El primer acto de Cascanueces narra las aventuras de la pequeña Clara, a quien su padrino Drosselmeyer, regala una muñeca cascanueces para la fiesta de navidad. Al final de la fiesta, Clara se duerme y sueña que un ejército de ratones ataca a sus juguetes, en especial al Cascanueces, al que salva arrojando los zapatos sobre el rey de los ratones. En gratitud por haberle salvado, la lleva en un viaje por el País de la Nieve hasta el reino de los Dulces. Allí la entretienen varios divertimentos que culminan con un gran pas de deux para el hada de las golosinas y sus caballeros, y el ballet acaba con el regocijo general.
Basado en un cuento de E. T. Hoffman, fue escrito para un encargo del Teatro la Ópera de San Petesburgo, en diciembre de 1892 se presentó. La suite compila las danzas del Ballet desde la obertura en miniatura, el cuento de Hadas, danzas burlescas, ritmos populares (el Trepak ruso). Viajes a regiones exóticas, Arabia, China. Termina con un canto de alegría a la vida: El Vals de las Flores.
Este es en síntesis el argumento del cuento de los Cascanueces cuya música es producto de la genialidad creadora del compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski, el segundo hijo del ingeniero de minas Ilia Petrovich Chaikovski y de Alexandra Alexeievna, descendiente de franceses emigrados a Rusia. Chaikovski compuso, además de conciertos, sinfonías, tres grandes ballets: El lago de los cisnes, La bella durmiente y los cascanueces. Los cascanueces es un cuento infantil compuesto de una obertura miniatura, una marcha, danza del hada gragea, danza rusa trepak, danza árabe, danza china, danza de los mirlitones y el vals de las flores. Chaikovski manifestó muy temprano su interés por la música y a los cuatro años compuso su primera obra, una canción dedicada a su hermana Alexandra (Sasha). El concierto para piano y orquesta de Chaikovski es una pieza infaltable en el repertorio orquestal. Es una obra muy popular entre los melómanos. Chaikovski, es el más conocido en el repertorio orquestal de todos los teatros del mundo. Es una obra fascinante.
Carlos Mujica
