#OPINIÓN Doctora Judith Curry: Los humanos no somos los únicos responsables del cambio climático #10Jul

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A la memoria del geógrafo Dr. Pedro Cunill Grau.

En fechas recientes se ha creado un concepto geográfico muy polémico por los llamados ecomarxistas: el antropoceno, el cual ha desatado enormes polémicas en el mundo científico y también entre los legos. Sostiene que nosotros los humanos somos los responsables de los enormes cambios climáticos que experimenta dramáticamente la Tierra desde que inventamos la agricultura y, más acá, desde los inicios de la revolución industrial del siglo XVIII. Otros, más polémicos aun, argumentan que es el capitalismo como agresivo sistema económico el responsable del pavoroso deshielo de la Antártida y el terrible hueco de la capa de ozono. Por ello han creado un concepto sumamente controversial: el capitaloceno.  

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La ciencia climática real de la Doctora Judith Curry

Saliéndole al paso a estas afirmaciones que son de hecho matrices de opinión establecidas, sale a la palestra mundial una dama estadounidense, la doctora Judith Curry (1953) investigadora de la Universidad de Wisconsin-Madison, quien después de prolongados estudios y muchas publicaciones científicas arbitradas, sostiene que se dieron varias glaciaciones en las que el hombre no participó. O que el mayor calentamiento terrestre se produjera entre 1919 y 1940, cuando apenas surgía el combustible fósil. Estas consideraciones de los climatólogos tradicionales sólo han contribuido a crear un pánico social en todo el planeta, en lugar de generar una mayor comprensión sobre los cambios climáticos, arguye la Doctora Curry.

Se han dicho cosas horribles contra las emisiones de CO2, las que antes del 2040 llegarán a picos insoportables, dice Curry, lo cual es un autoengaño científico. La variabilidad climática que vivimos es natural, en la que el homo sapiens tiene muy poca responsabilidad. Se debe a las tormentas geomagnéticas o a las oscilaciones de la Tierra, fenómenos que escapan al control humano. Están ahí.

Por ejemplo, la Doctora Curry nos da dos palmarios ejemplos que los científicos “normales” no han podido dar explicaciones:

La alerta de una nueva edad de hielo que se dio entre 1950 y 1970, cuando el planeta comenzó a enfriarse 0.15 C° sin razón aparente. Esto a pesar de las constantes emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. De hecho, se creía que la temperatura seguiría bajando hasta que, en 1980 volvió a ascender 0,28 grados centígrados. 

El aumento del nivel del mar de la década de 1860. Época en la que se dice que inició el derretimiento de los polos, aunque los seres humanos no estaban ni cerca de descubrir el combustible fósil.

La ONU enfrenta a la Doctora Curry

La ONU ha soterrado u ocultado estos fenómenos, una actitud contraria a la ciencia natural en la que también ha caído el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), alega esta valiente mujer en escenarios como el Congreso de los Estados Unidos. Los científicos de la ONU la acusan de negacionista y la han sacado de la comunidad científica por negarse apoyar el impuesto al carbono propuesto por los economistas de ONU. La polémica que existe entre Judith Curry y la comunidad científica estadounidense es básicamente un conflicto ideológico. Mientras que el NAS defiende que todos los cambios climáticos son causados por el hombre, Curry asegura que no es así. Está convencida de que solo el 50% de los casos de calentamiento global están vinculados a nuestra huella de carbono. 

Para la científica, el cambio climático causado por el hombre es una teoría incierta, con argumentos errados, y su debate está teñido por intereses políticos, por lo cual el análisis de la Dra. Curry molesta e incomoda a los intereses globalistas que están promoviendo esta idea. Es una manifestación de la “naturaleza tribal” que se engendra en las comunidades científicas, espeta Curry.

Entonces, ¿invita Judith Curry a la pasividad? Ella opina que la investigación debe diversificarse, abordar las causas naturales del cambio climático y no obsesionarse con el factor humano, «que representa menos del 40% del cambio climático». Cree que haríamos mejor en prepararnos para las consecuencias nefastas del cambio. La muy prestigiosa revista científica Nature, por ejemplo, ha dicho que el cambio climático antropogénico es “una conspiración construida”.

Judith Curry aún continúa escribiendo artículos sobre climatología en el blog Climate Etc. Así que, si sentimos curiosidad por una visión diferente sobre el clima, podemos revisar sus estudios sobre la termodinámica de los glaciares y el vínculo entre Ucrania y el cambio energético global.

Quizás en un futuro haya más científicos como la Doctora Judith Curry, que rompan los esquemas sociales para opinar lo que verdaderamente creen. Ella ha combatido los monstruos de la incertidumbre cuando se hacen proyecciones a futuro del cambio climático, un problema malvado, asienta. Pero de momento sus investigaciones son lo único que tenemos.

¿Y los ecomarxistas qué?

¿Y qué habrá pasado entonces con las categorías que los ecomarxistas han hecho suyas tales como antropoceno y capitaloceno de las que hablamos al inicio? Todo parece indicar que la Doctora Curry evita las discusiones políticas cuando se trata del cambio climático. El concepto de capitaloceno se posiciona como una crítica a la noción de antropoceno, al considerar que la acción humana sobre el planeta está atravesada por procesos de colonialismo, industrialización, globalización, racismo y patriarcado. Estas nociones parece que no encajan en el modo investigativo de la Doctora Curry, más centrado en la investigación experimental concreta: la Ciencia climática real.  

Así, será poco menos que probable que la Doctora Curry comprenda el llamado por los ecomarxistas concepto de Capitaloceno: una historia radical de la crisis climática que refuta la idea de que los humanos, sólo por ser humanos, seamos los culpables de la debacle ambiental, que ofrece un relato de la crisis climática desde el siglo XVI hasta la fecha, evidenciando una correlación entre los momentos determinantes en la acumulación del capital y los momentos de gran devastación ambiental. Se explica la crisis climática por episodios y como consecuencia de una relación histórica del capitalismo con la naturaleza.

El gran debate que viene

El pecado mayor del ambientalismo, el conjunto de movimientos en defensa de la naturaleza y sus autores, fue habernos hecho creer que los culpables de la destrucción del mundo natural éramos todos los seres humanos sin excepción. Este será en consecuencia el tema central del gran debate que se aproxima en el siglo XXI, en donde las ideas de la Doctora Judith Curry entrarán en colisión con las de los ecomarxistas. ¿Se acusará a esta eminente científica de desviar la atención del monstruoso capitalismo? ¿Se le acusará de defender el capitalismo que impera en su patria de nacimiento, los Estados Unidos? ¿Acusará la Doctora Curry de especulativas y de pseudociencias las teorías del antropoceno y su reverso del capitaloceno de los ecomarxistas?

 Amanecerá y veremos.

Luis Eduardo Cortés Riera.

[email protected]

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