«Ojalá pudiera describir la sensación de estar en el mar, la angustia, la frustración y el miedo. La belleza que acompaña a los espectáculos amenazantes, la comunión espiritual con las criaturas en cuyos dominios navego»
Steven Callahan
¡El mar y sus misterios!
Los ojos del mundo entero estaban puestos sobre los cinco tripulantes del submarino Titán. Entre ellos, su dueño el millonario Stockton Rush. También viajaban el empresario paquistaní, Shahzada Dawood y su hijo Suleman de 19 años, el explorador británico Hamish Harding y el explorador francés Paul- Henrry Nargeolet.
El sumergible creado por la empresa «Océan Gate» tenía como misión bajar turistas hasta donde se encuentran los restos del Titanic, a un costo de 250.000 dólares por pasajero, sin duda, aventureros, ansiosos por explorar los confines más lejanos.
Además, de observar los restos del Titanic, podían documentar también su lento deterioro antes de que todo desaparezca, y quede plenamente enterrado por las dunas, y las lenguas de sedimento, ya que según algunos expertos, el mismo, está colonizado por múltiples formas de vida, y hasta bacterias únicas que lo oxidan y descomponen.
«El océano lo está arrebatando, y debemos documentarlo antes de que todo desaparezca o se vuelva irreconocible», dijo a The Associated Press en 2021 el presidente de «Océan Gate Expedition», Stoctonk Rush.
Este mini submarino de tan solo 6.7 metros de largo, y un interior sumamente estrecho, (algo «impensable» para cualquier persona que tenga claustrofobia), con pocas instalaciones, y en uno de los extremos disponía de un portal de información de 21 pulgadas de diámetro, por dónde los pasajeros podían ver las profundidades marinas.
El Titán tenia un alcance hasta de 2.5 millas de profundidad es decir, unos 4 kilometros, tal como lo explica la propia web de Océan Gate.
El 18 de junio, y a más de 600 km de la isla canadiense de Terranova, el Titán, comenzó su descenso hacia las profundidades del océano, no obstante, aproximadamente a una hora y 45 minutos, después de lo que debería haber sido un descenso de dos horas, perdió contacto con el barco Polar Prince, (su nave nodriza, y quién lo habría transportado a su punto de inmersión).
Luego sobrevino un silencio aterrador… la calma brutal que precede a la desgracia.
Y comenzó la gran preocupación por las cinco personas a bordo, ya que contaban con tan solo 96 horas de aire respirable. Es decir, que hasta el día 22 de junio tendrían oxigeno.
Entonces, vista la emergencia se activó la operación de búsqueda con buques y oceanólogos de varios países, Igualmente se incorporó a dicha búsqueda el Robot francés de nombre «Victor 6000» y otros vehículos no tripulados.
Operación ardúa y peligrosa en dónde se logró hallar algunas piezas del aparato, que reconocieron como restos del Titán.
Y fue el día 22 de junio, cuando la Guardia Costera de Estados Unidos, anunció la pérdida «catastrofica» del Titán. Confirmando así, la muerte de los cinco tripulantes, lo que puso fin a la búsqueda masiva del sumergible.
La noticia conmovió al mundo. Y dejó a mucha gente confundida, pensando en las causas del accidente, haciendo conjeturas:
— Sería que el Titán colisionó con las ruinas del Titanic, y se quedó enganchado a él, atrapado, (tomando en cuenta la cantidad de escombros esparcidos en el lecho marino).
—Como también pudo ocurrir que en su ascenso chocara contra un bloque de hielo.
Esas eran algunas de las hipótesis de los especialistas, en cuanto a lo que pudo ocurrirle al submarino.
Pero el esfuerzo de búsqueda y rescate desplegado en la zona del naufragio, llegó a la triste conclusión de que fue una «implosión» la que causó la muerte de los cinco tripulantes.
En resumen lo que iba a ser una gran aventura, se convirtió en una historia de terror, y ahora los restos del pequeño Titán descansan sobre las ruinas del majestuoso Titanic, en la más absoluta oscuridad abisal.
Natividad Castillo. P (Natty)
Nattymport@ gmail.com
