Este año junto a la XLII Expo feria San Juan Bautista, organizada por la Sociedad de Ganaderos de Occidente, Sorgo, se celebrará en Carora la V Feria Nacional de la Raza Carora. Ambos eventos son un triunfo de la constancia caroreña por mantener sus tradiciones y defender sus logros ancestrales. Reconocimiento especial merecen sus promotores, Gustavo Ferrer como Presidente, Eugenio Juárez como Coordinador y Blanca Cecilia Álvarez de Oropeza como asesora, quienes como integrantes del Comité Organizador han desplegado esfuerzos y bondades para la realización de unas jornadas de extraordinario lucimiento ganadero, artesanal e industrial.
Como los tiempos que vivimos han sido de oleajes procelosos sobre la memoria histórica, sobre la cual se afirma un presente que necesita la solidez de acontecimientos y causas remotas para justificar al progreso como fruto del trabajo y del empeño, recordemos un poco la génesis de la Raza Carora.
El ganado criollo que conocemos es producto de siglos de adaptación a nuestro clima, encontrándose en Carora razas de buen rendimiento y satisfactoria envergadura con altos niveles de resistencia al calor tropical, el mejor ejemplo de ellas fue el andaluz amarillo, el cual se crió y reprodujo con ventajas en el sector Quebrada Arriba. Esta raza criolla fue la base genética para la creación de la raza Carora.
Pero este proceso no se inicia sino a principios del siglo 20 cuando Pastor Ramírez Meléndez y Víctor Arape introducen en la región Carora, alrededor de 1904, los pastos artificiales, innovación que genera una cadena de iniciativas productivas de los ganaderos de la zona, quienes se ven obligados a mejorar sus rendimientos para enfrentar los nuevos costos representados en estos pastos artificiales.
Fueron Ramón Herrera y sus hijos Teodoro y Carlos Herrera Zubillaga quienes lograron los mejores resultados al traer a Venezuela unos ejemplares pardo suizos desde Estados Unidos para mestizarlos con el ganado amarillo de Quebrada Arriba. De ellos tres quien más empeño aplicó a estos cruces, luego de varios intentos anteriores con otras razas incluidas la holnstein, fue Teodoro Herrera Zubillaga, por ello el Parque Exposición de Carora lleva su nombre en reconocimiento a su esfuerzo y sus méritos como criador pionero de la Raza Carora.
Encarrilados bajo este esquema de cruces se generó una sana competencia entre los ganaderos ubicados en la zona de la carretera Lara Zulia y los ubicados en la zona de la Panamericana, creándose incluso dos centros de inseminación. Estas diferencias fueron subsanadas gracias a la intervención del médico veterinario Alberto Ramírez Avendaño, quien en trabajo conjunto con sus colegas Pelayo Vilanova, Humberto Ramírez Daza, Diego Jesús Herrera, Eladio Andueza, Rafael Riera y Leonardo Borregini, logra orientar en un mismo sentido los esfuerzos de los caroreños para mejorar y consolidar sus rebaños vacunos de lo que en ese tiempo se llamaba Ganado Tipo Carora. Fue así el doctor Ramírez Avendaño el promotor de un centro único de inseminación artificial en el cual se concentraron los esfuerzos genéticos para un mejor mestizaje. Este centro se crea en 1965, fecha cercana a otro hecho muy importante en la historia de la Raza Carora, la elaboración de la tesis de grado sobre el Ganado Tipo Carora, en 1960, por parte de Diego Jesús Herrera.
No obstante todo este proceso hubiese quedado en el aire sin la creación de ASOCRICA en 1979. Esta asociación le da organicidad y coherencia a los esfuerzos muchas veces inconexos de los ganaderos caroreños. Ganaderos que sufrieron duras crisis en la década de los ochenta al punto que los rebaños Carora estuvieron a punto de desaparecer. Haciendas emblemáticas como Montevideo, Puricaure, Los Caños y Santa Rosa, entre otras salieron de los animales Carora y así la Raza entró en profunda crisis.
Baluartes importantes en su defensa como alternativa económica para la zona fueron Mario José Oropeza (actual Presidente de Asocrica), Adolfo Álvarez y Juan José Álvarez (padre del Gerente General de Asocrica, licenciado Julio Cesar Álvarez Rico), quienes enfrentando adversidades y críticas lograron que esta raza pudiera salir a flote y permanecer como una de las mejores opciones para producir leche en Venezuela.
Estos esfuerzos fueron recompensados cuando en 1989 el Gobierno Nacional la oficializa como Raza y le entrega el manejo de los libros respectivos a ASOCRICA. Luego en 1992 la decretó como Patrimonio Nacional.
Jorge Euclides Ramírez