Este viernes 26 de mayo el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) en Lara, presentó su balance de lo que fueron los crímenes registrados en la región centro occidental, donde resaltaron que ha habido un descenso de las muertes violentas desde 2016.
En este trabajo del OVV fueron analizados 5488 artículos, determinando que la violencia policial se ha mantenido, destacando que el 32% de los asesinatos en operativos del FAES fueron durante los dos primeros años de pandemia, resaltando que en la medida que iban disminuyendo los registros de violencia se mantenía la violencia policial.
En este informe presentado por el coordinador de OVV Lara, Carlos Meléndez, compartieron que en 2016 registraron 838 muertes violentas, 856 en 2017; 752 en 2018; 453 en 2019; 299 en 2020; 149 en 2021; 59 en 2022 y 27 en lo que va de 2023.
Asimismo, acotó que la violencia delictiva aumentó durante la pandemia, teniendo en cuenta que en 2020 el porcentaje estuvo en 11.1, mientras que para 2021 aumentó 50% y para 2023 ha estado en 47%.
“La violencia manifestó cambio en el estado Lara. En los primeros años se aceleró el descenso de la actividad delictiva y se hegemonizó la violencia institucional del Estado y sus formas de gobernanza híbrida”, fue parte de las conclusiones de OVV, agregando «un segundo momento donde se aceleró la actividad delincuencial incluyendo aquella que los mismos organismos de seguridad producen”.
Aunado a esto, desde el organismo detallan que en los primeros dos años de confinamiento la principal violencia en Lara fueron protagonizados por el Estado. “Con la salida de las FAES en el postconfinamiento disminuyó la letalidad, pero aumentó otro tipo de delitos no violentos como la extorsión y amenazas cometidos por los funcionarios”.
“La migración es una de las variables que ha incidido en la recomposición de los grupos armados. El aumento proporcional se debe a que un grupo regresó y está ocasionando este tipo de situaciones. Más bien lo que tenemos es que buscar las razones de que hay mayores posibilidades de que por el ocio y falta de oportunidades se estén involucrando en hechos delincuenciales”, dijo el también profesor universitario.
Para finalizar destacaron que como han determinado en sus estudios anteriores, la violencia que ocurre en Lara se concentra en el municipio Iribarren y dentro de este se registra en 3 de las 58 parroquias que existen, habiendo una sobre concentración dentro de esta región.