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Rafael Uzcátegui, sociólogo y coordinador general de la ONG Provea, afirmó que en el nuevo informe de la organización “Cultura en Trance” se visibiliza cómo las actividades culturales se redujeron a su mínima expresión en el país, lo que refleja que las autoridades estatales deben tomar medidas y diseñar políticas que garanticen el disfrute de los derechos culturales, los cuales representan la identidad cultural y social de los venezolanos.
En declaraciones ofrecidas al programa Háblame Bajito de Radio Fe y Alegría Noticias, Uzcátegui recordó que la cultura y el entretenimiento también son derechos humanos, presentes en el artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Insistió en que son derechos tan importantes como una expresión de la personalidad y de la calidad de vida que tiene la población.
“Lo que intenta (el informe) es visibilizar esta situación para que las autoridades puedan tomar medidas y diseñar políticas que garanticen que los gestores culturales, pero también la población, puedan continuar disfrutando estas manifestaciones de la identidad cultural y social de los venezolanos y venezolanas”, explicó.
Los investigadores de Cultura en Trance seleccionaron tres tradiciones de diferentes regiones de Venezuela: la Parranda de San Pedro, en el estado Miranda; la Paradura del niño en Mérida; y la celebración del Tamunangue en Lara.
Mencionó como ejemplo que, en el caso de la Paradura del niño, la celebración pasó de ser una fiesta donde se invitaba a familiares, vecinos y amigos, a una pequeña reunión con los más allegados y a repartir sólo un bizcochuelo y una bebida para acompañarlo.
Derechos culturales en peligro de extinción
Uzcátegui advirtió que este tipo de actividades están en riesgo de desaparecer porque la capacidad adquisitiva de la población disminuyó, imposibilitando comprar las vestimentas, ofrendas, comidas e incluso fabricar instrumentos musicales artesanales, por la migración y porque ya no generaban los ingresos suficientes.
Subrayó que la cultura es una actividad que genera desarrollo económico a los países y que contribuye al crecimiento del producto interno bruto (PIB), genera empleo al ser un atractivo turístico y forma parte de la identidad de los venezolanos, por lo cual si se pierden por ende lo hará la historia de nuestros antepasados.
Reiteró que como país se tiene la necesidad de seguir promoviendo la cultura, por lo cual consideró urgente que el ministerio recupere su institucionalidad y así genere políticas sin discriminación y en pro de toda la comunidad.
Paralelamente, mencionó que las empresas privadas deben impulsar directrices que hagan posible preservar estas expresiones, mientras que los medios de comunicación creen campañas que promuevan y defiendan los derechos culturales y las tradiciones.
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