Lluvias torrenciales en el norte de Italia, una región que había sido azotada por la sequía, desbordaron ríos y cobraron al menos ocho vidas el miércoles, obligando a evacuar a miles de personas y a que las autoridades advirtieran que el país requiere de un plan nacional para el combate a inundaciones inducidas por el cambio climático.
Las fuertes lluvias también provocaron la cancelación del Gran Premio de Emilia-Romagna de la Fórmula Uno de este fin de semana con el objetivo de no abrumar a los cuerpos de emergencia que ya operan con recursos limitados en la respuesta a los ríos de lodo que han arrasado la región, provocando caos en la infraestructura y viviendas
Varios días de tormentas se extendieron por una amplia franja del norte de Italia y los Balcanes, donde se reportaron inundaciones “apocalípticas”, deslaves y evacuaciones.
La vicegobernadora de Emilia-Romagna, Irene Priolo, informó que ocho personas murieron y varias más se encuentran desaparecidas debido a las inundaciones que obligaron a la evacuación de más de 10.000 residentes.
Las autoridades en la provincia de Rávena, una localidad turística conocida por sus mosaicos de la era bizantina, ordenaron el miércoles que unas 14.000 personas dejaran sus residencias como precaución debido a los temores de que tres ríos pudieran desbordarse.
Uno de los muertos era un granjero que desafió las inundaciones para tratar de salvar equipo en su propiedad, informaron las autoridades. Su esposa está desaparecida.
Helicópteros de rescate recogieron a personas de los techos mientras el nivel del agua seguía aumentando en las viviendas. En una operación de rescate, un miembro de la Guardia Costera sacó a una mujer de su casa por un tragaluz y la sujetó mientras ambos eran subidos hacia un helicóptero.
“Ni siquiera los pisos superiores son seguros”, dijo Gian Luca Zattini, alcalde de Forli, una de las localidades más afectadas.
El ministro de Protección Civil de Italia, Nello Musumeci, hizo un llamado a un nuevo plan nacional de ingeniería eléctrica para adaptarse al impacto de los incidentes cada vez más frecuentes de inundaciones y deslaves. Durante una conferencia, resaltó que en la región ha caído un promedio de 200 milímetros (7,9 pulgadas) de lluvia en las últimas 36 horas, y que algunas áreas registraron hasta 500 milímetros (19,7 pulgadas) en el mismo periodo.
“Si se toma en cuenta que esta región promedia 1.000 milímetros (39,3 pulgadas) de lluvias al año, se pueden dar cuenta del impacto que han tenido estas lluvias en estas horas”, declaró.
Tras señalar los deslaves ocurridos en Ischia en noviembre, en los que murieron una docena de personas, dijo que Italia experimenta cada vez más el clima tropical que se ve en partes de África y otras zonas del mundo, con largos periodos de sequía salpicados por lluvias intensas que el suelo no puede absorber.
“Nada volverá a ser igual… y lo que ha ocurrido en estas horas es una prueba de ello”, manifestó Musumeci. “Cuando el suelo se mantiene seco durante mucho tiempo, en lugar de aumentar su capacidad de absorción, acaba cementándose y permitiendo que las precipitaciones sigan fluyendo sobre la superficie, y causando daños absolutamente inimaginables”.
En los Balcanes, el crecido río Una inundó partes del norte de Croacia y del noroeste de Bosnia, donde las autoridades anunciaron un estado de emergencia. El alcalde de la ciudad de Bosanska Krupa, en Bosnia, dijo que cientos de casas se habían inundado.
“Tenemos un apocalipsis”, declaró Amin Halitovic a la cadena regional N1. “Ya no podemos contar los edificios inundados. Nunca había sido así”.
En el este de Eslovenia se registraron decenas de deslizamientos de tierra, muchos de los cuales pusieron en peligro viviendas e infraestructura.