La ciudad de Nueva York se oscureció este martes debido al humo procedente de los incendios forestales que azotan el sureste de Canadá desde hace varias semanas. El humo, que se desplazó por los vientos, redujo la visibilidad y generó un olor a quemado en la Gran Manzana, donde se emitió una alerta por mala calidad del aire.
Según el Centro Interinstitucional Canadiense de Incendios Forestales, este martes había en Canadá más de 400 incendios forestales activos, de los cuales más de 200 estaban fuera de control. Solo en la provincia de Quebec se registraron más de 150 incendios activos en los últimos días.
La concentración de partículas finas, un contaminante peligroso para la salud, superó en más de 10 veces la pauta establecida por la Organización Mundial de la Salud en el aire de Nueva York, situándola entre las cinco ciudades del mundo con la peor contaminación atmosférica.
Las autoridades locales instaron a la población a permanecer en sus hogares, especialmente a los grupos sensibles como niños, ancianos y personas con enfermedades pulmonares o cardíacas.
Se prevé que durante esta semana el humo de los incendios forestales se extienda a lo largo de la costa este de Estados Unidos, llegando incluso a Carolina del Sur. Los expertos sanitarios advirtieron que la exposición prolongada al humo puede causar irritación en los ojos y las vías respiratorias, así como agravar las condiciones preexistentes.
Estos incendios forestales en Canadá son consecuencia de las altas temperaturas, la sequía y los fuertes vientos que se han registrado en esa zona del continente, entre los factores, están relacionados el cambio climático, que aumenta el riesgo y la intensidad de estos fenómenos.