El Impulso junto a TalCual, El Tiempo, Correo del Caroní, La Mañana, La Nación, Yaracuy al Día y La Verdad, consultaron a ciudadanos de Barcelona, Barquisimeto, San Félix, Punto Fijo, Maracaibo, Maturín, San Antonio y San Felipe sobre cuánto aumentaron las fallas eléctricas en zonas de estas ciudades y cómo afectan su día a día y a la economía local.
Las interrupciones del servicio eléctrico volvieron con fuerza este 2023 en al menos 10 estados de Venezuela. 520 horas sin luz, aproximadamente, es el tiempo que suman ocho localidades, de ocho regiones del país, entre el 1 y el 23 de mayo; cifra estimada por reportes de ciudadanos. Ninguno de los consultados indicó haber sido informado de un nuevo “plan de administración de cargas o racionamiento”; todos piden a la estatal eléctrica Corpoelec, “por lo menos”, un cronograma de cortes para prepararse y organizarse para encarar la contingencia.
Las fallas en el sistema eléctrico nacional suman más casi tres lustros, las mejoras en el servicio son la promesa electoral –y gubernamental– más reciclada en los últimos años; lo cierto es que, no hay mejoras en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y es cero el aumento en la producción de energía desde el año 2013. “A raíz del apagón de 2019 el SEN quedó muy comprometido, y en casi 10 años ha sido muy poco lo que se ha podido recuperar”, asegura Paulo De Oliveira-De Jesus, Ingeniero Electricista y exprofesor de la Universidad Simón Bolívar (USB).
Según estimaciones de De Oliveira, la demanda actual está por los 13.000 megavatio (MW), pero la empresa eléctrica sólo es capaz de cubrir 12 mil.
Falcón “sin luz ni agua”
Las fallas en el servicio eléctrico son el pan nuestro de cada día en Falcón. En el año 2008 se inauguró en el municipio Los Taques de la entidad la planta termoeléctrica “Josefa Camejo”, proyecto que generó grandes expectativas en los falconianos, en especial en los residentes de la Península de Paraguaná: prometía ofrecer una capacidad de 450 megavatios (MW), producidos por tres turbogeneradores de 150 MW cada uno. 15 años más tarde, los cortes eléctricos son a diario y varias veces en el día.
El ingeniero Eulman Moncada, experto en materia eléctrica y presidente del Colegio de Ingenieros de Falcón, precisó que una de las causas de la crisis del servicio en la entidad es la desinversión continuada desde el año 2015; a esto le suma la falta de mantenimiento y el hurto del cableado de alta tensión. Estos tres factores son “los que mantienen a la Península de Paraguaná sometida a constantes apagones”, apuntó.
Recientemente, Corpoelec anunció la reactivación de un segundo turbogenerador, como parte del plan para el mejoramiento del servicio. Sin embargo, y a juzgar por los testimonios de los habitantes de Punto Fijo, este ha empeorado; tal y como lo relata María Elena Quiñonez, residente de la zona: “Sin luz y sin agua, vaya manera de gobernar. Que penitencia tenemos que pagar aquí en Paraguaná, con los servicios públicos”, dijo.
Yaracuy, cortes que llegan a una jornada laboral
«A cada rato hay un bajón de luz, eso nos ha dañado equipos y también la mercancía que requiere estar refrigerada. En muchas ocasiones la conexión también se cae y no podemos hacer ningún tipo de transacción, quedamos de manos atadas”, afirmó José Castro, dueño de una charcutería en San Felipe.
En la entidad que dirige el gobernador Julio León Heredia, las fallas en el servicio eléctrico se radicalizaron este 2023, situación que tiene a ciudadanos, comerciantes e industriales con las manos en la cabeza.
“Entre marzo y mayo han aumentado casi en 50% las fallas eléctricas y en algunos sectores son hasta de ocho horas al día”, explicó Nicolás Santos, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Yaracuy, quien acotó que la situación se repite en todos los municipios de la entidad.
También señaló que, a pesar de la crisis, los cobros por el servicio no dejan de realizarlos. Contó que representantes de Corpoelec llegan a los establecimientos con un punto de venta para que paguen las facturas, y si no lo hacen reciben amenazas de que les cortarán la luz a los tres días.
“Borrón y Cuenta Nueva: ¿Y para qué?”
Yasmín Sánchez, de 50 años, tiene una tienda en su casa, comercio que se ha visto afectado recientemente con los cortes del servicio eléctrico en el barrio Villa Centenario de Luz de Maracaibo (Zulia); donde “se va la luz casi todos los días”, afirmó.
Sánchez recordó que las fallas en la electricidad disminuyeron durante el último semestre de 2022, pero “volvieron a principios de 2023, justo después de la primera prórroga del plan Borrón y Cuenta Nueva”, implementado como prueba piloto en la entidad por el ministro de Energía, Néstor Reverol. Este tiene como objetivo que los usuarios se pongan al día con el pago del servicio eléctrico.
“Tanto que nos costó pagar ese dinero del Borrón y Cuenta Nueva: ¿Y para qué? Si desde que lo pagamos se va más la luz. ¿Qué han hecho con esa plata? Porque en la luz no la han invertido, todo está peor que antes”, cuestionó la marabina.
“Los pocos negocios que hay están bajando sus santamarías”
Freddy Marciani, junto a su hermano, arriba a su barbería ubicada en San Antonio del Táchira, en el municipio fronterizo Bolívar, a las 10:00 am y se retira a las 8:00 pm. Esta jornada la repite de lunes a domingo con la incertidumbre y la frustración que le genera los cortes no programados de electricidad.
A veces, cuando llegan al local, el servicio ya está suspendido. En otras ocasiones, lo cortan a la hora de haber abierto. “Pareciera que los cortes dependen del sentido del humor de los que trabajan en Corpoelec”, ironizó.
No saber el motivo de la suspensión, si se trata de una falla o daño, hace más lóbrego el panorama para los pocos comerciantes que aún laboran en el casco de la ciudad. Cerca del 90% del comercio sigue paralizado.
Las máquinas inalámbricas y la planta eléctrica los ayudan para no suspender sus actividades durante las horas de corte. “Mínimo son tres horas al día, siempre en jornada laboral. Es difícil adivinar a qué hora se registran, en vista del desorden que tienen. Los pocos negocios que hay están bajando sus santamarías. Continuamos a la baja. No hay incentivos para nada y los usuarios son muy pocos”, prosiguió.
Y es que la reapertura de frontera, aunque la aplauden, no ha generado beneficios en el comercio de San Antonio y Ureña –y menos con las deficiencias de los servicios públicos–; al contrario, los ha afectado ya que en Colombia hay una gran producción y oferta que atrae a los consumidores. “Nosotros nos convertimos solo en una zona de paso, nadie voltea hacia nuestros negocios”, dijo.
“No hay un parámetro”
En Lara la frecuencia de las fallas en el servicio empujó a un grupo de ciudadanos a crear el grupo Activos por la Luz, quienes desde 2020 llevan a diario los reportes de fluctuaciones y cortes de electricidad en la entidad. Hoy cuentan con voceros ciudadanos en 58 sectores, que van desde El Cercado hasta Valle Verde y en el norte desde la Sábila hasta Agua Viva.
“Hay mucha irregularidad en los cortes, no hay un parámetro”, aseguró Raúl Azparren, quien junto a Nelly Cuenca, Natalia Ríos, Alfredo Álvarez y Jesús Saavedra lideran el grupo que, semanalmente, publica a través de la cuenta en Twitter @activosporlaluz sobre las fallas eléctricas.
Activos por la Luz, desde sus inicios, ha exigido respuestas a Corpoelec y a la Gobernación de Lara, para conocer las razones por las que existen tantas interrupciones, hasta el día de hoy no han recibido “ninguna”.
En el oriente del país no es mejor
San Félix, Viboral y Barcelona, zonas de Bolívar, Monagas y Anzoátegui, respectivamente; también aumentaron las fallas eléctricas. Cada interrupción del servicio oscila entre una y tres veces a la semana, con una duración, aproximadamente, de 20 minutos a tres horas.
En Brisas del Sur, San Félix, el servicio es “sumamente deficiente: la luz se va tres veces por semana”, contó Pablo González, residente de la localidad.
“Siempre falla los domingos en la mañana. Parece un corte programado porque siempre es el domingo temprano durante tres horas. Eso es grave. La comida de la nevera se daña, hay que dejar todo desconectado. Hasta el Día de las Madres se fue”, rememoró.
Mientras que, en Maturín “soportan” la situación con apatía, confesó Diego Peña, residente de la urbanización Chalets de La Laguna, en Viboral; donde los cortes se dan a diario.
“La luz la cortan tres horas diarias y ha ido empeorando desde este mes de mayo. Lo soportamos como podemos, de manera apática”, dijo el maturinés.
“Es difícil sobrellevar la situación, ya que no podemos planificar nada porque no se sabe a qué hora fallará la luz. Pagamos, aproximadamente, lo equivalente a 11 dólares mensuales por el servicio, y aunque la situación no es peor que en años anteriores es bastante tediosa”, agregó Zhorymar Zambrano, también residente del sector.
Las oficinas de Corpoelec en la capital del estado Monagas no ofrece respuesta sobre las fallas, ni a usuarios ni a medios de comunicación; tampoco tiene un cronograma de cortes.
“Los cortes son como para que los equipos se dañen y ya”.
En la urbanización Ezequiel Zamora de Barcelona la ausencia del servicio es menos prolongados que el resto del país, pero las fluctuaciones eléctricas (bajones) son a diario y constantes; irregularidades que ocasiona la pérdida de equipos y electrodomésticos.
A Ayaris Rodríguez, ama de casa, de 52 años, residente de la zona, las recientes fluctuaciones la dejaron sin dos aires acondicionados, a causa de las variaciones del voltaje. “Los aires fueron mi regalo del Día de las Madres”, expresó.
En la urbanización no eran comunes las fallas de luz, pero desde hace dos años padecen bajones eléctricos diarios, a partir de las 12:00m; que empeoraron este mayo.
En cuanto al tiempo que duran sin el servicio, Rodríguez mencionó que varía. “Son constantes, pero la mayoría de las veces cortos. Son como para que los equipos se dañen y ya”.
¿Por qué volvieron los cortes prolongados?
De acuerdo con Paulo De Oliveira-De Jesus, Ingeniero Electricista, los cortes y racionamientos que se están dando actualmente en el país responden a una combinación de varias cosas, entre ellas la reactivación de algunas industrias, el aumento de la demanda por la ola de calor que hay actualmente en el país –en algunas regiones las temperaturas han llegado a superar los 40 grados centígrados– y la incapacidad para aumentar la producción de energía.
“En 2022 hubo pequeño cambio de la tendencia económica, se reactivaron empresas e industrias que demandan energía. El sistema eléctrico no está en condiciones de aguantar esa reactivación. También aumentó la temperatura y la gente comenzó a encender los aires acondicionados y aparecieron unos 500 o 600 megavatios y que la estatal eléctrica no es capaz de distribuirlos”, aclara.
Por último, recordó que las subestaciones de Yaracuy, Carabobo y Aragua tienen más de 40 años y en las administraciones de Hugo Chávez y Nicolás Maduro es poco lo que se ha invertido en estas.
“Recuperar el sistema eléctrico es difícil, porque la tecnología con la que se hace la electricidad en Venezuela es la occidental, nosotros utilizamos normas norteamericanas y europeas. No hay un repuesto chino que encaje con estos sistemas”, concluyó.
Créditos: Luis Hidalgo (La Mañana); Patricia Torres y Carolina Cordero (Yaracuy al Día); Josed Alastre (La Verdad); Jonathan Maldonado (La Nación); Francesca Díaz (Correo del Caroní); Ildamarys da Silva (El Tiempo); Carla Carrasquero y Valentina Rodríguez (TalCual) y redacción El Impulso.