas diferencias y creo que en esta hay buenas razones, pero la verdad que el dinero no lo es todo pero soluciona muchas cosas, aunque uno toma sus propias decisiones, el problema es vivir con ellos pero nada de desilusionarse, no perder la fe que vendrán épocas mejores, pero deben ir acompañadas de nuestras acciones y recordarse que Dios alimenta a todas las aves del mundo pero no les lleva el alimento al nido; así que a fajarse y a contribuir todos, en unión a buscar el bienestar general sin exclusión y que Dios nos bendiga y haga realidad estos deseos.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.