Hasta hace poco más de un siglo viajar era una actividad complicada y la única manera de hacer frente a los largos caminos era a lomo de bestias. Esta situación cambió con la llegada del Ferrocarril Bolívar a Barquisimeto en 1891.
Antes de llegar el tren, ir a Caracas podía demorar de dos a tres semanas. Ahora la travesía se reducía a solo 3 días, y esto porque había que hacer paradas. Primero había que tomar el tren desde Barquisimeto hasta el puerto de Tucacas, el pasaje costaba unos 12 Bs. El Impulso publicaba la lista de precios en su edición del 14 de diciembre de 1925.
En Tucacas había que pernoctar en un hotel y esperar al día siguiente para tomar un barco de vapor hasta el puerto de La Guaira y luego de dos días de navegación, se tomaba el ferrocarril La Guaira – Caracas. Así, después de tan solo 72 horas de viaje, se llegaba a la capital.
El viaje ida y vuelta que incluía pasajes en tren, barco y hoteles, costaba unos 100 Bs, pero esto cambió con la llegada y puesta en uso de los automóviles en los viajes, lo cual redujo considerablemente el tiempo de viaje y los costos.