Por: Wilfredo Meléndez
Europa no puede ser tan determinante como para restarle méritos a una trayectoria sin precedentes para venezolanos en el exterior
La explosión de Josef Martínez fue tan prematura como su salida al fútbol europeo. Pasos en Suiza e Italia, tuvieron poco impacto en lo deportivo, pero forjaron el caracter de un delantero que no tiró la toalla.
En el foco de la crítica, llegó a la MLS y lejos de apaciguarlas, crecieron a partir del desconocimiento de la liga y en consecuencia, de la subestimación de la misma.
Lo cierto es que en Estados Unidos, Josef encontró lo que nunca imaginó cuando el viento no soplaba a su favor en Europa.
Atlanta United le abrió una puerta y él entró para convertirla en su propia casa. Los goles llegaron en ráfaga. También los reconocimientos individuales, pero sobre todo, colectivos, con una institución que en muy poco tiempo de fundada y con Josef como protagonista, conquistó la MLS Cup.
Lo que pasaba en la cancha, se multiplicaba en las gradas, en las calles y en cada rincón de Atlanta en donde el venezolano era reconocido.
La figura de uno de los nuestros, trascendiendo a ese nivel y generando una comunión tan marcada con la ciudad, no se veía quizás, desde Juan Arango en su paso por Alemania.
Pero con Josef, hay una diferencia que pocos se animan a confesar: la pudo combinar con la mejor época deportiva del club, con los logros ya mencionados.
El hecho de que el de El Combate, no lo haya logrado en Europa, lo deja siempre en el segundo plano de los debates.
Pero la realidad es que lo que logró, no lo logró ningún venezolano en una liga fuera de su país: habiendo superado los 100 goles, Josef seguirá escribiendo su historia con Inter Miami. Muy cerca de una comunidad venezolana que solo con el tiempo, dimensionará su impacto en la MLS.
Wilfredo Meléndez