#OPINIÓN Psicomorfologia de Séptimo Masquer el coronel psicópata narcisista #19Jul

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«Yo no soy un santo, soy un psicópata».

Atrevimiento, desinhibición y mezquindad son entre otros los rasgos de Séptimo Masquer el coronel psicópata. Entre las características de los psicópatas podemos señalar que no tienen corazón, no les importa para nada el dolor ajeno, pueden a capricho fingir cortesía, pero son fríos, y solo están actuando. Son mentirosos profesionales y manipuladores, la mentira forma parte del día a día del psicópata. Los ojos del psicópata Séptimo Masquer son diminutos y átonos, es decir caídos. Nunca el coronel admite que se ha equivocado, y protagoniza episodios de trastorno explosivo intermitente si se lo hacen saber ya que de este modo puede mediante histrionismo y teatralidad convencer a los demás que no es el responsable y nunca jamás admitirá que tiene la culpa de nada.

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Solo el observador experto puede reconocer la psicopatía en Séptimo Masquer, porque de ordinario los psicópatas suelen ser indetectables, pero no siempre. Saben manipular, engañar y disimular. En el caso de Masquer, muestra un comportamiento agresivo y severo. Además, su morfología psicópata lo delata. Su boca es demasiado pequeña para la anchura de la zona instintiva. La forma de su cara, con hendiduras en las sienes, marcadas aletas vibrantes de la nariz (nariz de toro), asimetría en los hemisferios faciales.

En morfopsicología todo es tendente y no concluyente, pero en el caso del coronel Masquer que es psicópata narcisista, todo es concluyente. Es necesario aclarar que todo psicópata es narcisista, pero no al revés. De modo que la psicopatía es una variante del narcisismo. Analicemos los rasgos del coronel psicópata Séptimo Masquer: 1.- Experimenta Compulsiones sexuales muy grandes. No se sacia en su bisexualidad, luego que Chabela lo abandonó sexualmente, ha dejado verse como un pedófilo patéticamente ennoviado públicamente con una adolescente, aunque sigue con su amante Chuchín su enano mayordomo. Cosifica y utiliza a los demás como meras herramientas. Para Masquer las personas son cosas, que usa y desecha, caso de Alejandro Blanco el marido de la cocinera Tiniebla, Ananás, Obeso, la nieta de Hessen, la bruja camandulera, entre muchos otros monos voladores y demás gente herida a la que ha subestimado. 2.- Facilidad de persuasión en la mirada. 3.- La boca caída con necesidades no abastecidas. 4.- La boca cerrada en cremallera (crueldad y sadismo). 5.- Los ojos caídos con débil conciencia. 6.- Los ojos entrecerrados demuestran conciencia absolutamente nula. 7.- Los ojos hundidos y pequeños. 8.- Los ojos muy caídos (mentira y manipulación). 9.- Mandíbula y cuello dilatados. 10.- Narcisismo (con unos pómulos muy dilatados). 11.- Necesita vivir situaciones de riesgo a diario porque si no su vida sería aburrida. 12.- Pómulos excesivamente dilatados. 13.- Falta de sentimientos. Imposición de la propia voluntad, por las buenas o por las malas con tendencia a hacia la violencia y marcado sadismo..

Masquer suele tener una mirada trastornada, unos «ojos fríos”, una mirada gélida o vacía, sin emociones pero a la vez fija y penetrante. Cuando ocurre algo que debería causar emociones en los demás, Masquer reacciona más tarde, es un ligero diferimiento en sus reacciones. Es un retardo de medio segundo, suficiente para ver cómo están reaccionando los demás y hacerlo acorde para imitar emociones (más bien, sentimientos). La razón de esto es porque en realidad lo está fingiendo, pero es una diferencia de menos de 1 segundo. Tienes que ser observador para darte cuenta de esto, y también usar la intuición y conocer muy bien las emociones para percatarte de que Masquer las finge, al punto que se nota que es falso, se ve robótico y actuado. La mirada abusadora y menospreciante lo delata.

Su descendencia confiesa a sus amigos en EEUU: mi padre es psicópata narcisista, él me daba golpes sin razón de pequeño y luego me hacía sentir culpable, cuando me pegaba él fruncía la frente y las cejas, también los labios, pero su mirada era vacía, sin ninguna emoción, toda su cara parecía saciarse humillándome y su mirada lo revelaba. Recuerdo haberlo notado y haberme sorprendido. Igual pasó cuando él fingía culpa, todo su lenguaje corporal era de una persona que aparentaba sentirse culpable, excepto su mirada impávida. Suele ser poco espontáneo, siempre con temor a no reaccionar adecuadamente y «ser descubierto» lo que lo hace un ser frío o robótico, aunque es bastante torcido pues ha aprendido a imitar convenientemente los comportamientos de la gente empática. Es experto en manipulación y entrena mucho para mimetizarse con los neurotípicos.

Cuando sonríe sus ojos son impasibles ante cualquier evento. El resto del cuerpo excepto su mirada es completamente actuado. Sus ojos son como los de un pez muerto, camina mirando todo por encima de sus hombros, con jactancia y prepotencia, imitando a una gallineta, vive con el ceño fruncido y al conducir el vehículo no lo hace como el común de la gente, en realidad Masquer se cree especial, porque es un narcisista. Esa es la forma más efectiva de detectar a un sociópata/psicópata: no importa lo que les suceda o lo que «sientan» (y este es un decir porque lo que los define es justamente su incapacidad de sentir emociones nobles) sus ojos jamás cambian. La mirada delata al psicópata. Son como unos ojos muertos. Al principio uno piensa, seguro es una persona inexpresiva a la que se le dificulta exteriorizar sus sentimientos. Pero transcurre el tiempo y no importa lo que pase, los ojos siguen muertos y seguirán por siempre muertos porque son el fiel reflejo de su total falta de sentimientos, empatía o simpatía. Es un ser que tiene el alma muerta y sólo busca causar daño en su propio beneficio.

Masquer tiene una mirada vacía y sin vida. Que puede mirarte fijamente y otras veces no logra sostenerte la mirada porque él sabe que tiene mucho que esconder. Salvo que te quiera retar y sentirse él un ganador, porque eso sí, se siente guapo y apoyado en su circunstancial cargo y momento de poder, y está henchido de engreimiento, con ínfulas narcisistas, se cree la estrella del lugar. Ello le ayuda a ocultar sus vicios. Su mirada es inyectada no obstante usar lentes. Con un ceño fruncido, mueve el rostro desde la parte de arriba hasta la boca. Su mirada es sin reacción alguna, ante cualquier suceso que a otros pueda inmutar, a Masquer no se le nota en los ojos si no en movimientos nerviosos. Con un caminar rápido e impaciente como con prurito rectal, brazos pegados al cuerpo, rigidez en el caminar y en las manos. Séptimo Masquer es un hombre sin espiritualidad.

De primeras es casi imposible detectar la psicopatía en Séptimo Masquer; si no pones atención en sus facciones, sus expresiones, sus comentarios e incluso cómo reacciona ante situaciones perturbadoras para otros. Recuerdo narra un funcionario, el día en que murió mi hija, me cansé de llamar por teléfono al coronel psicópata para hacerle saber mi dolor y la razón por la cual no asistiría al trabajo, pero el muy psicópata me hizo ghosting. Cuando lo vi personalmente al incorporarme al trabajo solo se quedó en silencio ante mi relato, tampoco me expresó condolencias, ni una palmada en el hombro, ni siquiera por cortesía se inmutó, en ese momento ni fingió empatía. De la misma manera se comportó Chabela su suplemento narcisista de entonces, una mujer psicópata. El muy canalla desgraciado Séptimo Masquer. Por el contrario, continua el funcionario diciendo, Masquer estaba urdiendo la manera de montarme una celada para descalificarme, desacreditarme y quitarme el empleo con la ayuda de su cómplice Sussana, con quien comparte el tráfico de la hipocresía, porque ella me utilizaba incluso para hacer las tareas de sus hijas y me llamaba hasta altas horas de la noche y yo inocentemente la atendía.

Para Séptimo Masquer acabar con una persona cual presa a la que caza y ver derrotada a su inocente víctima; es como haber roto una taza, un vaso, para él es un suceso insignificante, no pasa nada en su conciencia moral porque no la tiene, no se ponen en los zapatos del otro. Pero esas maldades y sadismos constituyen parte de su combustible narcisista y allí sí se regodea en su miseria espiritual. Porque el coronel psicópata es un “idiota moral”, un analfabeta espiritual. Masquer ve al mundo desde una perspectiva muy egoísta y depredadora. Este trastornado no tiene ningún reparo mental en hacerles daño a sus víctimas, pues es cruel, no experimenta culpas, ni siente remordimientos. El Psicópata una vez detectado y siendo un peligro para sociedad su único lugar es en un psiquiátrico de por vida o la cárcel de alta seguridad, porque sin lugar a dudas trae una estela significativa de crímenes ocultos, como el caso del coronel psicópata Séptimo Masquer, que es la mano que mece la cuna de la corrupción en la institución.

Habida consideración de los rasgos psico morfológicos de Séptimo Masquer el coronel psicópata, entendamos en su contexto lo siguiente.

Ejerciendo control y manipulación en todas las esferas de la institución, Masquer el coronel psicópata, se disfraza de buena persona pero su actuación lo delata, la evidencia empírica deja ver su maldad, su sadismo y su ruindad. Con su poder “oculto”, y su influencia maléfica sobre los acontecimientos, pues los provoca y esconde la mano para mantenerse camuflado y que nadie “pille” que son sus directrices perversas para conseguir sus intereses corruptos, manteniendo control siniestro sobre los eventos de manera sutil pero poderosa. Séptimo Masquer el coronel psicópata, usa su circunstancial posición para influir en los demás, especialmente en los sugestionables para mantener su mundo de corrupción y diversos delitos, para moldear las acciones y decisiones de otros en tanto los usa a su conveniencia como sus esclavos personales que les sirven de títeres o de monos voladores. Disfrazado de inocuo, Masquer abusa del poder y de la autoridad ejerciendo influencia depredadora sobre ingenuos, incautos y hasta sobre sus cómplices, traficando con la hipocresía con el propósito de dominar en el crimen que sembró en la institución. Masquer, es “la mano que mece la cuna” y gobierna criminalmente en la empresa. Siembra comandos de control y actuación en la mente de sus subordinados y de no subordinados, y así los programa psicológicamente para obtener de ellos un comportamiento negativo, social, moral, ético y legalmente reprochable, pero aprovechable en sus intereses delictivos.

Los eventos que perjudican a la institución, a los usuarios y a los funcionarios, no son aleatorios, no son producto del azar; sino que obedecen a las órdenes y al influjo malicioso y direccionado por Séptimo Masquer el coronel psicópata. Toda la actuación y personalidad de este militar trastornado, implica manipulación, control excesivo y abuso de poder y ninguna adversidad para las personas son situaciones espontáneas, ni inocentes; sino diseñadas y elaboradas calculadamente por Séptimo Masquer, el coronel psicópata.

«Soy un tiburón,

nadie nada mejor ni más rápido que yo,

que le gané a Michael Phelps»

  • Séptimo Masquer.

Dr. Crisanto Gregorio León

[email protected]

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