Si bien la actual crisis de combustible es un problema que afecta y molesta a gran parte de la población, otro inconveniente generado por esta irregularidad es las molestias causadas en las zonas residenciales de todo el perímetro urbano por la pernocta de choferes que han pasado ya varios días esperando a ver si pueden surtir sus vehículos.
Una de las denuncias más frecuentes es la de las personas que al no tener donde hacer sus necesidades fisiológicas, no les queda más remedio que hacerlas en la vía pública y esto por supuesto genera malos olores y contaminación, problema que afecta a quienes tienen la mala suerte de vivir por donde pasa la cola hasta la estación de servicio.
Otra queja apunta a la de los conductores que al pasar la noche en la calle, consumen bebidas alcohólicas y ponen los radios o reproductores de sus vehículos con volumen alto. Esta acción en horas de la madrugada perturba el sueño de los residentes que viven frente a las largas filas y muchas veces cuando reclaman no les hacen caso.
La venta de bebidas y alimentos en las colas es otra acción que deja consecuencias, ya que muchas veces quienes utilizan triciclos de reparto para hacer sus ventas circulan en contra vía y contribuyen a crear más caos en el tráfico del que ya existe y además, vasos y papeles son arrojados en la calle por los consumidores desconsiderados.
Una situación de crisis como la que padecemos en la actualidad requiere del concurso de todos y del respeto y acato de las normas de convivencia ciudadana, porque caso contrario se genera anarquía y a la final, nadie sale beneficiado.
