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Juan Crespo, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Industria de la Harina (Fetraharina), advirtió este miércoles, 14 de junio, que hay al menos 300 trabajadores afectados por el cierre del molino de trigo más grande del país.
En una entrevista que ofreció a Unión Radio, Crespo advirtió que este molino del grupo Mimesa tenía la capacidad instalada para 30.000 toneladas de molienda de trigo y mensualmente se producían 200.000 sacos de 45 kilos, que se vendían en panaderías artesanales.
Sin embargo, advirtió que actualmente solo se están sacando 75.000 sacos y no de ese molino, porque acaba de cerrar.
«Por la situación quedaron sin trabajo al menos 300 trabajadores solo de producción, sin contar la parte administrativa y empleados de confianza», dijo.
Sobre el cierre del molino, dijo que es «producto de la competencia desleal en lo que respecta al producto importado».
«Es una competencia desigual, traer el producto de afuera, como por ejemplo la pasta, vale 0,70$ y producirla vale $1,35″, comentó.
Asimismo, señaló: «Los empresarios aguantaron pensando que la situación se iba a acomodar, que había esperanza, sobre todo cuando se habló de zonas económicas pensando que había luz en el túnel, pero no fue así”.
Según Juan Crespo, todo lo que llega de países como Brasil, Turquía e Italia, «llega terminado»; y advirtió: «Nos vamos a convertir en Aruba y Curazao, que no hay empresas, solo containers, y todo entra por el mar”.
Especulación
El presidente de Fetraharina advirtió también que la especulación de precios en el país «se ha desatado», señalando que una sola canilla puede costar 20 bolívares.
“Le estamos dando un duro golpe a un rubro muy importante para la alimentación del venezolano. Ya la gente no puede comprar ni una canilla. Todo el mundo pone el precio que da la gana, si pagas en punto te cobran más de lo normal, y no hay dónde quejarse”, dijo.
En ese sentido, dijo que en el rubro del trigo la situación es complicada: “De 10.000 panaderías que había en el país, solo quedan 7.000. Las panaderías se han convertido ahora en karaokes y discotecas porque no es rentable lo del pan».
“Hay presentaciones de pan de todo tipo, se compra el saco importado en ciertos mercados populares, pero la especulación es extrema, no hay control, competencia totalmente desigual, salarios desaparecidos, no hay fideicomiso, no hay contratos colectivos, ahora se está trabajando hasta 12 y 14 horas diarias», señaló.
Crespo consideró que se debería reformar la ley orgánica “para disminuir la jornada y que los trabajadores de la panadería trabajan sólo cuatro horas”.
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