Nelson Mandela, primer presidente negro de Sudáfrica y principal líder que derrotó en su país el cruel sistema de Apartheid, se ganò un dudoso honor conferido por el régimen arbitrario que nos gobierna y concretado la semana pasada por varios de sus acólitos.
Efectivamente la noticia que llenó de asombro a los venezolanos sensatos, ofrecida por perturbados funcionarios oficialistas es la siguiente: “Como parte del fortalecimiento del sistema de justicia contemplado en la Gran Misión Cuadrantes de Paz, el vicepresidente sectorial (de apellido Ceballos) visitó las instalaciones del próximo Centro de Detención Policial Nelson Mandela en Caracas”.
Así pues, a quien bautizó su biografía como “El largo camino de la libertad” y que sufrió durante 27 años prisión por motivos políticos, la dictadura le confirió la incierta distinción de que una cárcel lleve su nombre en este país de extravagantes paradojas. Si estuviera vivo seguramente a Mandela le hubiera desagradado tal incongruente acto, como a toda persona razonable, sobre todo si se toma en cuenta que el “homenajeado”, por ser negro y preso político, en la cárcel debía realizar trabajos forzados, recibía menos alimentación que los demás y sòlo tenía derecho a una carta y a una visita, cada seis meses.
La otra parte de su vida en angustiosa libertad antes de caer preso, la pasaba disfrazado para evadir a la policía por lo cual recibió el mote del “Pimpinela Negro”, era un maestro del disfraz. Mandela declaró en una oportunidad: “Me convertí en una criatura de la noche. Me escondía durante el día y salía a trabajar en las noches”. Ahora este Centro de Detención Policial de un régimen parecido en sus características arbitrarias al de Apartheid, contra el cual luchó el “agasajado” llevará su nombre. Centro de detención que además a primera vista luce dirigido a recibir a las personas detenidas ilegalmente, pues la mayoría de las detenciones policiales, que no judiciales, son de este talante, así en su inauguración estuvieron una Ministro, el Defensor Público General y el Defensor del Pueblo.
Un comentario propio de la vena humorística del venezolano, así se trate de asuntos tan serios como el que tratamos, nos llamó la atención: “Muy atinado el nombre, seguro la llenan de presos políticos”, tal y como lo fue Mandela. Tal comentario no le falta razón pues en el país se encuentran detenidas 269 personas por razones políticas, presos de conciencia: 256 hombres y 13 mujeres, llamando la atención el hecho de que la mayoría son militares, 150, contra 119 civiles. Otros datos que ofrece la ONG Foro Penal es que desde 2014 hubo 15.777 detenidos de forma arbitraria por razones políticas y que cerca de 9.000 personas actualmente están sometidas a medidas restrictivas de la libertad por similares motivos.
Otro dato alarmante, referido por el investigador de la Universidad Central de Venezuela, Keymer Ávila, es que desde el año 2018 hasta hoy se han producido 12 muertes de personas detenidas por razones políticas bajo custodia policial. Desde la violenta muerte del concejal Fernando Alban, caído de los pisos superiores del edificio en donde lo habían llevado detenido; pasando por la agonía producto de torturas aplicadas que presenció media Venezuela en un acto judicial y posterior muerte del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo; la posterior muerte del ex ministro Isaías Baduel cuyo suplicio en detención lo hizo fallecer; hasta la reciente muerte del Presidente de una Empresa del Estado, Leonel Azuaje, por ahorcamiento, que según las apresuradas declaraciones del Fiscal General Saab, fue un suicidio. Por esto y otras razones Keymer Ávila reseñó las muertes bajo custodia de la policía venezolana en un artículo que tituló irónicamente “Historia de los oficialmente suicidados”.
Así como Nelson Mandela se regocijó cuando luego de una tenaz lucha sucumbió el cruel régimen de Apartheid en su sufrido país, nosotros junto a la gente de buena voluntad, esperamos que se acerque también el final del tiránico gobierno que hoy devasta moral, institucional y económicamente a Venezuela. Una de las vertientes de nuestra esperanza se basa en la justicia internacional, así el Fiscal Khan, la semana pasada, haya estrechado la mano de los principales implicados en crímenes de lesa humanidad del oficialismo. Como lo dijo una vez quien fue presidente de Estados Unidos de América, Tomás Jefferson, “lo cortés no quita lo valiente”.
Jorge Rosell y Jorge Euclides Ramírez