#OPINIÓN Séptimo el coronel psicópata y su pacto con Satanás #21Sep

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«Y vendré a vosotros para juicio;
y seré pronto testigo contra los hechiceros».
Malaquías 3:5.

Una práctica habitual de Séptimo Masquer el coronel psicópata es que le encanta utilizar la magia negra en contra de sus víctimas. Le magnetiza visitar brujos y rodearse de “paleros” para perjudicar a sus enemigos o presas, para dañar a personas que él considera que le han hecho algún perjuicio o que le hayan herido su ego inflado, o que se constituyan en piedras en su camino de corrupción y de criminalidad. Me narró un sacerdote que sabe del coronel psicópata o de la bruja Theodora como también se le conoce, que este militar licántropo es un practicante de magia negra. Y cuando lo vemos en su proceso en el que imita o se transforma en un perro es porque varios demonios se apoderan de él. Pestilencias inmundas toman su cuerpo físico y su alma y, lo hacen ver como un Chacal o Licaón, una de las formas preferidas de Satanás que en este caso hace del coronel psicópata su morada.

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Este coronel Séptimo el psicópata es asiduo visitante de personas que tienen que ver con la magia negra, pues a través de brujerías ataca a sus víctimas y hace pactos satánicos para conseguir o materializar sus planes perversos. Su vida se ha caracterizado por una fascinación por las prácticas oscuras. Todo lo que sea oscuridad lo subyuga, todo lo que le sirva para dañar a la gente y que le permita de igual modo cometer impunemente corrupción, sadismo y maldad. Y recordemos que los psicópatas como este coronel Masquer, es decir; los psicópatas domésticos, los que están en apariencia mezclados en sociedad que llevan una vida entre comillas aparentemente normal y funcional, lo piensan muy bien para cruzar algunos límites de la criminalidad y se valen también de otras maneras, como en este caso de hechizos, conjuros y prácticas demoníacas; conteniéndose en lo que puedan de otras acciones – prefiriendo la furtividad – porque enlodarían su imagen pública y saben que van a ser reos por crímenes sangrientos. Así que evitan hechos escandalosos prefiriendo actuar al máximo de bajo perfil – en cuanto puedan controlarse –, en contra de las personas. Pero a través de la brujería pretenden generar un daño que ellos lo ven como un mecanismo u opción para abatir de otra forma a sus presas y obtener lo que han exigido a Satanás como poder, triunfo y riquezas, a cambio de sus almas y así acuden a este tipo de lugares donde se practica la nigromancia con el fin de dañar y atacar personas, en cuanto eso les permita posicionarse en la tierra con la ayuda del inframundo.

Recordemos que Séptimo Masquer el coronel psicópata es cundinamarqués, natural de Córdoba un departamento de Colombia. Así me entrevisté con este sacerdote católico quien me preguntó el nombre del coronel psicópata y para mi sorpresa empezó a decirme muchas cosas sobre él sin haberle yo adelantado nada al respecto y me expresó que es un ser de total oscuridad que practica la magia negra. Y que cuando tenía unos 20 años en un pueblo al norte de Colombia llamado Córdoba donde él nació, hizo una alianza con el demonio y, que se trató de un pacto de riqueza, un pacto para que nunca le falte el dinero, para que en todo momento y todos los días tener mucho dinero y allí entregó su alma, por lo que en cada oportunidad que se le ve como un perro en su transformación licantrópica, es el demonio que se presenta cada vez para recordarle que su alma es del averno.

No entré a cuestionar ni a poner en tela de juicio lo que me dijo aquel sacerdote, pero no dudé ni por un instante de las maquinaciones de este perverso ser; porque son maniobras malignas que solo se pueden esperar de un psicópata. Del coronel psicópata no se puede esperar nada bueno, pero si todo lo malo, lo inmundo, lo que sea malvado, cualquier cosa asquerosa, la más perversa, la más oscura, la más criminal, la más cruel, porque el tío negro es un psicópata. Durante la entrevista, había un cirio encendido en el altar, en aquel altar gigante, con la Virgen, Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz y la Santa Biblia abierta.

Una singularidad de Séptimo Masquer el coronel psicópata adorador del demonio. Expuso el sacerdote; es la circunstancia de que cuando asiste a misa, nunca participa de la misa completa y en caso de que comulgue o reciba la hostia lo hace en un acto de blasfemia en el que finge perversamente serenidad. Aunque hubo un tiempo que era acérrimo feligrés no duraba dentro de la iglesia cinco minutos y si duraba más se le notaba una incomodidad inusual, como si estuviera atormentado. Cuando permanece dentro de la iglesia por el tiempo de la misa, grandes tormentos azotan su alma. Algo muy extraño profirió el presbítero: “yo nunca lo escuché rezar”. Es decir, realmente nunca lo escuché rezar. Lo veía en su momento como moviendo los labios, como haciendo su mímica podríamos decirlo. En momentos como que se transfiguraba en un perro. Pero en ese momento caí en cuenta y entendí que realmente nunca lo había escuchado orar. Y no sabía si efectivamente estaba rezando, ni si estaba rezando de verdad, porque no lo hacía en voz alta y eran unos pocos segundos. Así que el sacerdote en ese momento me mira, recuerdo su rostro se sonríe y me dice: lo que el coronel psicópata hacía en esos momentos era maldecir todo lo sagrado, maldecir todo lo santo que estaba en la iglesia y a la iglesia misma y todo lo que ella representa. Y al recibir la eucaristía, no la traga realmente, sino que utiliza las hostias para hacer brujería, las usa posteriormente en la celebración de una misa negra.

Cuando las personas hacen pactos con el demonio, este prevé ganar el alma del sujeto a cambio de lo que le otorga. Esos pactos son un contrato leonino a favor de Lucifer. Tú me das tu alma y yo te doy riqueza y poder. Tú me das a cambio alabanzas y blasfemar de Dios. Entonces según este sacerdote Séptimo el coronel psicópata cada vez que entra a la iglesia blasfema de Dios, invoca maldiciones en voz baja y sale a los cinco minutos porque no tolera la presencia de Dios. No aguanta a estar más de ese tiempo dentro de la iglesia. No obstante cuando logra estar durante toda la homilía, grandes laceraciones sufre su alma que ya no le pertenece sino al averno.

Este coronel psicópata es un ser terrible, que se apodera y empodera de cualquier cosa que le pueda ayudar a dañar a otros, en tanto le haga sentir más poderoso, más fuerte, más adinerado. Lo que le genere la idea de que está en poder y en control, eso lo toma. Así tenga que pactar con el demonio, echa mano de cualquier cosa que colme sus ambiciones y su sentido de grandiosidad.

Un porcentaje altísimo de los psicópatas buscan este tipo de prácticas y además acuden a lugares de los cuales puedan alimentarse a nivel energético. Por eso muchos de ellos están en las iglesias de cualquier religión. Así como los psicópatas se mimetizan para filtrarse en sociedad como seres inocuos y empáticos, así en las iglesias se infiltran satanistas y corruptores del alma. El coronel Séptimo el psicópata se deleita con las energías malignas y en las prácticas oscuras, como el ocultismo, o la brujería y este tipo de artes ocultas o de creencias ocultas.

La mayoría de los psicópatas al igual que el coronel Séptimo, les seduce todo lo que tiene que ver con las prácticas oscuras; porque a través de estos rituales de magia, extraen energía. Recordemos que para ellos y para el coronel psicópata lo más importante en la vida es obtener combustible y no soslayemos que ellos no creen en Dios, porque ellos se creen dioses. El coronel psicópata entonces está persuadido que la energía negativa de la brujería o de diferentes cultos oscuros, como la magia negra y de este tipo de rituales, le van a proveer de control, poder y dominio sobre personas y situaciones. Es una práctica común entre los psicópatas porque con ello creen firmemente que pueden además de todas sus estrategias de manipulación, energéticamente también quieren dominar y hacerle daño a las personas sobre todo en los casos donde ya la víctima no está con ellos. Este coronel nunca más ascendido, le encanta ir a cuánto mago, brujo, adivino o cualquier tipo de creencia de oráculos, astrología o cartomancia. Corrobora entonces el coronel psicópata que es Theodora, la bruja malvada con su séquito de demonios que son sus monos voladores.

«Los hechiceros tendrán su parte en el lago que arde con fuego
y azufre, que es la muerte segunda».
Apocalipsis 21:8; 22:15

Crisanto Gregorio León

[email protected]

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