En el curso de los últimos veinticuatro años, a través de los convenios suscritos por este gobierno, Venezuela ha llegado a tener mayor dependencia internacional que cualquier otro país.
Así lo aprecia la doctora Rosario Orellana, barquisimetana y sobrina de la exgobernadora del estado y exsenadora, doña Dori Parra de Orellana, y del doctor Fortunato Orellana recordado médico pediatra y quien fue senador de la República.
La doctora Orellana, profesional del Derecho y con un diplomado en integración europea, fue la primera vicecanciller de la República durante los cuarenta años de democracia y participó activamente en la política exterior. Incluso estuvo encargada de la cancillería en algún momento.
Al ser entrevistada por El Impulso, dice que a los países les interesa tener relaciones amistosas y fundamentalmente comerciales, culturales, científicas y tecnológicas, pero de igual manera los que profesan la democracia tienen que ser muy cuidadosos a la hora de concertar acuerdos, por cuanto deben preservar los intereses de sus ciudadanos.
Es importante tomar en consideración los valores de la democracia y, por tanto, promover el respeto a los Derechos Humanos y, por supuesto, la legitimidad de los gobiernos.
Por ello, al momento de llegar a acuerdos, hacerlo, no con limitaciones, sino en los condicionamientos con la realidad de la agenda internacional de los países.
Dependencia
¿Qué observa en la política exterior de Venezuela?
-Es muy preocupante que los acuerdos suscritos en el curso de los últimos veinticuatro años se ha podido ver que Venezuela tiene una dependencia, en acuerdos internacionales, mayor a los de otros países.
¿En qué sentido?
Los objetivos se han orientado no a los intereses de la nación sino a la prevalencia política. La herramienta de la política internacional se ha potenciado en pro del gobierno en ejercicio, que no es un gobierno legítimo.
Opacidad
¿Cómo ha visto la forma como este gobierno ha venido suscribiendo una gran cantidad de convenios con Rusia, China, Irán y otros países que no son democráticos?
– No sabría decir cuántos convenios se han suscrito en casi un cuarto siglo, pero lo que si sabemos todos los ciudadanos es que la mayoría de esos convenios no se conocen y cuando se conocen sólo es parcialmente. Eso se debe a que todos los actos de la administración del Estado venezolano son opacos.
Lo que vemos es que ahora esos actos no realizan como se acostumbraba en en los gobiernos de la democracia, en los cuales debían cumplirse rigurosamente unos procedimientos transparentes. Los gobiernos podían llegar a acuerdos, pero éstos debían, antes de ser suscritos, revisados y aprobados por el Congreso y hechos del conocimiento público.
Lo que se ha venido haciendo es todo lo contrario, ya que la información que trasciende es la dada por los funcionarios de otros países y, después, se tiene un conocimiento muy vago de lo que se ha firmado sin importar los intereses de los ciudadanos.
Dentro de la política del gobierno ha prevalecido lo externo sobre lo interno, existiendo un proceso negativo para el país y el ejemplo más claro es el de la importación de alimentos. Se ha desfavorecido la producción nacional, la cual se ha venido destruyendo y consecuencialmente el trabajo. Vemos cómo se traen productos de otros países en detrimento de nuestros productores agroalimentarios. Podemos extrapolar esto a las demás actividades con los mismos resultados negativos.
Destrucción
¿A qué se debe la opacidad que usted observa en la información acerca de las actividades del gobierno, que impide a los ciudadanos saber realmente lo que está pasando?
-Yo me refería a la opacidad de la política internacional del Estado, la cual debe ser impoluta; pero, hay opacidad en todas las demás actividades. Eso tiene que ver con la destrucción que se ha propuesto este gobierno, comenzando por el Estado de Derecho, la separación de los poderes públicos y de todo lo que sabemos. La opacidad es resaltante en toda la gestión comunista. Y ésta ejerce dominio sobre la población a través de sus aparatos represivos.
Desde los comienzos de la democracia en nuestro país existió por parte de Cuba el propósito de implantar un sistema comunista en Venezuela, pero se le paró el trote y se impidió, en ese entonces, que no pudiera propagarse el ejemplo cubano en nuestro territorio y de hecho en todo el continente.
Sin embargo, aprovechándose de la democracia, lamentablemente, unos grupos antidemocráticos no sólo se levantaron sino que accedieron al poder y las consecuencias son ampliamente conocidas y sufridas, ya que la población está sintiendo en carne propia porque la pobreza se ha generalizado, millones de personas han tenido que abandonar sus hogares para buscar medios de subsistencia en otras latitudes y quienes aún quedamos aquí tenemos que soportar una situación crítica. Esos grupos han buscado apoyo internacionalmente ´porque no lo tienen internamente. Y la política exterior ha sido un instrumento para los intereses grupales. El objetivo ha sido la permanencia en el poder.
Diplomacia
¿Se ha acabado la carrera diplomática en Venezuela?
-No se ha acabado. No todos los que se encuentran desempeñando cargos diplomáticos apoyan al gobierno. Además, son muchos los que están pasando trabajo. Hay funcionarios honorables, profesionales de carrera, que hasta tienen que pasar hasta tres meses sin recibir sus emolumentos. Y la Cancillería no toma en cuenta esa situación.
Venezuela, durante los gobiernos democráticos, llegó a ser una república respetada en el campo diplomático. Aquí se celebró la Conferencia del Mar, donde asistieron todos los países del mundo. Y su cancillería era tomada muy en cuenta porque había sido profesionalizada al más alto nivel.
¿Qué nos dice ahora?
Que eso no existe. Que todavía hay una porción de profesionales diplomáticos, pero que como ya dije están pasando trabajos.
De su experiencia que tuvo en la cancillería, ¿qué hecho significativo recuerda?
Cuando el presidente de los Estados Unidos, George Bush padre, llamó al presidente Carlos Andrés Pérez, y yo le traducía, para pedirle opinión en relación a asuntos relacionados con Centroamérica.