El Observatorio Venezolano de Violencia en el estado Lara (OVV), identificó que 43% de los registros de delitos reseñados por los medios de comunicación en la entidad, fueron agresiones.
Esto significa un incremento de 32% en relación al primer cuatrimestre de 2022. Las agresiones incluyen lesiones graves y leves.
Uno de los casos que conmocionó a la comunidad, durante los primeros cuatro meses del año, fue la agresión violenta ejecutada por un joven contra un funcionario policial. La reseña informó que la víctima atropelló a un adolescente, y se detuvo para auxiliarlo del accidente, pero fue abordado por otro joven quien lo golpeó con una patineta, en varias ocasiones hasta causarle la muerte, reseñó el OVV-Lara en un comunicado de prensa.
De las agresiones cometidas en la entidad larense entre enero y abril de 2023, 37% fueron llevados a cabo con armas de fuego, 11% con objetos cortantes o punzantes y 6% con fuerza física.
Entre los delitos monitoreados por el Observatorio de Prensa (OP) están los casos relacionados con la violencia intrafamiliar, contra niños, niñas y adolescentes (NNA) y de género, los cuales son ejecutados por familiares, exparejas, parejas o vecinos.
Para el equipo de investigadores del OVV Lara, el crecimiento de las agresiones en el contexto del postconfinamiento y ya en los días de la postpandemia, reflejan la permanencia de la fractura en las condiciones que permiten la convivencia y la disminución del crimen violento.
“Durante el siglo XXI fuimos testigos del empeño del partido gobierno de profundizar el deterioro de las normas mínimas que son garantes de la paz. Para el OVV esa variable significó el principal catalizador de la epidemia de violencia que vivimos en estos más de 20 años”, afirmó Carlos Meléndez, coordinador del OVV Lara.
“Sin embargo, en la crisis humanitaria compleja y prolongada la violencia se ha venido transformando, entre otros, por la caída de los factores materiales que la alimentan. Y a su vez, se sigue deteriorando la institucionalidad formal e informal que nos permite convivir, por eso es que vemos estos cambios que van de una violencia maximizada por el acceso más expedito a las armas de fuego, a una violencia que en el contexto humanitario, se hace con lo que se pueda encontrar: armas blancas, objetos contundentes ya sea para cometer un crimen o para reaccionar ante un conflicto, en un ambiente continuamente tenso por la gran pobreza que viven las familias y comunidades venezolanas” concluyó el también profesor universitario.
