#OPINIÓN Los Diarios de la Zía Nona: El Polvo del Espejo – 1 (Parte XXI) #19Jun

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«Del polvo vienes… 

y en polvo te convertirás» 

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Génesis 3-19

«Escribe tus heridas en polvo, 

tus beneficios en mármol» 

Benjamín Franklin 

«Los científicos se esfuerzan 

por hacer posible lo imposible»

«La historia del mundo es la suma 

de aquello que hubiera sido evitable»

«Me opongo a toda superstición, 

sea musulmana, cristiana, judía o budista»

«Lo que los hombres realmente quieren 

no es el conocimiento sino la certidumbre»

«La calumnia siempre es sencilla y verosímil»

Bertrand Russell

«El propósito del arte es lavar el polvo 

de la vida cotidiana de nuestras almas» 

Pablo Picasso 

«El alma, que es espíritu, no puede habitar en el polvo; 

es llevada a habitar en la sangre» 

San Agustín.

«Ya sea que caigamos por ambición, por sangre o por lujuria, 

como los diamantes. estamos cortados con nuestro propio polvo»

John Webster

«La religión, la considero como una enfermedad nacida del miedo, 

y como una fuente de indecible miseria para la raza humana.» 

Lucrecio

  • El polvo del retrato

En el espejo, las polvosas saetillas del tictac permanecían 2:15 a.m. Observé esta vez considerar formalmente la enajenación. Me atrapó estar casi inequívoco que cualquier mortal lo consideraría no interesaba el grado de santidad que asumiera para el momento. No estaba seguro si estaba vía al desequilibrio, o si el acróbata de la imagen era un eclesiástico espejismo emergido de mí mismo. 

Atravesé el polvo del espejo al modo nunca jamás, la hora estaba pareja como la cama de música, el incunable para invidente, la silla terapéutica para minusválido, y el lecho de clavos para penitente. Si algo estaba claro es que nada estaba claro. No había medias tintas. Los extremos eran lo convencional. Y nada es aparente en el lado que los terapeutas explicarían como materia oscura. Pero todo parece tener sentido cuando nada tiene el menor sentido. El sentido común es el nonsense, lo que suena a mucho disparate lógico, a mucho Salvador Dalí surrealista sin salvamento.

Pues nada faltó para que surgiera una ruta a ninguna parte. Así viajas en el mundo antónimo. Cruzas a ningún lado. Alcanzas a ninguna parte. Haces nada forjando. Hablas al callar. Y siempre se calla hablando. La ruta tenía su marquesina rutilante. A la diestra, se va a la siniestra de la nada y a la zurda, se va derecho a la diestra del polvo. Sumar resta. Restar suma. Como veremos amigos lectores esto va a dar dolor de cabeza y no es culpa del escritor. Es culpa del polvo. El polvo tiene peregrinamente la misma propiedad de la luz visible. Mucha luz como mucho polvo no dejan ver. Paradójicamente tiene la misma propiedad que la oscuridad, no admite la visibilidad.

Con la vista en el polvo, la ruta era incierta. Pensé en la explicación del lado polvoriento que el mundo había nacido del polvo. Aunque no hay prueba que afirme o niegue que el polvo ha nacido por alguna causa o que siempre hubiere existido. Por eso creo que Bertrand Russell haya escrito «No hay razón para suponer que el mundo haya tenido un comienzo. La idea de que las cosas tienen que tener un principio se debe realmente a la pobreza de nuestra imaginación»

El mundo del polvo estaba allí, y haya o no tenido un comienzo, dificultaba la visión para ir a transitarlo a ninguna parte, vale decir, a todas partes. Pero el polvo tiene magnetismo por los minerales. El polvo atrae-repele al mismo tiempo. Es como la mujer. Luego de atraer, desechan por polvo del ayer, conocido en el bajo fondo de las lujurias, por “mal polvo”. Nunca me sentí sólo en el mundo del polvo como al fin le bauticé. El nombre calzó como el señor de los anillos al dedo.  Es cuestión de la naturaleza de la mujer, como alter ego del polvo más ignoto del universo conocido.

  • Unitas est invicta2 <<nunca vencido, siempre victorioso>>

El camino a ninguna parte en ese mundo de partículas, es muy particular. Envuelve un trato con la nada que es el todo de los todos. Llegue de nuevo al salón de las efemérides. Un cuarto de mil espejos uno frente a otro en una fila india que se disipaba como una curva al infinito y se sabe que una curva igual es, algebraicamente hablando, una recta al infinito. El infinito, materia oscura de la nada o de los todos, tiene un pacto sellado con el polvo, el único material que soporta estoico, los rigores de la eternidad. 

Como pasa a todo amateur al mudar de aires de mundo, pierde configuración. En un inicio, la atmósfera reductora, plena de hidrógeno, hacía que respirar aire oxigenado no era posible. Luego con la fotosíntesis y los microorganismos autótrofos, la atmosfera cambió a respirable de aire con oxígeno y nitrógeno en mayor proporción. Pero en el mundo del polvo no era necesario atmósfera. El polvo definía su propio ambiente, su propio aire, su propia estratósfera, sus propios misterios.      

En la marquesina se leía una máxima de un filósofo del lado del mundo donde vengo3, que es el de los polvos malucos y antediluvianos. Este mundo oscuro, los dogmas eran delitos. Malas mañas si se quiere, arraigadas desde la médula a la corteza de la emocionalidad tóxica. El amor es tóxico cuando es represivo. En el mundo oscuro del polvo, el amor es libertad no libertinaje. Los amores fatales que creen hacer bien, generan mucha de la ponzoña emotiva. Religión e ignorancia son los dos sacrilegios del mundo oscuro. Se prohíben las malas emociones causantes de los malos polvos cosa que tanto disgusta al sexo ¿débil? En el polvo, el sexo débil es el hombre. La mujer es el sexo fuerte, por eso son llamadas las damas del polvo. Por supuesto los adjetivos y pronombres, les viene de perla. Buenas polvosas, mejores polvorosas. El gran polvo blanco dulce como la miel, te deja bobo de lo rico, dicen los entendidos de la filosofía del polvo, en todas sus manifestaciones.

Alcancé a través de gránulos volátiles mirar el parágrafo final…Tenemos que mantenernos de pie y mirar al mundo a la cara: sus cosas buenas, sus cosas malas, sus bellezas y sus fealdades; el mundo tal cual es y no tener miedo de él. Conquistarlo mediante la inteligencia y no sólo sometiéndose al terror que emana de él. Todo el concepto de Dios es un concepto derivado del antiguo despotismo oriental. Es un concepto indigno de los hombres Ubres. Cuando se oye en la iglesia a la gente humillarse y proclamarse miserables pecadores, etc., parece algo despreciable e indigno de seres humanos que se respetan. Debemos mantenernos de pie y mirar al mundo a la cara. Tenemos que hacer el mundo lo mejor posible, y si no es tan bueno como deseamos, después de todo será mejor que lo que esos otros han hecho de él en todos estos siglos. Un mundo mejor necesita conocimiento, bondad y valor; no necesita el pesaroso anhelo del pasado, ni el aherrojamiento de la inteligencia libre mediante las palabras proferidas hace mucho por hombres ignorantes. Necesita un criterio sin temor y una inteligencia libre. Necesita la esperanza del futuro, no el mirar hacia un pasado muerto, que confiamos, será superado por el futuro que nuestra inteligencia puede crear… (B. Russell)

Apenas terminé el parte filosófico, el polvo había sujetado mi conciencia y mi ciencia. No puedo, sin embargo, negar que la religión (aseguró Russell) ha contribuido en parte a la civilización. Primitivamente ayudó a fijar el calendario e hizo que los clérigos egipcios escribieran la crónica de los eclipses con tal cuidado que con el tiempo pudieron predecirlos. Estoy dispuesto a reconocer estos dos servicios, pero no conozco otros. Algo de estos servicios me hizo recordar que el padre de las leyes gravitatorias, Sir. Isaac Newton, murió virgen. Nunca se sabrá cuánto aguantó su polvo.

Estando en ninguna parte me hallaba en el centro de todo. Y eso puede sonar complicado como en efecto lo sentía. Pero libertarme de la lógica, era parte de la magia del mundo polvoriento. Parte de uno mismo que todavía está por desempolvarse. Nada está más velado que la lógica en el mercado de los polvos. Ese mundo especular donde todo es lo que parece sin parecerse a nada. Y aunque nada tiene sentido lógico, poco puede tener más sentido común que estar en el centro de la nada, donde nada tiene principio ni final y donde no existe obligación a no ser exprimir la voluntad y destruir la importancia de lo superficial. 

Lo superficial lo lleva el aire en el polvo que corona su cielo sin tener necesariamente un infierno. El infierno está en el miedo y en la cruel ignorancia. El polvo no teme a nada, y lo sabe todo, porque no sabe nada de miedos ni de sobrantes. En ese mundo de sedimentos las sobras no existen. Es como la energía que no se destruye solo se transforma y en el polvo solo se ajusta, pero no se destruye jamás. 

  • El Señor de los Polvos  

Como puede derivarse de este lado del mundo cabe pensar que nada es verídico apenas una misteriosa pesadilla. Pero al final esa nada lo es todo en el otro lado del espejo y el polvo es el rey sin reino, el regente sin corona. El dueño de la nada y de los todos. En ese orden de intimidad el tiempo no pasa. El reloj siempre marca las 2.15. la relatividad del tiempo es un facto. En el mundo cuántico, vive el mundo del polvo y la materia oscura, ambos mundos se llevan muy bien de mano a lo infinitesimal.  

 En el mundo cuántico sucede este fenómeno, de si sabes muy bien la posición de un objeto, no sabes nada de su velocidad y viceversa. Es decir, no es posible conocer simultáneamente ciertos pares de propiedades cuánticas con absoluta precisión. En física cuántica, cuanto más precisamente conocemos una propiedad del objeto de estudio, menos precisamente podemos conocer otra. Este principio fue formulado por el físico teórico alemán Werner Heisenberg, en 1927. Y se conoce como el principio de la incertidumbre. Nada mejor para definir el mundo del aserrín que conozco a razón de mirar en mi espejo todos los polvos del mundo oscuro, también llamado la dimensión desconocida. 

Entrando en la dimensión del polvo cuántico desperté con una paz inusual, como si todo el polvo del mundo solo estuviera del otro lado del espejo. Pero a sabiendas que, en este lado del espejo, nada es lo que aparenta, fui corriendo a desayunar y a ejercitarme para que, al llegar la hora de dormir, las 2:15 am, esperaban por continuar desempolvando las partículas del espejo… 

  • Notas del Autor

1Distopía​ o Antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma. ​El término, procedente del griego, fue creado como antónimo directo de utopía, término que a su vez fue acuñado por santo Tomás Moro y figura como el título de su obra más conocida, publicada en 1516, donde describe un modelo para una sociedad ideal con niveles mínimos de crimen, violencia y pobreza.

2Invicto, a. (Del lat. invictus .) adj./ s. Que nunca ha sido vencido las tropas invictas entraron desfilando en la ciudad; los invictos fueron agasajados por el rey. victorioso, triunfador vencido. Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L

3Bertrand Arthur William Russell (Trellech, Monmouthshire; 18 de mayo de 1872-Penrhyndeudraeth, Gwynedd, 2 de febrero de 1970) fue un filósofo, matemático, lógico y escritor británico, ganador del Premio Nobel de Literatura. Tercer conde de Russell, pertenecía a una de las familias aristocráticas más prominentes del Reino Unido. Era hijo del vizconde de Amberley, John Russell, y ahijado del filósofo utilitarista John Stuart Mill, cuyos escritos tuvieron una gran influencia en su vida. Contrajo matrimonio cuatro veces y tuvo tres hijos.

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