Este régimen no sólo ha expropiado empresas, fincas, centros comerciales, embarcaciones y muelles, distribuidoras de gas, gasolineras y hasta clínicas, sino que ha aplicado la judicialización a organizaciones y movimientos partidistas, inhabilitación y destierro a dirigentes políticos, además de torturas y muerte a manifestantes, llegando al extremo ahora de intervenir la Cruz Roja y haciéndola madurista con apoyo de individuos del disminuido sector empresarial.
Al expresar su opinión Juan Barragán, dirigente de Alianza Bravo Pueblo en Lara, agregó: Lo que le falta hacer a Maduro es montar una iglesia paralela, ya que el régimen también ha montado centrales sindicales paralelas y destruido el salario, acabado con los beneficios que durante más de un siglo habían logrado los sindicalistas para los trabajadores y, para colmo de males, ha hecho de la salud y la educación, los peores servicios al igual que lo que ha pasado con la electricidad, el agua, el gas, el gasoil, la gasolina y las comunicaciones telefónicas.
Resulta muy grave que Venezuela, de la cual se jacta el régimen tener las mayores reservas mundiales de petróleo, no haya gasolina y por ese motivo tengan los dueños de los vehículos que permanecer horas haciendo cola en las gasolineras hasta que lleguen las cisternas, para que les suministren unos cuantos litros del combustible. Tampoco hay diesel y lo poco que se consigue tiene precios dolarizados.
Conviene recordar que Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa) fue la segunda empresa más importante del mundo, pero en el empeño de su destrucción, Chávez no sólo echó a la calle a sus directivos, que eran considerados como extraordinarios expertos, sino a 18 mil trabajadores que tenían la experiencia más envidiable en el mundo.
Chávez y luego Nicolás Maduro acabaron con una empresa que llegó a producir 3 millones 700 mil barriles por día, pero en estos momentos es posible que apenas llegue a 700 mil barriles porque está funcionando Chevron mediante permiso que le ha dado el gobierno de los Estados Unidos.
Chávez y Maduro vendieron cuatro de las siete refinerías que tenía Citgo en los Estados Unidos y otras nueve en Alemania, Bélgica, Inglaterra, Escocia y Suecia. Pero, los venezolanos no sabemos que hicieron con el dinero de la venta de esos activos. Como tampoco sabemos qué paso con los 50 mil millones del robo a Pdvsa por los funcionarios que nombró Maduro, ni mucho menos en qué condición se encuentra Tareck El Aissami, quien después de Rafael Ramirez, fue uno de los zares del petróleo.
El régimen ha tenido los mayores casos de corrupción, ya que según exfuncionarios del mismo se estima que se han perdido más de 700 mil millones de dólares por ese delito y del show que fue montado por la fiscalía general no se tienen resultados de que se haya recuperado algo de los dineros evaporados por el grupo de El Aissami, individuo que también se ha evaporado lo han evaporado.
Como este régimen no haya cómo hacer su campaña electoral, entonces, procede a intervenir la Cruz Roja, claro está, con el fin de que los recursos de ayuda humanitaria controlarlos y ponerlos al servicio de su partido, comentó Barragán. Infame procedimiento que ha hecho utilizando al Tribunal Supremo de Justicia, cuyos magistrados saben perfectamente que están violando la Constitución porque están atentando contra el principio de asociación, como bien lo han expresado abogados e instituciones nacionales e internacionales que han condenado la medida.
Y la mano peluda del régimen ha colocado en la directiva de la Cruz Roja de Maduro a uno de sus representantes, el exdiputado Rubén Limardo, campeón olímpico de esgrima, de quien no se sabe que tenga experiencia como voluntario humanitario, sino que es una ficha del partido oficialista.
Ya decía, expresó para terminar sus declaraciones Barragán, que lo único que le falta a Maduro es constituir una iglesia paralela y de hacerlo no es de extrañar que nombre a su hijo, Nicolas Maduro Guerra, cardenal porque en los momentos es vicepresidente de asuntos religiosos del Psuv y está siendo promocionado como dirigente nacional al punto que lo llevaron como orador de orden en Coro, sin saber historia alguna de esa importante ciudad, que hoy está totalmente abandonada como todo en Venezuela.