Las máquinas cibernéticas han copado la vida del hombre como parte de las revoluciones tecnológicas, entre éstas la actual de la información y comunicación que han conllevado al surgimiento de la sociedad del conocimiento. No son entes naturales por requerir el concurso del hombre para su construcción con el toque su cultura.
Una de sus ramas es la de la inteligencia artificial pero ha devenido un problema ante la amenaza de que desplace al ser humano en sus diversos quehaceres.
Como dice el refrán popular “hemos llegado al llegadero” de un problema de dimensiones técnicas, filosóficas, ideológicas, económicas, políticas y educativas. El preocupante planteamiento puesto en el tapete es el de si la Inteligencia Artificial puede acabar con la humanidad.
La tecnología en sí no es buena ni mala sino que depende de manos en quién esté. Un hecho que nos recuerda lo dicho por el fascista alemán Adolf Hitler sobre la tecnología de la radio al afirmar que era un medio terrible según quién la use. Este tirano la utilizó para la difusión de sus ideas totalitarias del fascismo. Es cuando la tecnología pasa a ser mala.
Las revoluciones tecnológicas han sido las que han hecho los mayores aportes al desarrollo del hombre y la sociedad a diferencias de las políticas con su carga de violencia. Han impulsado el proceso civilizatorio hasta instancias superiores como ocurrió con la agrícola que aporta el primer de estos procesos hace cerca de diez mil años.
Los avances de la telecomunicación, informática y telemática son el centro de dudas, cuestionamientos y discusión. Por una parte está el lado positivo para bien de la humanidad. Un ejemplo es la medicina robótica, que en Venezuela alcanza un amplio desarrollo antes de la llegada del socialismo del siglo XXI.
Por otra parte la casi totalidad de los satélites artificiales que cuelgan sobre el globo terráqueo son de tipo militar o de espionaje. Es si se quiere el lado negativo del asunto.
Pero el quid de la tecnología es que funciona bajo la concepción de la utilidad práctica. Así sus resultados están al servicio de la ley de la máxima ganancia económica más lo ideológico, cultural y político. Una mercancía con valor de uso y cambio en el mercado.
Ello a diferencia, por ejemplo, del arte que opera en la búsqueda de la estética como parte de actividades humanas. Con una computadora hoy puede realizarse una obra de arte como una pintura dirigido por el artista, que es sustituido en el despliegue natural de los colores. Proceso que critica y rechaza el pintor tocuyano Ángel Hurtado considerándolo una negación del arte. Es cuando surge un punto de separación entre el hombre y la máquina.
Existe el miedo a las negativas secuelas de la inteligencia artificial en varios aspectos de la vida del hombre. La mayor es la de si destruirá al hombre, su creador, para derivar en el caos.
Una de sus constantes consecuencias es la del peligro de desplazar al hombre en el trabajo como en efecto ha venido ocurriendo. Citamos el ejemplo de la computadora en la radio que ha sustituido progresivamente al operador técnico y locutor reportando un sustancial ahorro económico a los dueños de los medios.
En el campo de la comunicación se ha lanzado el alerta de generar falsa información. En Francia recientemente llegó a los medios una fotografía de una manifestación callejera. Al procesarla se comprobó que era obra de inteligencia artificial resultando falsa. Es parte del riesgo que se debe enfrentar.
La misma está en la mira de los poderosos intereses geopolíticos mundiales. El enfoque de Europa es el de la búsqueda de conocimiento científico académico. Mientras que China y Estados Unidos apuestan por lo puramente empresarial, lo que equivale a los intereses del mercado y nada más.
La inteligencia artificial constituye una forma de relacionarse o culturizarse el hombre actualmente. Es la clave del nuevo proceso civilizatorio cuando el hombre ha iniciado la odisea de viajar más allá del espacio sideral, dependiendo en su materialización de la máquina. Una expresión de los cambios socioculturales que emanan de las revoluciones tecnológicas en este tercer milenio de la humanidad.
Sus incidencias se hacen sentir a escala global en el campo laboral, comunicacional, redes sociales, educación, ecología y otros. La huelga de actores y guionistas de Hollywood es una muestra de esa amenaza que plantea sus controles legales.
En un mundo donde han desaparecido las fronteras estamos conectados por máquinas siendo inevitables las amenazas de los terroristas y hackers. El hecho de estar conectados significa que estos pueden hacer daño rápidamente lo que nos hace más vulnerables. Por ejemplo, el robo de información financiera, uno de sus objetivos.
Pero sin duda, las nuevas tecnologías son una expresión de la inteligencia transformadora del hombre en este planeta Tierra. Ello apartir de la cibernética, entendida de acuerdo con su creador Norbert Wiener (1948) como: “la ciencia de la optimización de la dirección y la comunicación en el animal y en la máquina”.
Un candente asunto abordado anteriormente por el cine en las películas Terminator y Odisea del Espacio.
Freddy Torrealba Z.
Twitter: @freddytorreal11