En estas fechas se celebra sobre suelo Caroreño un evento donde se realza el esfuerzo diario que en los potreros realiza la estirpe criolla, con el fin de domesticar su medio ambiente y con ello lograr producir alimentos tan necesarios para la subsistencia del país, hoy sometido a la orfandad por parte de un Estado que no cumple con lo establecido en la carta magna. Porque lo inicialmente concebido como unas ferias para celebrar los logros provenientes del trabajo local, ahora se pueden proyectar como una herramienta sumamente útil en la generación de proteína animal; que pueda alimentar la fuerza productiva que hoy pregona por engrandecer su terruño.
Asimismo, el mejoramiento genético alcanzado por la técnica local con el ganado raza Carora demuestra que los resultados positivos crean un círculo virtuoso que puede perdurar en el tiempo, dejando bienestar a su paso, porque cada ejemplar del ganado Carora representa para un productor la oportunidad de crecimiento con la cual sortear los retos de un clima agreste. De igual forma, existen otros problemas por resolver en el aprovechamiento de una materia prima que hoy da sustento a millones de familias en el país, porque la leche de origen animal debe dominarse y convertirse en cientos de subproductos y derivados directos que generan más industria y beneficio colectivo, porque él “commodities” del medio rural debe ser un petróleo blanco con beneficios mejor distribuidos.
Por otra parte, estas ferias demuestran cómo la ciudadanía en general es capaz de tomar los espacios públicos para brindar su apoyo a cualquier actividad humana que lleva implícitos valores sociales, porque el medio rural es sinónimo de trabajo, dedicación y entrega por lo cual los aplausos colectivos en el municipio Torres duran toda una semana en honor a quienes representan el medio rural. De tal manera, que toda iniciativa en nuestro país debe llevar implícito una amalgama de ítems, que le otorguen una legitimidad que trascienda las fronteras nacionales.
En resumen, las ferias de Carora sirven de vitrina para lograr apreciar las fuerzas productivas que serán fermento del porvenir colectivo en construcción en Venezuela, porque del “logos” del individuo forjado en un medio agreste, saldrán las ideas pilares para una sociedad con grandes aspiraciones que niega lo común y busca trascender por encima de toda dificultad. Quizás una celebración municipal llegue en su momento a ser la génesis de los cambios que hoy todos sueñan para su territorio, porque el proyecto visionario de ganaderos del siglo XX hoy se materializa como un motor de bienestar que aspira mover el músculo laboral de una nación en reconstrucción.
Finalmente, los resultados de dicho evento se verán en tres espectros del tiempo futuro, porque a corto plazo diferentes productores podrán tomar ejemplares exhibidos en las ferias para mejorar su capacidad productiva, dejando un flujo de caja en ganaderos que a su vez invertirán lo recaudado en sus corrales. Y en el mediano plazo la raza Carora estará presente en los vientres de nuevos rebaños de ganado que van a proveer de bienestar a diferentes poblaciones del país. Siendo los benéficos a largo plazo inimaginados porque los niños que hoy se alegran y emocionan al ver los productos del medio rural, mañana serán quienes forjen sus propios sueños al ser herederos directos de la raza Carora.
Eduin Adjunta
@adjunta90