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Durante los últimos años, las protestas de trabajadores del sistema público de salud en Venezuela por bajos sueldos y precarias condiciones laborales han sido de las noticias más recurrentes.
De acuerdo con un reportaje de Constructoras de Paz, iniciativa del Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), esto pone en evidencia un problema que acumula tensiones en el sector y al que no se le ha dado respuestas desde el gobierno nacional.
Producto de la crisis política y económica uno de los gremios más afectados es el de la salud pública, ya que no solo los trabajadores se enfrentan a problemas de ingresos, sino también a la falta de insumos, instrumentos de trabajo y problemas de infraestructura.
Una trabajadora pública del sector salud del estado Sucre, a la que identificaron como Rosa, contó que su odisea empezó en 2017, cuando fue diagnosticada con una trombosis del seno cavernoso, que es la dificultad de paso de fluidos en el ojo. Posteriormente, se le sumó un tumor en el útero de naturaleza cancerígena, agravando aún más su situación.
“En aquel momento no había los medicamentos en el hospital, tenía que comprarlos en particular y eran carísimos, una sola ampolla en el 2017 costaba 30 bolívares y eso estaba fuera de cualquier presupuesto (salario integral ese año llegó a 250.531 bolívares), no había dinero, no había comida, no había nada”, relata Rosa.
Además, señaló: “O te mataba la enfermedad o te mataba el hambre. O comías y te morías de la enfermedad, no había opción”, asegura la licenciada.
Rosa se vio seriamente afectada por la falta de insumos en los centros del sistema de salud pública y la falta de empatía del personal de salud que, aun siendo compañeros de trabajo, en varias ocasiones le cerraron las puertas cuando solicitaba atención.
Revivir la crisis
Ante la sospecha de reaparición de otro tumor cancerígeno en el útero, Rosa comenzó a movilizarse para ser atendida de inmediato, tropezando, de nuevo, con los mismos problemas que años atrás dificultaron tanto su recuperación.
“Si el laboratorio tiene existencia para hacerle los exámenes se le hace. Los estudios costosos como las tomografías o ecosonograma (ultrasonido) de cualquier tipo, tienen que pagarlo en clínicas porque el hospital y muchos centros de salud no cuentan con esos exámenes”, señaló Sol Rodríguez, presidenta del Sindicato de Enfermería de Sucre.
También, relató que los exámenes obstétricos se hacen mayormente en centros privados. Por eso considera que las mujeres la tienen aún más difícil. “Aunque hay ginecólogos muy bien preparados, contamos con los profesionales, pero no hay el material para atender”, dice.
Han pasado más de cinco meses en los que Rosa aún no ha conseguido un diagnóstico específico ni orden para operación ni control sobre su problema más allá de analgésicos y otros tratamientos a corto plazo mientras termina el proceso de estudio de la enfermedad.
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