El viernes 4 de agosto, el Papa Francisco presidió el santo viacrucis de la Jornada Mundial de la Juventud 2023, que se celebró en el Parque Eduardo VII de Lisboa, Portugal. Miles de jóvenes de todo el mundo participaron en este momento de oración y reflexión, que tuvo como tema las heridas de la humanidad y el amor de Cristo.
El viacrucis constó de catorce estaciones, cada una con una meditación escrita por un joven de un continente diferente, basada en su experiencia personal y en la realidad de su país. Las estaciones abordaron temas como la soledad, los abusos, la guerra, el cuidado de la casa común, la migración, la pandemia, la violencia y la esperanza.
En cada estación, la cruz peregrina fue llevada por un grupo de jóvenes que representaba una realidad concreta: los voluntarios de la JMJ, los enfermos, los presos, los refugiados, los artistas, los deportistas, los misioneros, entre otros. La cruz fue colocada sobre una torre distinta en cada estación, hasta llegar a la más alta al final del recorrido.
El Papa Francisco siguió el viacrucis desde un escenario junto a una gran pantalla que mostraba las imágenes y los testimonios de los jóvenes. Al finalizar el viacrucis, el Santo Padre dirigió unas palabras a los jóvenes presentes y a los que lo seguían por los medios de comunicación. Les invitó a correr el riesgo de amar como Jesús, que se entregó hasta dar la vida por todos.
El santo viacrucis fue uno de los momentos más emotivos y significativos de la JMJ 2023, que se clausurará el domingo 6 de agosto con la misa presidida por el Papa Francisco y el anuncio del lugar donde se celebrará la próxima edición del evento.