El testimonio de David Grusch, Ryan Graves y David Fravor, tres militares retirados, en un subcomité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que tuvo lugar este miércoles 26 de julio podría cambiar la concepción del mundo tal y como se entiende hasta ahora. Los tres confirmaron hace apenas unas horas que el Gobierno estadounidense guarda pruebas de naves extraterrestres y de restos biológicos de sus ocupantes «no humanos». Al parecer, estos OVNIS tienen forma de «cubos negros dentro de esferas transparentes» que además «flotan sin ningún tipo de propulsión», según reflejaron ayer los testigos.
Bajo juramento, David Grusch, Ryan Graves y David Fravor han asegurado que las autoridades estadounidenses han detectado presencia y vida extraterrestre sobre el espacio aéreo del país desde hace décadas –según los testigos, desde la década de los años 30– y que esta puede suponer una amenaza para la seguridad nacional. Sin embargo, denunciaron que el gobierno estadounidense está ocultando información sobre este asunto «no solo a la opinión pública sino al Congreso».
El testimonio más impactante ha sido el de David Grusch, un oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, quien afirma que las autoridades estadounidenses están en posesión tanto de naves de origen extraterrestre como de los restos de sus ocupantes y que sabe dónde las tienen localizadas.
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Grusch asegura que se trata de objetos extraterrestres al confirmar que él mismo los ha visto «pasar de posición estacionaria a velocidad supersónica en una fracción de segundo. No tengo explicación para ello», apuntó. Así, manifiesta que Estados Unidos tiene un programa para estudiar la supuesta tecnología extraterrestre e intentar reproducirla a través de la llamada ingeniería inversa e que incluso algunas de las personas que trabajan con esa tecnología extraterrestre han resultado heridas al intentar manipular los equipos capturados.
Otro de los testigos, el comandante David Fravor, también un piloto retirado de la Marina, ha asegurado que él mismo presenció en 2004 un ovni con la forma de un «tic tac», un popular caramelo norteamericano que aparenta una píldora, con capacidades de vuelo imposibles para la tecnología de los Estados Unidos. Gravor asegura que el «rendimiento» de estos objetos voladores «está muy por encima de la ciencia que conocemos actualmente».
Por su parte, el teniente Ryan Graves, un antiguo piloto de un avión de combate F-18 de la Marina estadounidense, ha señalado en su declaración que «si los ovnis son drones extranjeros, son un urgente problema para la seguridad nacional».
Así, ante tales testimonios que se produjeron en más de dos horas de declaraciones de los tres exmilitares, el subcomité ha pedido al Gobierno que informe de los datos que tiene sobre objetos voladores no identificados.