Sam Altman, cofundador de OpenAI, la empresa responsable de desarrollar ChatGPT y DALL-E, dos de las herramientas de inteligencia artificial más avanzadas y populares del momento, firmó este martes una declaración conjunta con otros líderes del sector tecnológico donde advierten que la inteligencia artificial plantea un riesgo de extinción para la humanidad si no se regula adecuadamente.
La declaración, que fue presentada en una audiencia de una subcomisión del Senado sobre los desafíos y oportunidades de la inteligencia artificial, insta al Congreso y al Gobierno a tomar medidas urgentes para garantizar el desarrollo ético y responsable de esta tecnología, que tiene el potencial de transformar la economía, la sociedad y la seguridad nacional.
Altman, que es reconocido por su papel en el ámbito de la inteligencia artificial y por ser el creador de ChatGPT, un programa que da respuestas plausibles a la mayoría de preguntas, dijo en su testimonio que su aspiración es lograr la llamada «inteligencia artificial general», un sistema que por sí mismo reproduzca y mejore las capacidades de un cerebro humano. Sin embargo, reconoció que este objetivo también implica grandes riesgos y responsabilidades.
«La inteligencia artificial general es el proyecto más ambicioso y trascendental de la historia de la humanidad. El caso positivo es tan increíblemente bueno que pareces un loco hablando de ello. El peor acontecimiento posible es que todos la palmemos», afirmó Altman.
Altman, se mostró partidario de establecer un marco legal y ético que garantice el uso beneficioso y seguro de la inteligencia artificial, así como de fomentar la colaboración internacional y la transparencia en este campo.
Asimismo, pidió al Congreso que impulse la inversión en investigación y educación en inteligencia artificial, así como en infraestructuras y políticas sociales que mitiguen el impacto de esta tecnología en el empleo, la privacidad y la desigualdad.