Nativa de las regiones selváticas de Venezuela y el norte de Brasil. Su nombre científico se deriva de la palabra griega «dendron», que significa árbol, y «bates», que significa andar, haciendo referencia a su hábitat natural y a su capacidad para trepar árboles.
Se distingue de las demás especies de su género por su característico patrón de coloración aposemática (presenta rasgos llamativos para a alejar a sus depredadores) con bandas de color amarillo y negro.
Es diurna y terrestre. Los machos son territoriales y pueden ser muy agresivos cuando defienden su territorio.
Sus extremidades cortas y dedos parcialmente palmeados les permiten moverse con destreza entre la vegetación densa de la selva. Además, su piel posee una textura pegajosa que les ayuda a adherirse a las superficies y evitar caídas accidentales.
Su alimento principal son hormigas, de las que obtiene el ácido fórmico, que es el origen de su toxicidad. En cautividad, si no se alimentan de hormigas, no producirán toxinas.
La toxicidad de esta rana es tan potente que ha sido utilizada por las tribus indígenas de la región para envenenar las puntas de sus flechas, de ahí su nombre común de «Rana Flecha Amarilla».
Es muy territorial. Los machos establecen zonas que defienden agresivamente de otros machos, mientras que las hembras eligen a su pareja basándose en su comportamiento y calidad del territorio.
Durante la época de reproducción y apareamiento, los machos cantan y muestran sus colores para conseguir la atención de las hembras. El cortejo es más intenso durante una o dos horas o dos después de la salida del sol y antes de la puesta del sol.
Estas ranas también son conocidas por su cuidado parental. Después de la puesta de huevos, el macho se encarga de cuidarlos, manteniéndolos húmedos y protegiéndolos de posibles depredadores hasta que eclosionen.