El propietario del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, aseguró este sábado que ordenó a sus mercenarios que dejaran de marcha hacia Moscú y que se retiraran a sus campamentos en Ucrania para evitar derramar sangre rusa.
Moscú había erigido retenes con vehículos blindados y tropas en su borde sur, además de clausurar la Plaza Roja, a medida que la capital rusa se aprestaba para el posible arribo del ejército privado liderado por un comandante mercenario rebelde.
El anuncio de Prigozhin pareció calmar una crisis creciente. El presidente Vladímir Putin había advertido que el comandante rebelde y el contratista militar privado ruso enfrentarían consecuencias severas.
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Prigozhin no dijo si el Kremlin respondió a su demanda de expulsar al ministro de Defensa, Sergei Shoigu. No hubo comentarios inmediatos del Kremlin.
El anuncio siguió a una declaración de la oficina del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, que dijo que negoció un acuerdo con Prigozhin después de hablar previamente del tema con el presidente Putin.
Putin prometió que habría consecuencias duras para los jefes de la sublevación armada encabezada por su antiguo protegido, Prigozhin, quien sacó a sus fuerzas de Ucrania, tomó una instalación militar clave en el sur de Rusia y avanzó con dirección a Moscú.
La sublevación de Prigozhin representa el desafío más significativo a Putin en sus más de dos décadas en el poder.
En un discurso televisado a la nación, Putin calificó la sublevación de “traición”.
“Todos los que prepararon la rebelión sufrirán el castigo inevitable”, advirtió Putin. “Las fuerzas armadas y otros organismos de gobierno han recibido las órdenes necesarias”.
Las autoridades declararon un “régimen contraterrorista en la capital y sitios aledaños, reforzaron la seguridad y limitaron algunos movimientos.
En las afueras sureñas de la capital, el ejército montó retenes protegidos con bolsas de arena e instalaron ametralladoras.
El alcalde de Moscú, Serguei Sobyanin, advirtió que se restringiría el tráfico en partes de la capital. Decretó un día no laborable el lunes para la mayoría de los habitantes.
Cuadrillas abrieron fosas en tramos de las autopistas para frenar la marcha del ejército de mercenarios. Se cerró el acceso a la Plaza Roja, se evacuaron dos grandes museos y se cerró un parque.
El ejército privado de Prigozhin aparentemente controlaba el cuartel militar de Rostov del Don, unos 1.000 kilómetros (600 millas) al sur de Moscú, donde se dirigen las operaciones en Ucrania, informó el ministerio de Defensa británico.
Aparecieron efectivos y pertrechos de Grupo Wagner en la provincia de Lipetsk, unos 360 kilómetros (225 millas) al sur de Moscú, donde las autoridades “toman todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la población”, dijo el gobernador Igor Artamonov por Telegram. No entró en detalles.
Estos sucesos dramáticos comenzaron exactamente 16 meses después de que Rusia inició la invasión de Ucrania, el conflicto más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, que ha causado decenas de miles de muertes, desplazado a millones de personas y reducido ciudades enteras a escombros.
Los ucranianos esperaban que las luchas intestinas en Rusia les darían la oportunidad de recuperar territorio tomado por las fuerzas rusas.
El presidente ucraniano, Volodymir Zelenskyy, declaró que Moscú padecía “debilidad en toda la escala” y que Kiev protegía a Europa de la “expansión del mal y el caos ruso”.
El Grupo Wagner ha estado luchando junto a las fuerzas del Kremlin en Ucrania. Los objetivos de Prigozhin no estuvieron claros de inmediato, pero la rebelión supone una escalada en su enfrentamiento con la cúpula militar rusa, a quienes acusó de malograr la guerra en Ucrania y de poner obstáculos a sus tropas sobre el terreno.
“Esto no es un golpe militar, sino una marcha de la justicia”, agregó el magnate.
Prigozhin confirmó el sábado que él y sus tropas habían llegado a Rostov del Don tras cruzar la frontera desde Ucrania.
Además, publicó un video en el que aparecía en el cuartel general militar ruso en Rostov y afirmó que sus tropas habían tomado el aeródromo y otras instalaciones militares en la ciudad. Otras grabaciones publicadas en redes sociales mostraban vehículos militares, incluyendo tanques, en las calles.
Según Prigozhin, sus fuerzas no enfrentaron resistencia de los jóvenes reclutas en los puestos de control y añadió que “no están luchando contra niños”.
El Grupo Wagner ha desempeñado un papel fundamental en la guerra rusa en Ucrania, tomando con éxito Bájmut, la ciudad donde se libró la batalla más sangrienta y larga del conflicto. Pero el multimillonario ha sido cada vez más crítico con la cúpula militar rusa, acusándola de incompetencia y de dejar a sus efectivos sin armas y munición.
Las acciones de Prigozhin podrían tener consecuencias importantes en la guerra. Orysia Lutsevych, directora del Foto de Ucrania del centro de estudios Chatham House de Londres, indicó que la lucha interna entre el Ministerio de Defensa ruso y Wagner crearán confusión y una posible división entre las fuerzas rusas.
“Las tropas rusas en Ucrania podrían estar operando ahora en un vacío, sin instrucciones militares claras y con dudas acerca de a quién obedecer y seguir”, dijo Lutsevych. “Esto crea una oportunidad militar única y sin precedentes para el ejército ucraniano”.