«La felicidad es el resultado de la disciplina y la perseverancia»
Tony Robbins
Según muchos emprendedores exitosos, la felicidad es un factor clave para el éxito de un emprendimiento. La felicidad puede impulsar la creatividad, la motivación y la productividad, lo que a su vez puede llevar al éxito empresarial. Además, la felicidad puede ayudar a los emprendedores a mantener una perspectiva positiva y a superar los obstáculos y desafíos que puedan surgir en el camino.
Esos mismos emprendedores exitosos recomiendan que es necesario encontrar algo que los apasione y los haga feliz. Que es necesario mantener una perspectiva positiva y enfocarse en las soluciones en lugar que en los problemas. Que es necesario celebrar sus logros y reconocer sus éxitos por pequeños que sean. Que es necesario rodearse de personas positivas que los apoyen y los inspiren, además de que se debe encontrar un equilibrio entre la vida personal y su emprendimiento para evitar el agotamiento y el estrés.
En este sentido, Paolo Iacci, vicepresidente de la Asociación de Gestión de Personal de Aidp, denuncia en un tono ligero la inadecuación de muchos directivos ante la búsqueda de la felicidad en las empresas antes que pensar en los costes laborales, por tanto, en su libro Breviario semiserio para directivos pensantes, un título provocador para dar una sacudida a aquellos que, como dice con sarcasmo el director general de la Universidad Luiss Pier, Luigi Celli en el prólogo – tienen otras cosas que hacer como decidir, mandar, protegerse, pero pensar Dios mío, qué inútil pérdida de tiempo-.
Más allá de la ironía, lo cierto es que empresas y directivos atrapados hasta el cuello por las crisis, siguen subestimando la importancia de tener colaboradores satisfechos para redescubrir la productividad y la eficiencia. Un descuido que también certifica una encuestas realizada por la consultora Gso por cuenta de Aidp, que solo el 36% de las multinacionales presentes en Italia y solo el 10% de las empresas italianas miden el clima corporativo empresarial y la participación de lo colaboradores, pero lo más preocupante señala Iacci, es que las empresas muchas veces no evalúan el estado de ánimo de sus colaboradores porque certificarían una insatisfacción generalizada, que luego sería difícil gestionar una vez que los datos llegan al conocimiento de todos.
Sin embargo, estos temores tienen el efecto de desencadenar círculos viciosos que alejan cada vez más a las personas de los objetivos corporativos.
Así lo demuestra la encuestas Trust barometer realizada por Edelman en 25 países, donde el 65% de los encuestados dicen, de hecho, que tratar bien a los colaboradores es muy importante, solo el 30% cree que las empresas realmente lo hacen.
Definitivamente, esta es una carencia que debería impulsar el cambio, según la multinacional de consultoría de recursos humanos Hay Group, cuando señala que un clima positivo induce a las personas a comprometerse más y eso mejoraría el rendimiento hasta en un 30%.
Italo Olivo
www.iolivo.com
