El Parque La Marina y la Plaza del Buen Maestro, dos lugares de esparcimiento emblemáticos de Maracaibo, ubicados en la avenida 2 (El Milagro) con avenida 4 (Bella Vista), se ven fuertemente afectados por el nauseabundo hedor que emana de las orillas del Lago de Maracaibo, producto del “verdín”, la contaminación y los desechos.
Las personas que visitan ambos lugares no pueden alejarse mucho de las avenidas, ya que la acumulación de desperdicios, mezclado con lo que los expertos denominan “floración algal” y con las aguas negras que desembocan cerca de allí, producen un fétido olor, además de mostrar una escena dantesca de la basura siendo arrastrada por la marea verde hasta las orillas.
Esta situación afecta el comercio de la zona para todos aquellos locales comerciales y vendedores informales que obtienen sus ingresos de los visitantes del parque y la plaza, quienes asisten a estos lugares de recreación para disfrutar del aire libre y de fotografiarse con el Lago de fondo.
“Fui con mi novio a la Plaza del Buen Maestro para celebrar el primer aniversario con unas fotos románticas de espaldas al Lago, pero la putrefacción fue insoportable, y el paisaje ni se diga, basura y ‘verdín’ por todos lados”, contó Kristina Cordero.
La marabina describió la caminata por el paseo peatonal del malecón, con el fin de llegar a la cúpula del final para tomar fotos, como “una tortura”, ya que “estuve a punto de vomitar, el olor era tan fuerte que tuve que pasar corriendo y aguantando la respiración, tomar unas cuantas fotos rápidas y regresarme corriendo, fue horrible”.
A pesar de esta situación con los turistas, los más afectados por los derrames petroleros en el Lago, los cuales se promedian entre 500 y 1.000 barriles diarios, según la oenegé Azul Ambientalistas; y el “verdín”, el cual cubre un 70 % de su superficie, son los habitantes de la zona, quienes deben vivir a puertas cerradas por la fetidez.
Síntomas en habitantes de las orillas
Beltrán Briceño, profesor e investigador de la cátedra de Microbiología Agrícola de la Universidad del Zulia (LUZ), explicó este miércoles que el “verdín”, según estudios realizados en el Laboratorio de Microbiología de la Facultad de Agronomía, no emiten toxinas, por lo que no representan un peligro para los humanos.
Detalló que, pese a la fetidez, la única manera en que una persona podría enfermarse por las condiciones del Lago sería si bebieran de sus aguas.
No obstante, pese a las afirmaciones del biólogo, los habitantes que viven a orillas del Lago dicen presentar pérdida de apetito, fatiga, dolores de cabeza y malestar general por la podredumbre, además de los miles de mosquitos y moscas que rondan las orillas.