El secretario general de la ONU António Guterres afirmó el jueves a las naciones que el periodo posterior a la Guerra Fría ha terminado y que el mundo vira hacia una nueva era multipolar, la cual ya está marcada por el mayor nivel de tensiones geopolíticas y rivalidad entre las principales potencias en décadas.
Advirtió que estas divisiones están socavando la piedra angular de las Naciones Unidas: que todos los países trabajen conjuntamente para solucionar los retos globales.
El jefe de la ONU enlistó una serie de desafíos: conflictos más complejos y más mortales, resurgimiento de los temores sobre una posible guerra nuclear, aumento de la desigualdad al interior de los países y entre ellos, terrorismo generalizado, la emergencia climática, creciente desconfianza en las instituciones públicas, y vulneración de los derechos humanos a nivel global, “incluida una perniciosa oposición a los derechos de la mujer”.
El secretario general dijo que la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022 ha hecho aún más difícil abordar estos desafíos. Y sin mencionar a Rusia la criticó claramente, diciendo que si cada país cumpliera sus obligaciones bajo la Carta de las Naciones Unidas —que incluyen respetar la soberanía e integridad territorial de todas las naciones—, “el derecho a la paz estaría garantizado”.
Guterres presentó su sombrío panorama mundial en un documento de política que esboza su “Nueva agenda para la paz” ante diplomáticos de los 193 Estados miembros de la ONU. Es el intento del organismo mundial para hacer frente a las nuevas amenazas, agregó.
El jefe de las Naciones Unidas subrayó la importancia crucial de preservar el multilateralismo: “En nuestro mundo fracturado y convulsionado, corresponde a los Estados preservar nuestra institución universal, en la que tienen una participación».
“El momento de actuar no es cuando las divisiones y fracturas nos hayan envuelto”, agregó. “El momento de actuar es ahora”.
La Agenda para la Paz original fue presentada en 1992 por el entonces secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, tras la disolución de la Unión Soviética y el fin de su Guerra Fría con Estados Unidos. Aquel documento celebró el fin de la “hostilidad y la desconfianza” entre las superpotencias y esbozó cómo las Naciones Unidas podrían intensificar su trabajo en la diplomacia preventiva, el mantenimiento de la paz y la construcción de la paz.