La casona donde el Cabildo de Barquisimeto se pronunció por la Independencia de Venezuela #10Jun

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El 19 de mayo de 1811, los miembros del Cabildo de Barquisimeto, reunidos en una casona principal, con amplios jardines internos rodeados de pasillos, cuyo vistosos ventanales tienen como frente al templo de San Francisco de Asís, se pronunciaron a favor de la Independencia de Venezuela, jurando «a Dios y los Santos Evangelios» procedieron a firmar el acta que reconocía «la soberanía y absoluta independencia que el orden y la Divina Providencia ha restituido a las Provincias Unidas de Venezuela, libres exentas de toda sumisión y dependencia de la Monarquía Española…»

Uno a uno estampó su rúbrica en el histórico pliego, iniciando con el primer alcalde, Antonio González García; seguido el alcalde de segunda elección, Francisco de Paulina Escalona; para proseguir José de Almao, el Dr. Domingo de Alvarado, Ramón de Almao, José Rafael Guzmán, Juan Manuel Alado, Mateo Salcedo, Claudio Leverón, Pedro Aldao, José de Andonaegui, Simón Aldao, Ramón Ramos, Nicolás Rosales, José Antonio Ramos, el presbítero Pedro Planas, León de Mérida, Santiago Torres, Tomás Pérez, José María Andrade, Miguel Torres, Santiago Andrade, Pedro Torres, Cecilio Andrade Francisco Torres, Juan María Soteldo y el Dr. Domingo Antonio Perera, en donde al terminar, a la luz de grandes candelabros, celebraron con vítores aquel instante glorioso con resonancia en el tiempo. 

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Asiento del Convento de San Francisco

Mucho antes, en ese solar de la casona principal neosegoviana, funcionó el Convento de la Purificación de Nuestra Señora del Carmen, que no solo era una casa de oración, sino también un plantel donde 14 monjas formaban a niños criollos y pardos en las artes útiles artesanales y de oficios, así como lectura y escritura.  

Allí, en aquel reverendo hogar, horas antes del tañer de las primeras campanadas de la Ermita de San Francisco de Asís, que anunciaban el nuevo día, ya las abnegadas hermanas se ocupaban de sus labores cotidianas.

El acucioso historiador Lino Iribarren Celis, advierte que Fray Antonio de Alceaga, obispo electo de Venezuela, sería el responsable de la construcción de esta casa conventual y refiere que su fundación se formalizó en el año del Señor de 1608, puesto será el año que este clérigo arribó a Carora.

No obstante, Telasco A. Mac-Pherson en su Diccionario Histórico, Geográfico, Estadístico y Biográfico del estado Lara, publicado en 1883, refiriéndose a Barquisimeto, en el artículo “Convento de San Francisco” (p. 131) registra: «El 12 de enero de 1632 facultó el Capitán jeneral de Nimez de Medina á los alcaldes de la ciudad de Barquisimeto, para levantar el convento de la orden de San Francisco. Se comprometió á fabricarlo en el término de tres años el alguacil mayor Don Fernando Tritango, dándole todos los materiales y 3.200 ducados castellanos por su trabajo. Este convento se fabricó en el área que hoi ocupa la casa del Dr. Agustín Agüero, en la “Plaza Bolívar” de la ciudad de Barquisimeto».

Aunque Mac-Pherson incurrió en varias impresiones con los nombres de los funcionarios, pues Nimez de Medina es en realidad Francisco Núñez Melián, gobernador y capitán general de la provincia para ese entonces y el alguacil mayor no es Tritango, sino don Fernando Trischancho, aclara el cronista Omar Garmendia en su artículo La plaza del convento de San Francisco y el origen de la Plaza Lara, publicado en CorreodeLara.com.

Un documento esclarecedor que ofrece información relativo al solar donde estaba situado el Convento Franciscano es el del 12 de septiembre de 1853 (Acta Capitular 2 de junio 1819 A.A.C.), «Por el oriente (este) con zanjón sobre el cual está construido el Puente Bolívar (…); por el poniente (oeste) con parte de la plaza de la iglesia de San Francisco y los escombros donde estaba situado el antiguo convento de los Padres Reverendos; por el norte con un zanjón que desemboca en el primero, y solar de la casa de Manuel Arévalo; y por el sur con tierras de la señora Nicolasa Fuentes», mencionado por Ramón Querales, antiguo cronista de Barquisimeto.

Según apuntes del historiador Francisco Cañizales Verde, existen registros que dan fe que para 1587, ya funcionaba en ese solar el Convento de Nuestra Señora de la Purificación, según información emitida por el Cabildo de Barquisimeto, el 15 de enero de 1587, cuando atestigua que Esteban Mateos, procurador General de la Nueva Segovia de Barquisimeto, explica que: «averiguó con testigos fidedignos como ha ocho años poco más o menos que se fundó el convento de esta ciudad» (sic).

Y más adelante, Alonso Monje, regidor y vecino de la Nueva Segovia de Barquisimeto, asienta: «que sabe quien primero vino a fundar este convento y marcó casa para él, fue el padre Fray Juan Vaquero y que después de él, vino el padre Fray Francisco de Rojas».

Pero el reverendo hogar se encontraba en deplorables condiciones y sobre el respecto un vecino de Nueva Segovia señala: «El convento de nuestra ciudad es una casa pajiza que se está cayendo y se llueve sin ningún fundamento y que los vecinos de este pueblo, españoles y naturales son tan pobres que no tiene bienes posibles para ponerlo hacer ni reedificar y por esta razón muchas veces ha querido despoblar el dicho convento».

La crítica situación y después de varias quejas de los vecinos notables de Nueva Segovia, Don Francisco de la Hoz de Berrío, gobernador de la Provincia de Venezuela, se vio obligado a comisionar al encomendero y alcalde Don Baltazar Matías de Almao a «trazar la planta y elaborar el presupuesto de la nueva fábrica del Convento y de la iglesia de los Franciscanos».

El cronista Eligio Macías Mujica, citado por Garmendia, agrega que, edificados el convento e iglesia entre 1632 y 1635, esos 3.200 ducados castellanos de a 11 reales cada uno, fueron aportados tanto por el Tesoro Real, los vecinos de la ciudad y los naturales e indios del campo. Fue pagado en tres porciones, la primera al iniciar la obra, la segunda en la mitad y la última al finalizar los trabajos. 

El documento de fray Antonio de Herrera, de donde tomó Macías Mujica esos datos, aporta detalles más precisos con relación a los plazos de pago:

(…) El primero luego questen abiertos los simientos de la Iglesia y se rajen en el suelo para comenzar la planta sobre ellos y las tapias y raffas de mampostería piedras y lajas cal y lo demás y el otro tercio cuando esté empezada para poderse enmaderar y el otro tercio, acabada de todo punto la dha Iglesia y Convento (…) (De Herrera, Fray Antonio 1819).

Fue subastado

Durante el gobierno de Pedro Núñez Meleán (1630-1637) los alcaldes de Nueva Segovia de Barquisimeto en conveniencia con el alto Magistrado «pregonar en pública almoneda la obra y fábrica del convento y se fijó como día para efectuar el remate, el domingo 21 de diciembre de 1631, a las tres de la tarde, al salir de la misa oficiada en el contiguo templo en presencia del Frayle Francisco Márquez y de Francisco Bernardo de Quirós, síndico del convento. Se apercibió remate por voz de Gregorio, mulato de Francisco Arquealaegui, refiriéndose muchas veces la postura. Obtuvo la buena pro, Doña Beatriz de Cáceres, en 3.600 ducados castellanos, como mayor opositora que el capitán Bartolomé Matías de Almao, quien con anterioridad había ofrecido 3.200 ducados» (sic).

Lugar de sepulturas

Pero al parecer, el Convento de la Purificación de Nuestra Señora del Carmen, fue refaccionado luego que Hernando Sánchez Tristancho, alguacil mayor, actuando como apoderado de la nueva propietaria del inmueble Doña Beatriz de Cáceres, el 12 de junio de 1632, exigiera por escrito al capitán Pedro del Castillo, alcalde ordinario y juez de la causa por comisión del gobernador de la Provincia «a que se despache mantenimiento de conformidad con la Real Cédula de forma y repartimiento hecho por los terceros nombrados para ello, para los tercios que han de dar lo vecinos y naturales».

Lo cierto es que el convento siguió siendo regentado por los frailes capuchinos y según las Escribanías del Registro Principal de Barquisimeto, en el testamento de Doña Inés López Ramírez, con fecha 12 de febrero de 1635, folio 4, vuelto, se inserta una interesante cláusula: «Cuando la voluntad de nuestro Señor fuere de llevarle de esta presente vida, que mi cuerpo sea sepultado, muriendo en esta ciudad, en el convento de nuestro padre san Francisco, en la iglesia nueva que se ha fabricado…»

Cañizales Verde revela también que el procurador General de Nueva Segovia de Barquisimeto, Francisco de Parada, hallándose gravemente enfermo dio poder al franciscano Fray Gaspar de Aldana y por disposición testamentaria con fecha 14 de octubre de 1662, instruyó ser sepultado en el convento de San Francisco y con el hábito de su orden, cumpliéndose sus últimos votos en febrero de 1663, en un acto solemne con presencia de todos los religiosos y el clero de la ciudad.

Igualmente fue inhumado en el convento franciscano las mortajas del ilustre barquisimetano el doctor Domingo de Alvarado, abogado de la Real y Pontificia Universidad de santo Domingo, figura principal de la oligarquía criolla y diputado al Congreso de 1811. «En 25 de enero de 1813, llevé a enterrar con entierro mayor cantado al convento seráfico, el cuerpo adulto del Dr. Domingo de Alvarado, siendo síndico de dicho convento. Firma el Cura Interino Semanero padre Antonio Basilio de la Sierra».

El primer Colegio Electoral

Una vez instalada la Diputación Provincial de Barquisimeto, el 1° de noviembre de 1832, en donde quedaron plenamente constituidas las ramas del Poder Público Provincial según Decreto del Ejecutivo Nacional N° 114 de fecha 29 de mayo de 1832, en la casona principal frente al templo Franciscano, donde antes funcionó el Convento de la Purificación de Nuestra Señora del Carmen, se instaló el inaugural Colegio Electoral, resultando electo como su presidente el Dr. Juan de Dios Ponte, natural de Cabudare; y como secretario del ente comicial, Luis Pérez.

Expone Cañizales Verde, que esta asamblea electoral la integraban los electores nombrados por los Cantones, según disposición de la Carta Magna. El 4 de octubre del aquel año 32, el Colegio Electoral, reunido probablemente en el salón principal de la casona principal de Barquisimeto, dio a conocer los escrutinios:

Como senadores principales resultaron electos: el presbítero Andrés Torrellas, con 23 votos (prócer de la Guerra de Independencia, primero realista y después patriota); el presbítero Juan José Osío, con 23. Los suplentes serán: Justo Maya y Pablo Alevedra, ambos con 23 votos cada uno.

Diputados a la Cámara de Representantes como principales: Miguel Anzola, 16 votos; Bernabé Planas, 14; Dr. Juan de Dios Ponte, 13; Bonifacio Arteaga, 13; y el Lcdo. Andrés Guillermo Alvizu, 13. Los suplentes serán: Juan Bautista Piñero, 23 votos; José Luis Pérez, 23; Vicente Fortoul, 21; Cruz Limardo, 21; y el Dr. Antonio María Pineda, 13.

Para la Diputación Provincial salieron elegidos: Pedro Amaral, 21 votos; Lorenzo Goyo, 21; José Joaquín Freites, 17; Nicolás Montes, 16; José María Tirado, 16; Idelfonso Torres, 15; y Pedro Pineda, 13. Los suplentes serán: Martín María Aguinagalde (héroe de la Guerra de Independencia) con 22 votos; José María Planas, 21; Francisco Javier Blanco, 19; Miguel Bernal, 19; José María Iribarren, 19; Francisco A. Tovar, 23 y Justo Hurtado 19. Resultados publicados en la Gaceta de Venezuela, N° 94, Caracas, octubre de 1832.

Apunta Garmendia, que el presidente José Antonio Páez había impuesto la extinción de los conventos y estas propiedades pasan a ser parte del Estado. Asimismo, decretó en varias ciudades los Colegios Nacionales, hoy conocidos como liceos y para 1835 se estableció en casona principal el primer Colegio Nacional de Barquisimeto, (solo para varones) el cual comenzó a funcionar en 1838.

Sede del Centro de Historia Larense

Luego del catastrófico terremoto del 26 de marzo de 1812, que destruyó por completo la el convento de la orden de los Franciscanos, fue edificada en aquel solar una casona colonial de dos plantas, de balaustrados balconcillos al estilo republicano, que muchos años después, en el siglo XX, finalizando la década de 1960, el cronista Raúl Azparren, propietario del inmueble lo ofrecerá en venta a la Gobernación de Lara para que se instale allí el Centro Histórico Larense, institución regida por monseñor Dr. Críspulo Benítez Fontúrvel como su presidente, ente encargado de velar y preservar la memoria del estado, según decreto del primer magistrado del estado Lara, Pedro Nolasco Pereira (padre) con fecha 5 de diciembre de 1941. 

Actualmente el Centro de Historia Larense se encuentra clausurado, sus puertas y ventanas cerradas, y las colecciones y objetos históricos sometidos a espantoso confinamiento, manifiestan un estado preocupante, entre estos importantes bienes sobrevive la biblioteca del historiador y presidente encargado de Venezuela, Dr. José Gil Fortoul, así como una serie de obras pictóricas de nuestros próceres civiles y militares, entre otros patrimonios de invaluable valor.

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