Sin duda una excelente iniciativa que observamos con la vista, oídos, papel y lápiz para tratar, léase bien, tratar de opinar al respecto, pero que en definitiva no nos satisfizo. Mucho personalismo, populismo y demagogia, mitinesco, llantos, perdón a Dios, con escasas excepciones a la cabeza de la señora Machado por la firmeza de su discurso.
Lo positivo en algunos, diríamos es el conocimiento que del país tienen. Lo negativo es el exagerado personalismo de quienes se consideran Presidente, sin haber pasado por las primarias que suena a burla para los electores. Luego, anunciar por decreto la libertad de los presos políticos a conciencia, que de serlo, sería en el 2025 ¡que esperanza para ellos y familiares!.
Preocupante por lo demás, en una persona preparadas como Cesar Pérez Vivas, anunciando que: «Seré el octavo gocho presidente» (no explicó, si a lo Cipriano Castro, Gómez, Lopez Contreras o Pérez Jiménez). El candidato de la familia Ramos D’agostino, refritó al Carlos Andrés Pérez de 1973, con su política de «Pleno Empleo» y el «Plan de Becas Mariscal Ayacucho«, interrogándome ¿si no hay para enseñar educación a nuestros niños, los vamos a mandar fuera? De paso, aseguró una «Ley de empleo» para los qué egresen de las Universidades ¿cuales? ¿Y para los demás, no?.
Otro desafuero destacado fue pedir perdón a Dios, con cara de arrepentimiento, por los errores cometidos desde la Coordinadora Democrática, la Mesa de la Unidad y hoy «G4» incluyendo no haber investigado la nacionalidad de Maduro, el caso de los diputados CLAP, la rendición de cuenta de millones de dólares para mantener la clientela, el extraño silencio colombo- venezolano en «Monómeros«, la destitución de la presidencia interina, y peor no pudo haber sido, una especie de carta debajo de la manga, de la propuesta de «sucesión» es decir, si inhabilitan a quien gane se le sustituye.
Delatadora grosería condicionante, para que el régimen acepte competir, con la supuesta oposición, alegándose, que ello estaría en el marco de una «articulación política» ¿habrase visto tremenda estafa, para quién elija?, y luego el «G4» escoge, lo que nos resulta venida del régimen o de su abogado en ese columpio. Por supuesto, negadas por otros, pero quedó en el tintero y como tal lo alertamos, para que se sepa de que son capaces.
Otros detalles, fue la valentía de unos para calificar de «oprobiosa a la dictadura cívico militar». En temas puntuales, ninguno habló de la salud, menos de la corrupción y de los militares, cuya mayoría espera por unas palabras.
Como dijimos al principio, se trata de una óptica personal. Nunca creí en la «Coordinadora Democrática», tampoco en la «MUD» y me remito al estado Lara, dónde acusaron al gobernador Falcón de corrupciones y después recibían beneficios. Todo denunciado por los mismos y a partir de entonces, nosotros, no hemos dejado de opinar, en ejercicio de la constitucional «Objeción de Conciencia» y en el marco de nuestra condición de militante de Acción Democrática con responsabilidades, pero altamente preocupado por las evidentes jugadas políticas en correspondencia, más a intereses personales que los que requiere el país y la mayoría de sociedad, que no aguanta, que una élite actúe en beneficio propio, para lo que abundan escenarios circenses ya rechazados por un colectivo, que ha perdido la paciencia y ello tiene su límite.
Jorge Ramos Guerra