#OPINIÓN El legado del coronel psicópata Séptimo Masquer, sounds of corruption #26Jul

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«Más celos da a la maldad la virtud que el vicio».

–       Eurípides.

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Un oscuro y peligroso remedo de hombre virtuoso, para engatusar. Masquer no tiene virtudes y es impermeable a ellas. Y ante esa incapacidad de ser virtuoso, no tolera ni procesa las virtudes de nadie, tampoco las aprehende ni las aprende, es un bufón para fingirlas y le quedan como morisquetas que le causan molestias y escozor. A Séptimo Masquer las virtudes lo queman como el agua bendita a un espíritu endemoniado, lo laceran y lo atormentan, por lo que no deja que aniden en él. Por eso teatraliza fallidamente decencia y corrección, pero «el saco le queda grande”, por tener una personalidad infecunda para lo loable y lo digno. Y aunque intenta dar una imagen de mediana virtud, una vez que teatraliza el personaje, no quedan en él ni rastros de esas virtudes fingidas.

La personalidad del coronel psicópata es antiadherente a lo que debe ser un hombre con principios y con valores, además nadie da lo que no tiene. Cuando Masquer pretende vender una imagen que no es, esas intentonas de lucir virtuoso, le salen como muecas infernales quedando en evidencia su artificialidad y su ruindad. Masquer es un bufón de maldad para engañar a ingenuos. El coronel psicópata es una vulgar caricatura que ante las virtudes ajenas, se llena de impotencia y de odio ya que las envidia y sabe que nunca germinarán en él por tener una personalidad estéril para lo bueno y lo correcto. Por eso persigue y desacredita a la gente de valía, y los convierte en sus víctimas, porque carece de sus virtudes. Aunado a este panorama, el síndrome de Procusto ha puesto en el coronel psicópata el toque superlativo de envidia característico de su personalidad trastornada.   

La mano que mece la cuna. Porque para el coronel psicópata Séptimo Masquer el fin justifica los medios. Todo evento desafortunado, todo suceso malo, cualquier acontecimiento adverso, las contrariedades incluso en la vida personal y profesional de los usuarios, del personal y de los visitantes de la institución que giren en ocasión de alguna vinculación con ella y donde se engarce de cualquier manera así sea tangencial con el coronel psicópata; no son producto de la mala suerte, ni del alea, ni de casos fortuitos, ni son casuales, ni obedecen a circunstancias imprevisibles, ni de fuerza mayor; sino que esas adversidades, infortunios, contrariedades son atribuibles directamente a la intervención furtiva, siniestra y perversa de Séptimo Masquer quien de bajo perfil, manipula conciencias y prepara los escenarios para que los sucesos, eventos y acontecimientos se sucedan tal y como él los planifica y diseña en contra de quienes ha seleccionado como sus víctimas o sus presas en su mente depredadora. Hasta que no ata cabos, la persona víctima queda sin entender inicialmente las razones por las cuales algo sucede al revés de lo que hubiera fluido normalmente y sin trabas de ninguna naturaleza sino estuviera detrás de esos infortunios la maniobra perversa del coronel narcisista. Pero otro es el escenario con el que se encuentra y resiente la víctima el impacto de a quien le echan sorpresivamente un balde de agua fría y de ordinario la respuesta es la inmovilidad tónica ante el ataque artero enviado por el ex coronel maldito Séptimo Masquer, cuando quiere sacar de escena y deshacerse de alguien incómodo a sus fines delictivos. Después de lastimarte, el coronel manipulador narcisista psicópata se disfraza de víctima.

Solo actos vergonzosos emanan de Séptimo Masquer, pues es un personaje tan indigno que no existe un solo hecho de esencia loable y honesta por el que se le pueda felicitar o agradecer, ya que su falsedad e hipocresía lo identifican. Es la falta de ética en sus intenciones lo que caracteriza su personalidad. Toda la actuación de Masquer tiene un trasfondo de interés insano, egoísta, destructivo, delictivo y perverso que mutila la apariencia meritoria de su ficticia envoltura. Es la ausencia absoluta de eticidad en sus actos y en su personalidad lo que corroen lo que de bueno simulan. Su máscara es hacerse pasar cuando le conviene por un hombre bueno y decente, pero la motivación y las consecuencias de sus actos exponen y dejan en evidencia que ni es probo ni es honorable. Para los desprevenidos en el conocimiento de la personalidad de Séptimo Masquer no logran captar ni entender que este ex coronel “solo hace cosas malas que aparentan ser  buenas”, o lo que es lo mismo  “solo hace cosas que aparentan ser buenas pero en esencia son malas”.   

La extorsión y la venta ilícita de títulos. En cada lugar donde lo designen, este coronel psicópata se las ingenia para sacarle provecho ilícito e ilegal a la actividad del ente u organismo donde cumple sus funciones de depredador social. El mayor negocio lucrativo de Séptimo Masquer en esta gestión, ahora mismo entre otros, es el crimen de vender ilícitamente títulos valores estafa, pero aquel – oh que alegría –  que los reciba como regalos, no crea realmente que es un obsequio de un hombre magnánimo, pues ese aparente gesto de “hermandad” conlleva, envuelve, enraíza que debes pagar en su momento oportuno cuando él lo exija, convirtiéndote en su coautor en otros delitos o permitirlos o justificarlos, pero en cualquier caso ese aparente e “inocente obsequio” o permisión será cobrado con creces en su momento, porque es “un regalo que le debes pagar y que te lo va a cobrar”. Siempre Masquer tiene un “AS” maléfico debajo de la manga, para cuando le toque a él hacer trampas y cometer delitos, tú guardes silencio cómplice alcahueteándolo o te instruye a que cometas el delito o el crimen por él. Como puedes apreciar en sus obsequios o permisiones el motivo de su ficticio desprendimiento está envenenado, y se desnaturaliza la esencia de lo que entendemos por regalo. Porque no es regalo lo que estás obligado a pagar porque te difieren el pago y su modo, seguramente a cambio de algo indigno y delictivo como retribución al “engañador regalador”.  La rosa que regala Masquer es una trampa.

Por sus actos lo conoceréis. De tal manera que Séptimo Masquer le “echa mentol” en los ojos y en la percepción a los incautos que no atisban que del coronel hay que pensar mal y acertarán. Tal cual este militar nunca más graduado, juzga y aplica ese rasero con sus víctimas. Sus monos voladores pudieran en casos muy puntuales también ser sus víctimas, pero en realidad son sus coludidos y el coronel es un socarrón. De manera que no se engaña a quien se sabe engañado. Muchos argüirán cuando les convenga, “es que no sabíamos de la personalidad trastornada del coronel”, y “desconocíamos que fuese un experimentado delincuente con postgrado en corrupción”. Pero eso de justificarse en la ignorancia para escabullirse de la responsabilidad penal como coautores de crímenes y excusarse y defenderse de ser sus colaboradores y cómplices, porque se disfraza de angelito, es y sería temerario porque es vox populi que el coronel es un “descomunal barro lleno de pus”, la evidencia empírica lo delata..

            Masquer, no solo corrompió al sistema, sino que da la señal y envía el ok. Con un desparpajo e inusitado analfabetismo moral y espiritual con el mal ejemplo el coronel psicópata pervirtió a todo el talento humano con nada o con débiles fundamentos en valores y en principios. Séptimo Masquer exacerba en unos y despierta e impulsa en muchos las ganas de corromper y de corromperse, como quien tiene el delincuente en su fuero interno aprisionado y escondido pero latente esperando el momento y la señal para escaparse a delinquir.

La huella psicológica o huella psíquica que deja Masquer en la institución, en el personal y en los usuarios, es desquiciante, alarmante y perturbadora. Nunca un volumen tan alto de corrupción e indecencia se ha manifestado con tales desproporciones en una empresa como esta, donde casi en colectivo las personas fingen ser decentes y correctas mientras de bajo perfil practican la corrupción y el sadismo. La eticidad brilla por su ausencia en la institución. Esto es parte del legado de perversión que deja el negro Séptimo Masquer, el coronel narcisista psicópata, el nunca más graduado. No nos sorprende cómo piensa una mente narcisista psicópata, por lo que el coronel Masquer al estarle vetado alcanzar otro grado castrense, optó por arrogarse fraudulentamente un título de doctor para el cual no cursó estudios y por el que se le conoce como el doctor fraude. Y así como hizo Maurén se adjudicó fraudulentamente el título de doctor.

            Eres el promedio de las 5 personas que te rodean. Relacionarte con Séptimo Masquer es igualarte a él en desorden moral y ético, en aberraciones sexuales y en la comisión de todo tipo de crímenes de bajo perfil pero de grave contravención al ordenamiento jurídico en materia, civil, laboral, administrativa y  penal; además de las violaciones a los derechos humanos que por cuya naturaleza el transcurso del tiempo no les borra su exigibilidad penal nacional e internacional. Ahora mismo y cuando se desvanezca la euforia de la borrachera de la corrupción y la alcahuetería de Masquer, ciertamente los escenarios son idóneos para la exigibilidad penal de las responsabilidades al coronel maldito como a sus ayudantes y amiguetes que hechos los pendejos, o hechos los gilipollas, lo acompañan y lo han acompañado en la comisión de los diversos delitos de los que ahora sacan provecho y que por su complicidad han quedado identificados, porque nadie sabiendo lo que ahí se hace, se queda en un sitio como Sodoma y Gomorra, cuando es público, notorio y comunicacional lo que en contra de las leyes y de la moral se perpetra en esta y en otros módulos de la franquicia.

            El virus de los delitos institucionales. Están a la orden del día las noticias de los delitos cometidos por esta red criminal y por los homólogos de Masquer junto a su superior el jefe relojero “cinco para las doce”, el general Besarás por eso de los besos negros que le da al coronel narcisista psicópata. Estos hechos criminales de todo orden y en especial de corrupción, extorsión, estafas y venta ilícita de títulos valores; se han vuelto virales en las redes sociales y protagonizan escándalos por los medios de comunicación y sería temerario para los funcionarios y los usuarios argüir ignorancia o desconocimiento, porque ellos mismos los comenten y porque precisamente se hacen de la vista gorda para continuar pescando en río revuelto, para seguir llenándose los bolsillos en el mar de corrupción que impera en la institución. 

Porque ante tal lenidad colectiva, los justos han de ser juzgados como pecadores. Romanos 2:12-24. En tiempos previos de la llegada de Séptimo Masquer a la institución y de quien lo antecedió tan corrupto como cínico; esta organización social estaba como novia adolescente de esas chicas inocentes de otrora apenas besadas tiernamente y cuya corrupción tal vez fuese un extraviado tocamiento imprudente que ruborizaba el rostro de la doncella. Pero desde que este coronel narcisista experimentado corrupto y psicópata, se posesionó de la institución, esta empresa dejó de ser doncella y destila podredumbre e indecencia a tal punto que como orín maléfico ha corroído los fundamentos de su misión y los propósitos de su creación. Por lo que es obligante en una sociedad con principios y valores; que todos sus trabajadores acepten someterse a terapias psicológicas o psiquiátricas y a un fortalecimiento espiritual; para borrar la impronta impura e inmunda que ha dejado Séptimo Masquer en sus psiquis. Y si eso del engreimiento y de la ínfulas humanas no fuera posible, entonces esta empresa tendrá que desaparecer, por haberse transformado en ocasión a las prácticas criminales que en su seno y en ocasión de ella se cometen, por el influjo aberrante que ha trastocado su esencia. La institución perdió la ruta desde que Séptimo Masquer y su antecesor tomaron el timón de esta nave.

Una vida, una historia y un récord de desvergüenza. Siendo siempre el cabecilla, toda la vida militar del vesánico ex coronel Séptimo Masquer, está plagada de corrupción y diversos delitos. Este experimentado delincuente pero también experimentado psicópata ha acumulado bienes y se ha llenado los bolsillos con dinero negro – que paradójicamente es divisa verde , deshonrando el cuerpo castrense al que ha pertenecido.

Su desempeño siempre se ha caracterizado por la trampa, la burla, el timo, el fraude, la corrupción, la extorsión, el engaño, la manipulación, el tráfico de influencias, ejerciendo el mismo control que caracteriza a un pran pero en su caso en libertad, abusando del poder de mando que se le confía; planifica, dirige y coordina diversos delitos. Esto es parte del legado de Séptimo Masquer el psicópata, a las personas e instituciones por donde pasa o transita. La indeleble huella criminal del coronel psicópata es un tributo al delito, es un holocausto a la perversidad. La presencia de este tipejo en las instituciones, es blasfemia a lo que se concibe como “la ética pública” y sus actos inmorales y delictivos son bofetadas a la rectitud y honestidad que debe prevalecer en los organismos del estado.

Sanguijuela que no suelta la presa ni nunca se sacia. En perjuicio de los neurotípicos y de su mundo empático, la espoleta de este militar que jamás obtendrá otra graduación, es propiamente su psicopatía, que por la deformación de su amígdala le hace detonar su trastorno. Pero además peculiarmente afloran sus otros síndromes y otros trastornos adicionales que son también singularidades de su personalidad. Séptimo Masquer es una bomba de tiempo, que vive en un conflicto bélico psiquiátrico y/o psicológico para mantenerse posicionado en el mundo de la gente empática y apropiarse de sus bondades. Porque Séptimo Masquer es un envidioso y avaricioso de lo ajeno, y está envilecido apropiándose de lo que no le pertenece. Este militar es un parásito que cual sanguijuela, se pega de las heridas que les causa a sus víctimas y “chupa y chupa”, porque una vez que logra encontrar las fisuras y debilidades de sus presas, no se les despega, no las sueltas hasta engordarse suficientemente y mucho más, porque envilecido e insaciante se niega a irse y no quiere liberar ni soltar a su presa.  

Falta de escrúpulos. Masquer con el caradurismo que lo caracteriza le causa desangraderos a las empresas o instituciones sociales que se le confían para que las administre o las gerencie y traicionando esa confianza y coludido con otros en asociación para delinquir; le busca a estas corporaciones la vuelta de cómo sacarles provecho ilícito e ilegal, a través de las fisuras que otros ni las han visto ni las han pensado, pero el psicópata sí, porque construye esas rendijas para delinquir si no las hubiere y porque huele y aprovecha cualquier oportunidad porque es un depredador social. Y se enriquece ilícitamente donde otros solo hubieran llegado a gerenciar sanamente. Pero la mente criminal de Séptimo Masquer no puede dejar pasar la oportunidad para robar y otras tres columnas de etcéteras de delitos.

Qué legado tan deshonroso, que es un escupitajo para tu alma que te recuerden como alguien capaz de apropiarse delictiva y corruptamente de bienes y dineros. El ex coronel Séptimo Masquer deja como legado y malos ejemplos, una estela de delitos y de dárselas de vivo con astucia maléfica. Con carcajadas de canalla Jajajaja, el palafrenero diabólico se deleita en la avaricia delictiva y en la violación de los derechos humanos y nunca ha pensado en su alma, ni siquiera cuando fingiendo ser un buen cristiano se ha atrevido a tomar la ostia o el cuerpo de cristo en “estado de pecado mortal” en múltiples actos de blasfemia y sacrílego para que los presentes piensen que es un hombre bueno temeroso de Dios, aunque en la institución sus actos digan y evidencien todo lo contario y que dando mal ejemplo mantenga como barragana a una jovencita que pudiera ser su nieta y poco le importe convertir por sus actos también en adultera a su inocente esposa. La señora esposa, la mujer digna que amorosamente te lustró las botas y te orientó para que pudieras caber en ellas, porque siempre el uniforme te ha quedado grande.

  Deudas terrenales que te cobrará el infierno.  Cuán triste y lacerante para tu alma, que en vida y al morir te evoquen como una persona vil, mitómana, envidiosa, tramposa, criminal y ruin. Un canalla capaz de derrotar en mala lid a otros, caotizándoles su mundo por artificios diseñados en tu mente perversa y usando a gente servil para causarles daño y para golpearles su autoestima. Que aprovechándote de tu circunstancial momento de poder, desacreditas a tus víctimas y las dejas sin empleo o sin estudios y sin comida porque te la robas. Solo porque los mártires que has creado no pusieron sus talentos genuflexos al servicio de tu narcisismo psicopático ni a merced de tu red de corrupción y porque no soportas que otros tengan más talento que tu; importándote una mierda que sean padres y madres de familia, con hijos menores e incluso discapacitados que mantener. ¿Y de los usuarios? ¡Cuántas canalladas cometes en su contra para que te paguen las extorsiones que planificas para enriquecerte ilícitamente!. Eres un ser indigno, de naturaleza bestial.  

«Cuanto mejor es una persona,

más difícil le es sospechar de la maldad de los demás».

–       Cicerón

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