#OPINIÓN Los Diarios de la Zía Nona: Llaneros Solitarios en Llano Alto (Parte XIX) #17May

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La oposición…

…es una amistad verdadera.

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 El que desea, pero no actúa…

…engendra la pestilencia. 

 La gloria del cristianismo…

… es conquistar mediante el perdón. 

 “El arte es el árbol de la vida… 

…La ciencia es el árbol de la muerte. 

El necio que persiste en su locura…

…se volverá sabio. 

Es más fácil perdonar a un enemigo…

…que perdonar a un amigo.

Si las puertas de la percepción estuvieran limpias…

…todo se presentaría ante el hombre tal como es, infinito.

William Blake
La arrogancia es uno…

…de los grandes recursos renovables.
De todos modos, ni drogas, ni el alcohol, causan los males fundamentales de la sociedad. 

Si buscamos la fuente de nuestros problemas, no deberíamos probar a personas por drogas…

…debemos probarlos por estupidez, ignorancia, codicia y amor al poder.

P. J. O’Rourke

«Una familia es una relación entre varias mentes diferentes. Si esas mentes se aman entre ellas,

el hogar será tan bonito como un jardín de flores. Pero si esas mentes no viven en armonía,

…será como una tempestad que arrasa el jardín.»

Buda. 

“Una tragedia no necesita tener la sangre y la muerte, basta con que todo se llene de esa majestuosa tristeza que es el placer de la tragedia.”

Jean Racine

“Trabaja en el mundo invisible al menos tan duro como haces en el visible.”

Rumi

  • Preámbulo

Al fin vamos seguros de algo. Que nada es seguro. Sin embargo, estamos muy seguros que los tiempos son relativos a la relatividad. Y que la relatividad es muy femenina por eso es confusa y desconfiable. De allí que, ni nado nada, ni traje, traje. Las palabras son un carnaval de volubilidad, casi significan lo que ellas quieren. El problema con querer es que hay que tener mucho cuidado con desear. Bien que se aseguraron los irlandeses (no sabemos si del IRA o por ira) al mencionar que debemos tener cuidado con lo que deseamos, podrías conseguirlo; Y si de conseguir y desear hablamos, nadie que conozca deseó más la higiene y la pureza que mi querida madre, Carminella.

El día que el epígrafe O’Rourke cruzó mi periscopio supe que uno de los dos había hurtado la idea. “La limpieza se vuelve más importante, cuando la divinidad no es probable. Apostaría a que fue mamá que, si no escribió la ingeniosa sentencia, seguro la pensó. Fue entonces cuando sin saber comencé a desear ensueños de ayer y hoy que mezclaban coherentemente la incoherencia de las quimeras preñadas de remembranza e imaginación. No sé si hay conexión entre los apetitos de mis deseos y la memoria, pero sé que la incoherencia de los sueños, son la coherencia de la realidad que no vemos, mientras sumidos en la mal ilustrada realidad, vivimos dormidos despiertos. 

La real irrealidad nubla lo auténtico y accede a lo aparente, pero fue Blake el pintor y poeta británico quién lo describe con la excelsitud y pulcritud que merece el asunto: El árbol que provoca en alguien lágrimas de felicidad, es a los ojos de otros una cosa verde que se interpone en su camino. Algunos ven la naturaleza como ridícula y deforme, mientras que otros apenas la ven, pero a los ojos del hombre o la mujer con imaginación, la naturaleza es la imaginación misma”.

  • Kimosabi y el Indio Toro Sabaneros 

No hubo ganas de entender, menos de explicar, como aparecimos en repleto sabanero. Ahí sí que se nos fueron los frenos. Como en todo sueño nada es fácil. Si no estás confundido, no sabes lo que está pasando. Esa es la única regla de los ensueños: Vale Todo/mejor ni preguntes. Entonces no hubo brete viendo en sueños la serie tv “El Llanero Solitario o Long Ranger” y nadie se extrañó en pleno trance que uno fuera Kimosabi y Magoo el indio Toro, su fiel amigo. Toro, en una de esas preguntó confuso ¿qué está pasando y qué diablos hago vestido de indio? Me hice el que no atendía el llamado y se quedó viéndome como diciendo… ¡a mí no me echen esta vaina!… 

De pronto íbamos en una carretera atravesando el Páramo de la Loca Cruz Caraballo para ir a salirle al paso a la ciudad de Barinas, pasando antes por el poblado de Barinitas. Kimosabi vio la cara de Toro fascinado con los abismos al costado de la carretera, angosta y peligrosa, al punto que ciertos incidentes no pudieron ser rescatados de la cuenca y terminaban los deudos lanzándoles las ofrendas florales al valle donde fueron a dar los infelices que se despidieron cañada abajo.

La vía a la capital del estado llanero tenía cientos de curvas cegadas envolviendo el camino. Pippo turnaba el volante con mamá, experta conductora probada en cientos de horas acumuladas en su expediente de servicio y en su título de manejar, no licencia que es de nivel menor. El título de manejar, fue en su tiempo (hoy no existe) el doctorado de los choferes de vehículos a principios de siglo xx, cuando los vehículos eran colegas, no máquinas de carga. Para los mortales se crearon luego las licencias de 2° 3° 4° y 5° Grado.

Al llegar a la capital del estado Barinas, la luz del rey sol brilló al amanecer con tal pujanza que al viejo le reapareció en la memoria el pensamiento de Rumi1: la herida es el lugar por el que entra la luz. Papá se caracterizaba por ser un gerente clase aparte. Solía elevar el rendimiento del hotel herido por saldo rojo con dígitos en verde con un porte administrativo que supongo aprendió desde que le tocó sacar avante a toda la familia sin saber cómo diantres se hace algo así. Peppino no arrugó el ceño cuando ocupó la obligación y cual Robert Frost, siguió adelante sin voltear atrás. 

El Hotel Llano Alto, (en aquél entonces administrado por la CONAHOTU, al igual que el Hotel El Tamá (S. Cristóbal), Hotel Prado Río (Sto. Domingo), y el Hotel Maracay (Maracay), Peppino los había gestionado eficientemente y puesto a producir dividendos) apareció al final de una recta que parecía perderse en el infinito de una luz gobernada por los dioses egipcios. Ra el dios del sol, alumbró el camino hasta el pasaje semi-asfaltado que daba a la recepción del Hotel en plena sabana llanera.  

La Corporación Nacional de Hoteles y Turismo (CONAHOTU) en el año 1956 culmina la construcción y equipamiento del hotel Llano Alto, ubicado al sur de la ciudad en Barinas, diseñado por los arquitectos Oscar Carpio (egresado en la primera promoción de la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería UCV en 1948) y Guillermo Suárez (FAU UCV, 8va promoción, 1958). 

Los arquitectos asumieron una solución horizontal para el conjunto del hotel, planteando ventilación cruzada a través de ventanas altas y utilizaron materiales de construcción de la región: madera, empleada al máximo; alfarería, tejas, adobes y panelas; así como canto rodado recogido de los ríos cercanos. Hoy día el hotel y sus instalaciones forman parte de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora2 (UNELLEZ).

El hotel, construido en un terreno arbolado con vista hacia la ciudad y las montañas, constó de 30 habitaciones con baño incorporado, 2 suites, 17 bungalós, salón principal, comedor techado y comedor al aire libre, cocina, fuente de soda, piscina y piscina para niños, sala de juegos, tiendas, administración-servicios, así como un club hípico provisto de caballerizas.

  • Toro y Kimosabi en la Llanura Sabanera 

En aquella ocasión, como en otras visitas a hoteles de la Conahotu, Magoo fue incorporado por solicitud de mamá Carminella y Zía Tere pues no tenían corazón para separar a los inseparables Kimosabi y Toro. Apenas vimos la sabana, Toro preguntó por los equinos. Está claro que los indios sin caballos, son indios devaluados a pata en el suelo y sin penacho, valga decir, apenado y limpio.

Por mi parte no pregunté nada cuando el panorama era un vergel de pastos sabaneros que se extraviaban en las faldas del cielo. Las aves multicolores peleaban por impresionar a las nubes que adornaban las puertas de la percepción. Conviértete en el cielo. Usa un hacha contra la pared de la prisión. Escapa. Escuché la frase de Rumi en las fibras del pasto, en el rumor del viento, en el color del paraíso que lo imagino verde, azul y púrpura. En las palabras de dios que nos arrulla con un aliento invisible que los creyentes llamaron fe, nosotros le decíamos, ganas de joder.

Toro tenía su propio rubor con el que se maravillaba con el ecosistema. No supimos en ese momento que éramos pichones de biólogos y menos biólogos marinos. Pero ese era otro cuento, otra historia. Total, Toro presionó a Kimosabi con lo de ir a por las caballerías. Pero mamá, cortó la iniciativa con un ¡primero a los aposentos a bañarse! porque vamos a cenar al restaurant con una recepción que preparó la directiva del hotel para recibirnos con bombos y platillos.

Todo salió como la Sargento lo planeó. Mamá tenía de apodo “Sgto. Saunders”, por aquello de la serie de tv Combate. Y porque mandaba más que un dinamo y ¡ay! de quien la desobedecía porque mamá sabía cómo hacer valer su autoridad sin correa, pero más de una vez la enseño y usó.  El tiempo le dio la razón con que, si bien el castigo con azote no alecciona al infractor, un correazo a tiempo salvó de la delincuencia a muchos Baby Boomers a la deriva y en desbandada. Carminella, como la Sgto. Saunders, supo dosificar el castigo sin usar la fuerza la mayoría de las veces. En eso consistía su especialidad, en la justa proporción de la sanción sin desmedro del amor de la mamá. Una virtud de pocas progenitoras en el mundo capaces del equilibrio u homeostasis preciso. Mamá y Tía Tere estaban en el Top List de las equilibristas, si es que existió alguna vez una lista adjetiva. 

Luego del opíparo almuerzo de acogida, Toro solicitó una exploración inmediata del Hotel, guardando la tradición de lo que hicimos en el Tamá. Kimosabi le tomó la palabra Los llanos altos de Barinas, están a una altura no mayor de 200 m. y con la ventaja que pueden llegar a inundarse en épocas de pluviosidad muy alta. En esta parte del llano se encuentra la selva maderable, uno de los recursos económicos cardinales del estado. Esta zona es apta para la agricultura y la ganadería. 

Recorrimos un pasillo corto techado abierto a la brisa semi húmeda de los llanos. El pasillo daba a la piscina redonda con un tobogán para niños, donde Toro dejó medio diente por mi culpa al sostenerle los pies cuando se lanzaba a la pileta deslizando por el tobogán curveado para infantes. Toro se arrastró a sus ancestros indígenas y olfateaba el ambiente como un apache, o un comanche o un Sioux, vaya usted a saber con el antojo de las tribus en un sueño arbitrario atemporal

Caminamos más allá y encontramos cabañas que se entremezclaban con arboledas de las ecorregiones de Los Llanos y de los Andes Septentrionales, esta última zona de endemismo. Vimos extensos pastizales y abundantes bosques en galería. En su flora abundan los árboles: apamates, jabillos, samanes, ceibas, mangos, merecure, cañafístula llanera y el araguaney, el árbol nacional; también notamos abundantes palmas, especialmente la llanera y hierbas, como lirio de agua y las flores de nácar. Toro leyó en un panfleto de 450 especies de aves, especialmente el cóndor andino, garzas, cigüeñas, patos, paraulatas, el carpinterito del Orinoco y el carrao. ​

Abundan venados, zorros, nutrias, osos hormigueros y mieleros, cachicamos, cunaguaros, jaguares, araguatos y capuchinos, rabopelados, chigüires. y anacondas, iguanas, cascabeles, baba, la tortuga jicotea, el mato real, el caimán del Orinoco y la mapanare. Los peces pueblan todos los ríos, bagres, pirañas, dorados, la anguila eléctrica en los Llanos, y las truchas en los Andes. Y hay dos especies en peligro de extinción: el morrocoy sabanero y la tonina.

  • Toro y Kimosabi en el Potrero y la Caballeriza

Quedamos absortos de tanta exuberancia y belleza natural. Las flores en mayo alfombraban los suelos de un pajizo tan intenso que parecía estar navegando el Río Amarillo. Kimosabi entonó la canción de los Beatles Yellow Submarine, a tono con los felpudos ámbar del araguaney floreado.   

Llegamos a una zona circunvalada con maderos y alambre de púas. En la cerca encontramos la razón de la misma. Varios caballos de diferentes estampas galopaban a lo largo de una ladera semi inclinada que se extendía a unos varios cientos de metros cuadrados. Toro me señaló uno a uno.

El primero que observó fue un potro chaparro grisáceo que parecía un animal de carga con acondroplasia, (displasia ósea ocasionada por una alteración genética y la causa del 90 % de baja estatura desproporcionada en vertebrados). Después se fijó en el alazán marrón tres-añero de pelaje brillante pero mañoso llamado Rebelde con el que casi quedamos tullidos en una comitiva diseñada en las ofertas vacacionales del hotel. Quedaron para el final los tres mejores rocines del pentágono cabalgante. Wiski, Nube gris y Patas blancas. Este último ejemplar de porte fornido, híbrido entre un purasangre y un caballo llanero. El resultado fue Patas Blancas. Luego el más alto de todos, el viejo Nube Gris, un caballo maduro y grisáceo que gustaba galopar en la sabana abierta. Y último, Wiski, un alazán de color mostaza que le gustaba patear al jinete al intentar montarlo. 

  • La Cabalgata Deportiva Gillette

   Al día siguiente a la llegada al Hotel Llano Alto, luego del opíparo desayuno, fuimos a montar los caballos con el encargado de ensillarlos, para los turistas que quisieran pasear a caballo los alrededores llenos de zonas para ir al galope. Cerca estaba una plaza de toros abandonada que servía de circuito de paseo predeterminado. Los caballos ya acostumbrados a la rutina, apenas iban a la sabana, se mandaban a toda prisa hacia el coso fantasma desvencijado y de maderaje podrido, curtido de putrefacción por efectos del tiempo y la exposición a la intemperie.

Ensillamos a Rebelde y Nube Gris. Y fuimos lentamente bordeando las cabañas y las tapias que se atravesaban incomodando la travesía. Al llegar a la cabaña el Sr. Domingo el palafrenero del hotel nos entregó las riendas justo antes de llegar a la planicie donde la sabana se ensanchaba como una autopista al infinito. Toro montó a Rebelde y yo a Nube Gris. Apenas los caballos vieron la pradera salieron como un F1 en busca de la pole position. Rebelde salió en punta por aquello de ser un potro todavía joven. Atrás venía yo en Nube Gris temeroso de lo rápido que iban los pencos hacia la maestranza que aparecía cada vez más próxima. Los potrillos sentían el recorrido de forma automática. Llevaban un programa en sus memorias equinas. Caballos, monos, elefantes y delfines amén de muchos otros parecen tener algo más que instintos. Recuerdan sin pensar y es el instinto quien guía sus pautas aprendidas. 

Justo antes de llegar al primer cruce, ambos caballos pasaron ceñidos al poste principal de la verja desmembrada. Luego supimos que lo hacían a propósito para intentar desmontar al jinete que inocente de la jugada sucia equina iba descuidando las extremidades inferiores. Los resabiados se pegaron al cruce sin dejar espacio para la pierna y exponiendo la rodilla izquierda a un trancazo que de vaina no nos desmayamos del dolor. Como pudimos frenamos los diablos para poder llorar y amainar el fuerte dolor y llanto que costo dominar. Los malditos caballos parecían sonreír la gracia como si fuera un acto de venganza justificado por el maltrato recibido por el palafrenero al parecían temer y odiar al unísono.

  Al fin volvimos a la zona de ensillado y Domingo sonreía como si supiera lo que nos había sucedido. Lo maldijimos en silencio y desde ese día lo tratamos como burro, cosa que no estuvo muy alejada de la realidad al verle las botas de trabajo reforzadas de hierro en la punta y con las atormentaba a los pencos como si fueran responsables de su miseria existencial.      

El tour terminó con un regaño fuerte de mamá. Y aconsejándonos. Citó a Rumi1 y leyó en voz alta un cartapacio de reflexiones del poeta persa que papá había regalado a mami para el día de las madres…Funde la nieve. Lávate a ti mismo. Lo que buscas te está buscando a ti. Hay una fuente dentro de ti. No camines con un cubo vacío. Antes de que la muerte se lleve lo que se te ha dado, da lo que tienes para dar. Deja que las aguas se asienten y verás la luna y las estrellas reflejadas en tu propio ser. Pon tus pensamientos a dormir, no dejes que arrojen una sombra sobre la luna de tu corazón

Al fin desperté ¿Quién se levanta temprano para descubrir el momento en que comienza la luz? Y todo el amor de la vida y la naturaleza llenaron nuestras almas de alegría pues cada uno ha sido fabricado para un trabajo en particular, y el deseo para ese trabajo ha sido puesto en cada corazón. ¿No es hora de dar la vuelta a tu corazón, a un templo de fuego?… y se hizo la luz en la trova sabanera donde dios concibió el amor.

  • Notas del Autor
  • 1Rumi (erudito y teólogo islámico persa del siglo XIII). Autor del texto llamado el Ma’arif, considerado como uno de los grandes pilares de la cultura sufí. Las influencias de este gran escritor se extendieron por todo el mundo musulmán e incluso fuera de él.
  • 2Ezequiel Zamora Correa (Cúa, 1 de febrero 1817-San Carlos, 10 de enero 1860)
  • Político, militar y caudillo venezolano que ejerció como uno de los principales líderes del ejército liberal durante la Guerra Federal
  • Dedicándose inicialmente a una pulpería, 
  • Zamora participó en la insurrección campesina de Venezuela de 1846 contra el gobierno conservador. 
  • Durante la Revolución de Marzo es forzado al exilio. ​
  • En Curazao se reúne con exiliados federalistas y tras el inicio de la Guerra Federal en 1859 desembarca en La Vela de Coro
  • Zamora derrota al gobierno conservador en la batalla de Santa Inés, enfrentamiento crucial durante la guerra. 

Muere en 1860, cuando recibe un disparo en la cabeza durante las acciones preliminares para la captura de la plaza de San Carlos.

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