Otras cometas que se van en busca de nuevos y renovados vientos que les permita elevarse en lontananza con empuje y energía y les sea posible luchar por sus sueños, por sus intuiciones, por sus alegrías, por un porvenir pleno de aspiraciones, por un mañana mejor, lleno de esperanzas, buscando una meta con regocijo de haberla alcanzado.
Atrás quedan las frustraciones, los días largos interminables de pensar y pensar, de sueños rotos, de nostalgias e inconformidades, atrás queda la familia, los amigos, conocidos y un mundo que por circunstancias del destino no pudo ser conquistado con el esfuerzo, con el trabajo y el deseo de salir adelante. Atrás quedan los padres como dos globos solitarios que luchan por sostenerse contra la leve brisa que ocasionalmente les llega, dos globos solitarios que ven alejarse las cometas en busca de nuevos horizontes y de vientos que les permita elevarse hacia desconocidas lejanías y entablar su fuerte y propia lucha con las adversidades y frustraciones del destino. ¿Será que algún día volverán a encontrarse cometas y globos como antes? Es difícil en momentos donde las tormentas azotan sin piedad, donde la voluntad se humilla y se somete a un “jefe” sin la esperanza de encontrar un horizonte de oportunidades, de felicidad, de calidad de vida ni de paz…
Los años pasan y los globos pierden altura muy fácilmente. Cada día que pasa se hace más difícil sostenerse en la leve brisa, la estructura falla, los suministros fallan y solo se espera un colapso que sea de efectos mínimos y poco desastrosos. Así se van acabando las familias, los amores que se creían eternos, la vida de los caminantes que quisieron remontar las alturas, conquistar el mundo. De ellos solo queda la necesidad de fugarse, quedan los recuerdos, pensar, pensar y pensar, esperar y esperar viendo siempre hacia el camino por donde salieron un día, tal vez, para nunca más regresar.
Los globos pierden altura, pierden fuerza, se debilitan, se agota el aire siguen sostenidos por la leve brisa que mece sus sueños ya cansados de luchar por sostenerse arriba y de esperar, limitados solo al pequeño ámbito de sus oscilaciones y esperanzas. Las cometas siguen arriba, su cordel es interminable para sostenerlos en rápido y sostenido vuelo hacia el éxito y así lograr cumplir sus sueños.
¡Arriba, Arriba Cometas! No se detengan, sigan felices por esos lejanos cielos de progreso, de libertad y de mejor vida. Acá abajo se quedan dos quejumbrosos y viejos globos viendo el ascenso de las cuatro cometas que emigraron un bendecido día hacia cielos sin cadenas…
Hugo F. Victoria (+) (Diciembre de 2022)