El pasado 5 de agosto se cumplieron 13 años del terrible accidente, de los «33 mineros de Chile» el cual hizo que los ojos del mundo, se posaran en las minas de San José a 30 kilómetros al noroeste de Copiapó, desierto de Atacama en Chile. (Agosto 2010).
A causa de un derrumbe quedaron atrapados a 700 metros de profundidad los 33 mineros.
San José, se llama el yacimiento de oro y cobre, tiene una tradición de 100 años, es explotado por sus dueños, la compañía minera San Esteban.
Una vez conocido el derrumbe, se iniciaron las labores de rescate. Lamentablemente, el día 7 de agosto se produce el segundo derrumbe, complicando más la situación y obligando a los rescatistas a utilizar máquinas pesadas.
— ¿Cómo sobrevivir con tan poca ayuda?—
—Dios es grande y los va a salvar —
Eran algunas de las exclamaciones de la gente.
Por un lado: angustia, llanto, decepción, y por otro lado, oraciones, optimismo y esperanza.
De pronto nos envolvió un remolino comunicacional: llamadas telefónicas, mensajes de textos, correos electrónicos, radio, prensa y televisión. YouTube, Twitter Facebook, todos hablaban de los 33. Cualquier medio de comunicación del mundo, era importante, estábamos ansiosos de información.
En ese entonces, yo, escribía un artículo sobre el sonado derrumbe. Investigaba y leía «todo lo que tuviese letra»…
… pero en medio del desespero se dañó mi computador y, salí en busca de un transcriptor que me ayudara a salir del problema lo antes posible.
Y, así fui a parar a un Ciber-café, al comienzo de la avenida 20, en Barquisimeto. Estacioné el carro enfrente y al entrar al establecimiento le entregué a una joven el borrador, explicándole mi premura, al cabo de un rato mi artículo «Mineros de Chile» había sido perfectamente transcrito. Al momento de cancelar le pregunté:
— ¿Cómo te llamas? —
— Esthefany Vasquez Smed, a su orden — respondió la chica con una sonrisa.
Volviendo al tema del derrumbe.
Las redes sociales mostraban las máquinas que descendían y hurgaban con el inmenso taladro, buscando con ansiedad la gran noticia que el mundo esperaba:
¡¡Encontrar vivos a los 33!!
Nada fácil, mucho menos cuando todo el mundo sabía que habían quedado sepultados por toneladas de lodo y piedras.
«¿Sábes tú lo que es vivir en el interior de una cantera donde toda señal naufraga y sentir de pronto que el corazón anochece?»
María Inmaculada Barrios.
(Libro Plegarias)
No cabe duda que en momentos de angustia miramos al cielo suplicando el milagro; sin embargo, son más las veces que bajamos la cabeza como si fuésemos un sauce llorón mustio a la orilla de un río… sin fe… sin esperanza, olvidando que fue Dios quien procuró el «maná» para sus hijos en el desierto.
Pero ellos, se organizaron, mantuvieron la solidaridad, la convivencia, la fé y la esperanza. Y esperando en Dios, se aferraron a la vida.
«En el ser extraordinario es innata la búsqueda de una suerte extraordinaria a su naturaleza super dimensional, se conforma con vivir heroicamente, peligrosamente».
-Stefan Zweig-
Siendo las 14:30 horas del día 22 de agosto de 2010 atada con elástico al taladro…
«LLEGÓ LA VIDA ESCRITA CON TINTA ROJA»
La nota decía:
—ESTAMOS BIEN EN EL REFUGIO LOS 33»—
Con esa nota llegaba también el más importante mensaje, el del héroe, el que tiene el poder en sus manos, el Dios todopoderoso.
«Venid aclamemos alegremente a Jehová cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación, porque en sus manos están “LAS PROFUNDIDADES DE LA TIERRA» y las alturas de los montes son suyas».
(Salmos 95: 1- 4)
El minero José Ojeda de 47 años de edad, fue el autor de aquel escrito… de aquel mensaje de vida que le dio la vuelta al mundo.
Abrazos, júbilo, cánticos al cielo en agradecimiento.
A la denominada operación San Lorenzo y en el campamento de la esperanza se unieron algunos familiares de los 33 mineros. Allí podían observar de cerca las labores de rescate.
Se intensificó la búsqueda: María, la hermana de Carlos, era una de las principales organizadoras del campamento. Ella comentaba que su hermano bajaba desde que tenía 8 años de edad con su padre a la mina.
Lila, la esposa de Mario Gómez (minero atrapado) le escribió una carta de amor. Alicia madre de Daniel, dijo: que no se movería del campamento hasta abrazar a su hijo.
El señor Ávalos estaba muy preocupado pues son dos de sus hijos los que permanecen atrapados.
El rescate comenzó con la perforación de un conducto de comunicación que permite suministrar alimento y medicinas, así como también el contacto directo con los mineros.
A continuación se inició la excavación de un túnel de rescate, conocido como plan «B» con una perforadora que avanzaba lentamente. Este proceso llevó varias semanas debido a las dificultades geológicas y el riesgo de derrumbes.
Los equipos de rescate lograron al fin, enviar alimentos, cámaras de video y medicamentos. Especialmente a José Ojeda (el que escribió el mensaje con tinta roja) ya que éste, sufría de diabetes.
Todo esto, fue ajustado a un taladro perforador.
Y, la encomienda llegó a su destino gracias a Dios.
Entonces, emocionados, los mineros se grabaron dentro del refugio y enviaron videos, fotos, cartas de amor, propuestas de matrimonio, etcétera. Lila una adulto mayor (63) recibió de manos del presidente de Chile, Sebastián Piñera, una carta que le envió su esposo Mario, en dónde saludaba a sus hijas y nietos.
Edinson, comentaba en el video que estaba desesperado, que quería salir, y que tiene 5 meses trabajando en dicha mina y que para colmo de males fue su esposa Angélica, quien le encontró ese empleo.
Los mineros explicaban por medio del video que ellos escuchaban el sonido de las máquinas y se animaban con la esperanza de ser rescatados con vida.
Pablo dice que no se siente solo pues aparte de Dios está con dos primos en el refugio.
José Hernández de 54 años de edad lleva 33 años trabajando como minero, es cristiano evangélico, es el que se encargó en el refugio de mantener el ánimo.
—Así transcurrió el tiempo de aquellos 33 mineros que se había «tragado la tierra»—.
Finalmente el 13 octubre de 2010 mediante una cápsula de rescate llamada Fénix ll, se logró llegar a las profundidades…
¡y se produjo el milagro!
El mundo, pudo ver el ascenso
del primer minero.
— Chi, Chi, Chi le, le, le. —
Erizaba la piel… escuchar aquel cántico a una sola voz
— Y… rompió fuente… y uno a uno, como si salieran del vientre de su madre… los fue pariendo la tierra —
Llama poderosamente la atención algunos de los elementos que coinciden en el hecho:
33 la edad de Cristo
33 los mineros atrapados
33 fueron las perforaciones
33 los años que llevaba trabajando en la mina, José Hernández de 54 años de edad( el cristiano evangélico del grupo de los 33.
Por otra parte 3 de los mineros tienen nombre de apóstoles: Pedro, Pablo y Juan
3 más de ellos, tienen nombres bíblicos importantes
Cómo son:
José, Samuel y Daniel.
3 Nombres de Santos:
San José (nombre del yacimiento)
San Lorenzo (nombre de la operación rescate)
San Esteban (nombre de la compañía para la cual trabajaban los 33 mineros).
«Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; la diestra de Jehová hace proezas. La diestra de Jehová es sublime. La diestra de Jehová hace valientes.
(Salmo 118 : 15 y 16).
— Dios sea alabado por todo y de un modo especial por el don de la vida —
Nota: Saludos cordiales a: Esthefany Vasquez Smed.
La joven transcriptora que conocí en 2010 cuando echaba carrera para terminar el Artículo: «Mineros de Chile», gracias Fefi, por mantener la amistad en todos estos años.
Natividad Castillo P. (Natty)
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