“Mañana tal vez, tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que viven mal porque no nos decidimos a cuidar ni a luchar por su futuro”
Gandhi
Parece que no significara nada una gota de agua, pero sin esa gota no habría logrado Dios el milagro de reunirlas todas para llenar los océanos, ni existirían los causes por donde corren los ríos, tampoco los lagos, las fuentes, los riachuelos y manantiales.
Cuando pienso en los planetas que forman nuestro sistema solar, comprendo cuánto amó Dios al mundo y cuan privilegiados somos al vivir en esta tierra que no hemos sabido apreciar ni valorar, que no cuidamos y a pasos agigantados la vamos convirtiendo en desierto insoportable.
El agua es parte fundamental de la creación, es la base sustentable de la vida, cuidarla es responsabilidad de todos, preservar cada gota es deber irrenunciable del Estado y también de la sociedad. Cada gota acumulada es la vida que se gana, malgastarla es vida que se pierde. La gota perenne que se pierde a través de un grifo equivale a 300 galones perdidos por mes (1.200 litros). Mayor es la pérdida cuando se pierde por un tubo matriz roto hace meses, sin vislumbrar preocupación de parte de los más afectados. El problema de la falta de agua como también el del bárbaro desperdicio a causa de tubos matrices rotos en casas particulares y edificios que no se reparan con la rapidez que exige tal problema, también es muy grave. Al Estado no le preocupa, incluso pareciera que ni a los que más sufrimos la falta del vital líquido. En el Este de Barquisimeto padecemos los peores rigores del agua que aunque la cobran carísima no llega y si llega, es muy de vez en cuando, además de que tenemos que pagar cisternas de mala calidad y botellones de agua mineral, por aquello del peligro que representa consumir agua no apta para la salud. Aunado a la falta de interés de los afectados está el daño que va causando en la estructura de una casa o edificio, la pérdida a través de las tuberías principales rotas que van horadando todo a su paso…
Vivir en contacto perenne con la naturaleza nos hace más conscientes de lo frágil que es nuestro medio ambiente. De un tiempo acá ya siente el hombre las secuelas del gran daño ocasionado a la naturaleza. Poco a poco ha ido entendiendo la causa del calentamiento global, los cambios climáticos, el efecto mortal de la pérdida de petróleo en mares, ríos y lagos, de los desechos tóxicos de las fábricas, las basuras lanzadas a las quebradas, el impacto negativo de los abusos de la ecología, el aire y la tierra.
Para nada han servido las fulanas cumbres y reuniones de los “defensores del medio ambiente”. Pasarán los años y el problema del agua se agravará, las conciencias de científicos, empresarios, políticos, etc. permanecen calladas (a punta de dólares, negocios y ganancias) y los acuerdos sólo quedarán en el papel…
“El mundo no es la herencia que nos dejaron nuestros padres, sino el préstamo que nos hacen nuestros hijo” (John Audubon)
Lamentablemente todo el daño y el desastre que va dejando esa plaga, llamada hombre claramente demuestran que la inteligencia sólo le ha servido para hacer de su mundo una sepultura en la que caerá toda la humanidad…
Amanda Niño P.