Venezuela ha tenido la desdicha de haber sufrido los desmanes de crueles dictaduras en toda su historia y apenas un período de cuatro décadas de acechados gobiernos democráticos, pero nunca gobierno alguno había buscado aliados tan criminales y despiadados como ha ocurrido, en el último casi un cuarto de siglo, cuando Hugo Chávez y Nicolás Maduro han fortalecido sus relaciones con los regímenes de China, Rusia, Irán, Cuba y Nicaragua, los cuales cometen, descarada y desafiantemente, delitos de lesa humanidad.
Ninguno de éstos respetan los Derechos Humanos, dice, al ser entrevistado por El Impulso, el doctor Rafael Narváez, exparlamentario y quien durante cuarenta años ha sido defensor y vocero permanente de esos derechos en nuestro país.
En todos ellos no hay libertad de expresión, ni de asociaciones, ni de reuniones, ni de manifestaciones públicas, porque no son toleradas y quienes llegan a protestar son perseguidos, apresados, enjuiciados, torturados y hasta desaparecidos forzadamente o muertos.
China
Aún está presente en la memoria colectiva del mundo la masacre de la plaza de la capital china, Tiananmén, donde el 4 de junio de 1989 fueron asesinados 2.000 estudiantes, que tenían protestando hacía varios días, al ser atacados por el ejército que desplegó armas de guerra, incluyendo tanques. El gobierno calificó esa matanza como “incidente.”
Esa ha sido la más llamativa demostración de que el gobierno chino no acepta ningún tipo de manifestación pública, ni tampoco permite el derecho de reunión, asociación o libertad de expresión.
Persecución arbitraria masiva ha habido en la provincia de Xinjiang, donde la población túrquica musulmana sufre de torturas, trabajos forzados y otros castigos crueles, según denuncias hechas por Human Rights Watch y otras organizaciones que defienden los Derechos Humanos.
Rusia
Los gobernantes rusos se han caracterizado por su intolerancia y crueldad, quedando de manifiesto una vez más en la invasión a Ucrania, de donde fueron raptados 19.500 menores de edad desde que comenzó ese ataque.
No es de extrañar que eso haya ocurrido porque también los niños rusos son despojados de sus familias y, además, es corriente el trabajo forzado, el castigo y la tortura para la disidencia.
Por su condición autocrática, el gobierno ruso no acepta la libertad de expresión, ni de manifestaciones, ni de reuniones y, en consecuencia, impone severos castigos.
La impunidad ha llegado a tal extremo que ha impuesto una ley para no castigar los crímenes perpetrados en Ucrania.
Irán
Como China y Rusia, Irán viola todos los Derechos Humanos y discrimina, humilla y desprecia a las mujeres, las cuales, prácticamente, no tienen valor alguno, a lo cual hay que agregar que la sociedad permite el casamiento de niñas de trece años, legalmente establecido, y aún a menor edad.
El régimen iraní no tolera ninguna manifestación e incluso persigue a quienes profesan religiones distintas a las de las autoridades, ejerciendo la máxima potestad el ayatolá, motivo por el cual están por encima de las leyes el mandato del jefe religioso.
Todavía es práctica normal para ellos, como era costumbre hace más de dos mil años, apedrear a las mujeres hasta quitarles la vida en medio de una muchedumbre.
Ahora son más frecuentes las flagelaciones como castigo y la pena de muerte tras un juicio injusto, ilegal y absurdo.
Cuba y Nicaragua
Sabemos que no hay libertados en Cuba y Nicaragua, donde no se respetan los Derechos Humanos porque los gobiernos de esos países hacen lo que quieren por no ser democráticos.
Hasta la pérdida de la nacionalidad tienen los nicaragüenses que se atreven a disentir del régimen y son llevados a prisión también los religiosos porque no se tolera crítica alguna.
Preocupación
¿Qué se puede esperar?
Con estos ejemplos de regímenes tan intolerantes, crueles y criminales, con los cuales tiene fuertes vinculaciones el gobierno venezolano, no se puede esperar que aquí las cosas puedan ser distintas en relación con los derechos de los ciudadanos.
Evidentemente, en esos países no existe el derecho a la vida, el derecho a la libertad y lo que es peor, no les permiten pensar.
Lamentable es que no respeten el derecho que tienen los niños de crecer y formarse para ser buenos ciudadanos.
¿Por qué cree usted que Venezuela se ha aliado con esos países?
Porque también el gobierno de Venezuela es violador de los Derechos Humanos. Hemos visto que el régimen se empeña en ser autoritario y en la utilización de los militares para su desempeño.
El peor ejemplo que ha tomado el Ejecutivo Nacional de haberse aprovechado de la democracia para imponer una dictadura y, como tal, tener bajo su control al resto de los poderes públicos, quitándoles su autonomía y hacer que acaten humillante y disciplinariamente las decisiones partidistas de la organización oficialista, violentando sistemáticamente la Constitución de 1999.
¿Cómo es posible que todos esos países violenten los Derechos Humanos y no haya modo de hacerles entender que se debe respetar la condición humana de cada ciudadano?
Por una parte, no ven al ser humano como tal sino como un sujeto sometido a la voluntad del régimen, sin derechos y sin pensamiento propio. Y por la otra, observamos que el Consejo de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas está conformado mayoritariamente por representantes de regímenes autoritarios, lo que les da impunidad.
El caso más patético es de la invasión de Rusia a Ucrania, utilizando todo el poder bélico de una potencia y llevado a cabo el 24 de febrero de 2022 y que se mantiene hasta hoy, con el fin de impedir que los ucranianos puedan gozar de su autonomía mediante un sistema democrático.
Lo más grave es que Rusia es integrante del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que por esa circunstancia no podía intervenir con una guerra a otro país.
Irán se ha convertido en un peligro mundial porque no sólo ejerce dominio en el área donde se encuentra, sino que amenaza con el exterminio de Israel y del mismo modo a otros países que se le opongan a su forma de pensar.
Y China también es otra amenaza, que busca anexar territorios a sus dominios y para su gobierno la vida de los demás no vale nada.
¿Qué piensa de un régimen, como el de Nicaragua, que de golpe y porrazo le quita la nacionalidad a quien se atreve a expresar su desacuerdo con la dictadura?
Ese régimen incurre en un crimen de lesa humanidad con tal medida porque cuando a una persona nativa de Nicaragua le arrebata la nacionalidad y lo envía al destierro, sin ningún derecho, está haciéndole un desprecio a un ser humano y lo desintegra de la familia. Nicaragua es hoy un mal ejemplo porque tiene un gobierno opresor, que va contra cualquier ciudadano, contra la Iglesia Católica que le advierte que está obrando fuera de la ley, que no tolera la disidencia y lleva a la cárcel a los disidentes, los tortura y los inhabilita políticamente porque como dictadura no acepta alternabilidad alguna.
¿Cómo ve la propuesta de una diputada oficialista que plantea reformar la Constitución para quitarle la nacionalidad a diputados de oposición?
Desconoce totalmente las funciones de un parlamentario, que es la de mantenerse vigilante de la actuación del gobierno, controlar y supervisar la administración pública, y fortalecer los derechos de los ciudadanos.
Esta señora, que fue escogida y no elegida por la población, pretende convertirse en bandera del régimen para que a los opositores, que públicamente asumieron sus puntos de vista contra el mal gobierno, se les abulten expedientes y de esa forma tener un motivo para execrarlos del país. Absurdo totalmente su planteamiento.
El actual fiscal general del Ministerio Público estuvo mucho tiempo denunciando hechos de violación de Derechos Humanos, pero ahora es imposible que no oiga el clamor de familiares de los presos políticos que, a todas horas, profieren gritos por las torturas que les aplican en el Helicoide y en los lugares de castigo del Sebin, del Dgcim, de Ramo Verde. Y no se puede olvidar la forma como fue ejecutado por unos mil hombres de cuatro cuerpos de seguridad, en la operación Gedeon, el opositor Oscar Pérez y con él otras siete personas. Tampoco la muerte del concejal Fernando Alban desde la sede del Sebin, ni la del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo.
No se puede obviar el Plan Zamora, que fue dirigido por el Ministerio de la Defensa por un decreto presidencial, constituye una prueba de que este régimen actuó como lo han hecho los regímenes de China, Rusia, Irán, Cuba y Nicaragua, propio de los militaristas.
En Venezuela no hay pena de muerte, pero tampoco se ha podido lograr justicia para 8.900 casos de asesinatos a manos de los cuerpos represivos del régimen, los cuales están siendo investigados por la Corte Internacional de Justicia, que es la única instancia que nos queda y, por tanto se espera su pronunciamiento, terminó diciendo el doctor Narváez.