Ya es hora de tener un Presidente que deje atrás el pleito inútil e infecundo y promueva la unión de la familia venezolana.
A la hora de escribir este artículo estuve dudando si titularlo el candidato o el Presidente. Opté por llamarlo el candidato. Al fin y al cabo, se supone que ese candidato eventualmente terminará siendo el Presidente. Se escoge un candidato pensando que ese candidato reúne las condiciones para ser Presidente y que Dios mediante lograremos hacerlo Presidente.
La primera condición que yo exigiría en un candidato es que tuviera intención de trabajar por la unidad de la familia venezolana. El país necesita recomponer su unidad. Dice la Sagrada Escritura: Reino dividido no prevalecerá. En los últimos 23 años hemos tenido dos presidentes que se han dedicado a dividir a la familia venezolana. Ya es hora de tener un Presidente que deje atrás el pleito inútil e infecundo y promueva la unión de la familia venezolana. En otras palabras, necesitamos un Jefe de Estado y no un jefe de facción o de partido.
En segundo lugar, necesitamos un Presidente que sea capaz de desenvolverse como Jefe de Gobierno. Es decir, una persona que pueda seleccionar un grupo de compatriotas honestos y competentes para lograr la solución de los problemas del país.
En tercer lugar, necesitamos un Presidente que tenga autoridad para desempeñarse como Comandante en Jefe de la Fuerza Armada. Pero no de cualquier Fuerza Armada. Es de la Fuerza Armada que tenemos. El Presidente debe estar en condiciones de ofrecerle al país una Fuerza Armada profesional, al servicio de la nación y no de parcialidad política alguna. Con un elevado nivel moral y con un sólido prestigio ante la opinión pública.
En cuarto lugar, el Presidente tiene que ser el conductor de la Política Internacional del país. El próximo gobierno tendrá el encargo de reintegrar a Venezuela en la comunidad de las naciones. Recomponer nuestras relaciones con la Comunidad Internacional.
Por último, el próximo Presidente debe estar en capacidad de ejercer la función de Jefe de la Hacienda Pública. Es decir, un líder con capacidad para promover la recuperación económica de Venezuela, para acabar con la inflación y la recesión, generar riquezas para todos, promover inversiones públicas y privadas, nacionales e internacionales.
Esas cinco condiciones a las que me he referido no son, por cierto, fruto de mi imaginación. Son condiciones establecidas en la Constitución Nacional en los artículos 225 y siguientes.
La elección de un nuevo Presidente no es un asunto que se puede tratar con frivolidad. Venezuela está tan mal como está en estos momentos, porque la mayoría de los ciudadanos ha sufragado por personas que no estaban capacitadas para ser Presidente de la República.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
Twitter: @ifedecve
Instagram: @ifedecvenezuela
Facebook: @ifedecvzla