La organización no gubernamental Un Mundo Sin Mordaza presentó los resultados de la Encuesta de Autocensura Ciudadana 2022, un estudio que revela cómo los venezolanos se han visto obligados a limitar su libertad de expresión y acceso a la información por el temor a las represalias del Estado.
La encuesta, realizada entre julio y agosto de este año, contó con la participación de 1.200 personas de diferentes regiones del país, que respondieron a un cuestionario sobre sus hábitos y actitudes en relación con la comunicación en diversos ámbitos: redes sociales, llamadas telefónicas, manifestaciones, familia y comunidad.
Los resultados muestran que la autocensura es una práctica común entre los venezolanos, que se ha normalizado parcialmente como una forma de protección ante las medidas coercitivas o la presión ejercida por el Estado, que no discrimina a actores estatales, no estatales y medios de comunicación.
Según el informe, el 65% de los encuestados afirmó que ha dejado de publicar o compartir contenido en redes sociales por miedo a sufrir consecuencias, mientras que el 55% dijo que ha evitado hablar de ciertos temas en llamadas telefónicas por la misma razón.
Asimismo, el 30% de los encuestados indicó que ha dejado de asistir a manifestaciones sociales durante el último año por temor a la represión de los cuerpos de seguridad del Estado, y el 32% reconoció que se ha autocensurado en las protestas en las que ha participado.
El informe también señala que la autocensura se extiende al ámbito familiar y comunitario, donde el 40% de los encuestados manifestó que ha evitado expresar su opinión política o social por miedo a ser rechazado o discriminado por sus familiares, amigos o vecinos.
El director ejecutivo de Un Mundo Sin Mordaza, Rodrigo Diamanti, explicó que la encuesta busca visibilizar el fenómeno de la autocensura como una violación al derecho humano a la libertad de expresión y acceso a la información, consagrado en la Constitución y en los tratados internacionales suscritos por Venezuela.