Mienten los precandidatos a las elecciones presidenciales que están ofreciendo resolver el complejo problema de la industria petrolera, ahogada en deudas por la mala gestión del régimen, para elevar la producción de crudo, poner en condiciones óptimas las refinerías que continuamente se están paralizando y procesar suficientes combustibles destinados a cubrir las necesidades del país.
Así se desprende de la exposición que hizo el ingeniero Juvencio Molina, secretario nacional de la Asociación Venezolana de Ingenieros Electricistas, Mecánicos y Afines (AVIEM), quien ayer participó en una asamblea de Acción Democrática en , en La Pochocha, sede regional de esa organización política.
El profesional, quien forma parte del equipo que elaboró el programa de gobierno del precandidato Carlos Prosperi, dijo que, aunque el régimen siga haciendo reparaciones y algunos trabajos de mantenimiento a las seis refinerías petroleras que existen en el país, no se acabarán las colas para que los dueños de los automotores puedan obtener gasolina. Tampoco industriales y agricultores podrán contar con gasoil. Y, en fin, no habrá suficientes combustibles.
Porque el problema consiste en la enorme deuda contraída por la empresa Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), de la cual el régimen no da cifras; pero, según las estimaciones de los especialistas, está por el orden de los 100 mil millones de dólares, cantidad que no se puede obtener por la propia crisis de la industria petrolera.
En ese punto dijo que, a partir del 2011, la industria petrolera ha venido cayendo en picada y la más clara demostración es que la producción de crudo ha descendido, las refinerías han venido teniendo dificultades para funcionar y, por supuesto, la producción de combustibles no puede satisfacer la demanda y el régimen ha tenido, en algunas ocasiones, que recurrir a la importación.
Alegremente, algunos precandidatos que están participando en el proceso de Primaria, que no conocen a fondo la industria petrolera, han llegado al extremo de anunciar que de llegar a la presidencia de la República procederán a privatizar esa industria.
Mienten, les rebatió la oferta, porque primeramente tiene que ser modificada la Constitución y ésta no permite modificación alguna; y en segundo término, habrá que eliminar unas leyes y elaborar otras, pero no es fácil hacerlo en corto tiempo porque el problema se está agravando.
En los momentos no hay posibilidad de que se obtengan recursos porque no existen condiciones para ello y, pensando en el necesario cambio de gobierno, ya Prosperi ha hablado con instituciones financieras internacionales, que, de retornar la democracia al país, están en capacidad de establecer convenios con un gobierno democrático.
Y al producirse el cambio de gobierno habrá que preparar personal competente para el manejo de la industria petrolera, tomándose medidas efectivas, como separar el ministerio del petróleo de la empresa, tener extraordinarios gerentes y, por supuesto, establecer una política transparente que impida el menor rasgo de corrupción.
