Pocas muestras de insensatez tan extremas como el racismo en cualquiera de sus dos vertientes: porque si no lo sabían o se quieren hacer los locos, la exaltación a trancas y a mochas de la negritud cojea del mismo pie. Tan estúpida es la actitud discriminatoria de los que hacen fó a una piel cargada de melanina –porquería conductal que por excepción ostenta algún “café con leche”, como el empeño de los Revoouucionariosss de hacer negro, o por lo menos zambo, al mismísimo Simón Bolívar Blanco y Sojo; epítome de la más rancia mantuanidad y de ñapa con ancestros vascos.
De la supuesta negritud de El Libertador, al que ya tienen zambo, he buscado testimonios de época. Encontré un libro de Marco Aurelio Vila, “Bolívar y la geografía” editado por la CVF (101 pp -1973) que ilustra el texto con 12 (doce) reproducciones de retratos del ilustre personaje y un grabado en ecuestre figura. Tres de las reproducciones más el grabado no permiten apreciar detalles. Hay cuatro retratos –de muy baja calidad– que a simple vista se observa, son copias de uno de ellos. En los restantes, de diversos autores, se aprecian nítidos los rasgos faciales del personaje. Figura menuda, frente amplia y abombada, nariz de largo y delgado caballete, labios finos en una boca proporcionada a su faz. No se ve en parte alguna el aporte genético afro-descendiente del llamado “nudo de la Marín”, su bisabuela (dato oficioso, no confirmado oficialmente); pero dado que los genes no se esfuman, tal vez solo se manifestaron y expresaron en su temperamento dionisíaco.
Elucubraciones aparte, es difícil explicarse las conductas de apartheid sabiendo que la ciencia ha demostrado sin género de dudas que Adán y Eva nacieron en África, tierras donde la pequeña estrella amarilla que nos alumbra castiga con especial ímpetu y firmeza.
La evolución de las ramas superiores de primates que dieron origen a los primeros homínidos, en un proceso cuyas etapas definitorias pasaron inicialmente por afianzar el bipedismo como forma de locomoción. Posterior a su liberación de asistir al traslado y dado que la naturaleza no tolera el ocio, comienza la transformación en “manos”, un delicado y elaborado proceso fundado en la realimentación constante estímulo-repuesta, entre acción manual y reacción neuronal diferencial, potenciando la evolución del cerebro hasta alcanzar la etapa de homo-hábil. Pasa luego a homo-faber, probablemente el último escalón de un proceso temporal que la antropología estima –con base a los últimos fósiles hallados— entre 4,5 a 5 (cinco) millones de años, hasta conquistar la conciencia de sí en conjunción al lenguaje articulado; individuación consciente y lenguaje que constituyen el propio certificado de nacimiento de ADAN, el primer ser humano.
Cuál sería el color de piel de nuestro tío ancestral y su compañera, una Eva de su misma especie…Con semejante Pepa de Sol en su cuna del rift africano, vale suponer que no tendrían la estampa, incluidos ojos azules, de un Paul Newman o un Robert Redford.
La expansión de la especie en procura de la supervivencia los llevó, un ratico a pie y otro caminando, a terrenos y climas más benévolos. Menos sol, menos necesidad de melanina para protección de la dermis y en consecuencia la piel se fue aclarando.
En esto de la valoración de las personas por su apariencia, rasgos externos, color de la piel, longitud del cabello, formas de vestir y/o decorar o adornar su cuerpo, galopan desbocados prejuicios a granel y existen percepciones de todos los grados y colores. Me comentaron al respecto en ocasión de una tertulia sobre el tema, que la protagonista piel canela de una telenovela brasileña, se refería a su antagonista –rubia y de piel sonrosada— como la “desteñida”, lo que demostraba por construcción, cual se cita en geometría, su forma particular dc racismo.
En cuanto a características anatómicas del Rabí de Galilea, más conocido como Jesús de Nazaret, con seguridad no era rubio y sus ojos deben haber sido pardos. El pueblo judío de entonces estaba circunscrito a Egipto hasta la península del Sinaí y la costa palestina de lo que fue Fenicia, límite sur-oriental del Mediterráneo, geografía ocupada por los semitas, de color ligeramente aceitunado, aunque menos intenso que el de los naturales de la India. Por otra parte, este confuso rollo del racismo y de las expresiones “políticamente correctas” no tienen nada que ver con nosotros, por lo menos en el marco del territorio que nos han dejado nuestros hermanos colombianos y la “nación amiga” de la Grandísima Bretaña.
No existe ningún otro país sobre la faz de este planeta de agua, tan tolerante, igualitarista, ajeno a fanatismos religiosos, en las antípodas de la xenofobia y felices de la paleta de colores que adorna nuestras tonalidades de cubierta exterior. Prueba al canto y concluyente son los diversos apelativos dados a nuestra acuarela dérmica, tomados y ofrecidos como muestras de afecto, consideración y hasta de emotiva fraternidad. Nos llamamos sin pensar en babiecadas de lenguaje correcto o impropio: Mi negro, catirrucia, negrita, musiú, y nadie se siente ofendido, degradado, subestimado o herido en su ego. A lo dicho vale agregar el grado de movilidad social del venezolano, una circunstancia de excepción en otras partes.
Es obvio y nadie puede negarlo, la existencia de malas mañas discriminatorias por parte de los pipí-risnaí; grupo descendiente de los antiguos amos del valle, cada vez en menor número gracias al castigo duro y parejo de los últimos veintipico de años. Se dice que las matronas del grupo iniciaban sus oraciones con la siguiente invocación:
–Dios te salve María, madre de Dios y prima nuestra…
Se atribuye la sentencia al autor de varias novelas inaugurales del género historia fabulada (Dr.Francisco Herrera Luque, Q.E.P.D.) cita homenaje a su talento y exquisito sentido del humor.
Es un hecho que las expresiones más radicales de fanatismo y supuesta intolerancia de las que se puede dar fe en nuestro país son humoradas que tirios y troyanos celebramos por igual y se formulan siempre en tono de parodia: “Territorio libre de Magallaneros” …”Perdonamos a leones y caraquistas; nadie está exento de miserias y defectos”.
Del tipo de bromas anotadas no pasamos y es una de las razones por la que cada vez estamos más lejos de comprender las formas de intolerancias discriminatoria, vigentes en tantos lugares Solo nos queda esperar que los sordos y ciegos voluntarios comprendan alguna vez que la calidad del equipamiento ético-moral de los seres humanos no es afectada por el color de la piel, la forma de vestir, la longitud del cabello o los adornos usados para decorar su figura; pero si hay un factor que determina el grado y nivel de esa calidad. Se conoce como EDUCACIÓN y tiene su principal herramienta de forja en el mejor ejemplo de los doctores y maestros.
Pedro J. Lozada